Dos

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El frío del invierno había llegado.

La nieve caía, fría, brillante y hermosa, cubriendo todo a su paso con una fina capa blanca.

Jungkook caminaba por la solitaria calle. Daba pasos largos y rápidos, de vez en cuando acercaba sus frías manos a su boca para tratar de calentarlas un poco.

Miraba a todas las direcciones, atento, como si estuviera buscando algo. Trataba de poner mayor atención en los callejones oscuros, nada.

Estaba preocupado, aunque no quisiera aceptarlo, estaba preocupado por la última persona por la cual pensó que lo estaría. Yoongi.

Habían pasado varias semanas desde que el rubio se aparecia a media noche en el minisuper, solo para preguntarle a Jungkook que tal había estado su día, conversaban un poco y mas o menos a la 1am Yoongi se iba del lugar. A Jungkook se le hacía raro, demaciado raro.

Hacía cinco días que Yoongi no llegaba al local. El primer día Jungkook no le tomó importancia, quizá estaba en algún lugar, y honestamente Jungkook no quería imaginar que podría hacer alguien como el rubio a plena madrugada.

Al segundo día le pareció extraño, pero simplemente se dedico a seguir su rutina laboral como siempre.

Al tercer y cuarto día no podía dejar de mirar la puerta del local cada cinco minutos. Esperaba que en cualquier momento Yoongi apareciera como lo había estado haciendo antes, pero nada.

Al quinto día su preocupación se triplicó. Inmediatamente después de salir del minisuper se encargo de buscar al rubio por todos los lugares donde imaginaba podría estar.

Lo busco primero cerca de una parada de autobus, aún recuerda cuando se encontraron durante el día en ese lugar, subieron l mismo autobus y el mayor, quien se había sentado a su lado comenzó a hablarle, y contrario a lo que creyó Jungkook, se sintió bastante cómodo con su compañia. Luego lo busco en una esquina donde recuerda haber visto a Yoongi con un cigarro casi consumido entre sus dedos y labios, esa noche Jungkook lo vio y no tardó en acercarse para quitarle el narcótico y regañar al rubio diciendo lo dañino que eso podía llegar a ser para su salud. Lo busco también cerca de la estación, en una plaza que estaba cerca e incluso en el edificio abandonado donde Jungkook iba todos los sábados al anochecer.

No lo encontró en ningún lugar.

Eran casi las 4am cuando Jungkook estaba regresando rendido a su casa, aún no podía creer que paso casi dos horas buscando a Yoongi.

Caminaba pateando un poco de nieve a su paso, estaba solo a dos cuadras de su edificio cuando escucho un ruido proviniente de un oscuro callejón.

Volteo hacia el lugar, atento a cualquier otro sonido, como si estuviera esperando una especie de confirmación que le indicará que no había imaginado nada.

Fue ahí cuando volvió a escuchar algo, un quejido. Frunció el ceño y se adentro al oscuro callejón.

—Mierda... —Jungkook reconoció esa voz casi de inmediato.

—¿Yoongi?

Hubo silencio un momento.

—¿Ju-Jungkook?

Definitivamente esa era la voz de Yoongi. El pelinegro rápidamente se acercó casi corriendo a donde el rubio estaba sentado, su agachó frente a él y lo observó a detalle.

—¿Pero que demonios te pasó?

La poca luz del lugar le permitió ver a medias el rostro de Yoongi, tenía varios pequeños cortes en sus mejillas y nariz. De estos salían pequeños rastros de sangre. Estiró su mano y tocó con suavidad la piel lastimada, haciendo que el contrario se quejara de nuevo.

By A Stollen Kiss ||Yoonkook|| *TS*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora