𝐈

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|Capítulo Uno|

Era de mañana cuando una estruendosa alarma se hizo escuchar por toda la casa, logrando que el rubio quién se encontraba en un sueño profundo despertara asustado y abrumado. Sus ojos tuvieron que acostumbrarse a la luz del sol que se filtraba por su ventana, Jimin bostezó y estiró sus estremidades aún sentado en la cama, pestañeo un par de veces y bastó para que su cuerpo se sintiera adormilado de nuevo, haciendo el ademán de volver a hecharse y dormir un par de horas más, la puerta de su habitación fue abierta estruendosamente.

Todo rastro de cansancio en su rostro desapareció, siendo reemplazado por molestia, su ceño se frunció y se podía notar su pequeña nariz arrugada y un puchero inconsciente formado en sus labio. Jimin fulminó con su mirada a Seokjin.

¿Quién rayos se creía para despertarlo de esa forma?

Qué fuese su hermano no le daba el derecho de evitar cumplir con sus 14 horas de sueño, horas que el omega consideraba sagradas y necesarias, aunque le pareciera muy absurdo a su hermano.

Ya salió el sol Minnie, es hora de despertar — dijo con ese tono dulzón de hermano mayor —

El Omega más bajo suspiro frustrado.

Lo siento Jin, pero no soy un omega de cuentos de hadas para despertar a la hora en el que el sol se pone — sostuvo las sábanas y se volvió a enrollar en ellas, se acostó de lado, mostrándole así la espalda a Seokjin, quién se mostró cansado ante la situación. — Yo despertaré cuando yo quiera — Comento el Omega con cierta insolencia, Seokjin no dijo nada ya que este era su pan del día a día, al fin y al cabo era su responsabilidad cuidar y de cierta forma mantener a su hermano hasta que este encuentre a su Alfa y por ende pueda formar su propia familia.

Vamos Jimin deja de comportarte como un niño — El Omega rubio sintió como la sábana se deslizaba por su cuerpo y gruñó en modo de protesta — El desayuno está servido y sabes como Namjoon odia que bajes a comer tarde — Jimin escuchó el ruido de las puertas de su guardarropa ser abrido, unos segundos después ya tenía en su cama la ropa doblada que su hermano había elegido para él.

No vine al mundo para complacer a Namjoon — comentó el Omega mientras se levantaba con pereza de la cama — Y ¡Dios! Que maniático del control, no sé cómo pudiste emparejarte con él.

El omega castaño río con gracias, mientras un leve sonrojo se plantaba en sus mejillas.

Porque lo amo Minnie, él es mi destinado —

Un silencio se planteó en la habitación, Seokjin inmediatamente se lamentó al decir eso, se sintió aún peor cuando observó el rostro decaído en su hermano, un destello de tristeza apareció en sus orbes azules, pero así de rápido volvió a desaparecer. Tratando de fingir que lo dicho por Seokjin no lo había afectado, fingió una sonrisa.

La verdad me compadezco, pobre ti estar destinado al Alfa de la manada — Haciendo un ruido con su boca mientras con su cabeza negaba, colocó sus manos en los anchos hombros de su hermano, empujandolo e invitándolo a que se vaya — Bueno, bueno, mucha charla, ahora sal de mi habitación para poder cambiarme — Jimin observó a Seokjin con una mirada malvada y divertida — A no ser, que quieras ver a tu pequeño y guapo hermano desnudo.

Seokjin miró horrorizado a Jimin, mientras fingía horcadas haciendo reír al rubio. El castaño ya en la puerta se detuvo.

𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐀𝐃𝐎𝐒 - 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora