No es fácil decirte adiós, encerrarlo todo y lanzarlo al mar, desaparecerlo, tornarlo grisáceo y a veces soleado.
Imaginar que escribes y escuchar sonidos que me recuerdan a tí.
Hoy renuncio a mi egoísmo, al mapa de locura que me hacía volver a tí.
Serás el fósforo que siempre encendías.
Seré la ceniza sobre tu mesa
Serás recuerdo amargo y triste