★ La fioraia

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Título: La fioraia
Cantidad de palabras: 5.113
Clasificación: Poisonus & Glicinas.
Categoría: Romance, AU y ligero soft.
Personajes utilizados: Kanae Kocho, Sanemi Shinazugawa y Shinobu Kocho. Leve mención de Giyuu Tomioka.
Advertencia: Ninguna.
Contraseña: Fioraia distraída tras ramos de flores.
Este escrito ha sido creado para el concurso Season Awards.


Los arboles, gracias al potente otoño, dejaban caer sus hojas en el nuevo día arriba de una muchacha que se estaba encargando de barrerlas con cierto cansancio, tras no haber un pronóstico demasiado bueno ni tener una gran pasión por el otoño. No, es más, lo único que odiaba era esa estación, porque habiendo una tan hermosa como lo era la primavera no podía entender con qué motivo siempre tenía que haber algo que la arruinara; si no eran los insectos tóxicos que se comían las bellas flores, resultaba ser el mal tiempo que arrasaba con todo.

    La muchacha suspiró quitando la rojiza hoja de su cabello e intentando forzar una sonrisa. Para una florista tener que apreciar cómo no solo sus flores se marchitaban sino que además la forma en la que los arboles se decaían era un dolor que no podía describir. Aunque debía de admitir que el otoño le traía el recuerdo de un joven de más o menos su edad que solía decir que lo amaba por cortar ciclos y traer a todos a la realidad al menos por un rato.

    Él no entendía nada de lo que sufría las plantas, por lo que no podía juzgarlo en ningún momento, además, le causaba cierta ternura su actitud de chico malo. Su tristeza se transformó en una carcajada entretenida y su cuerpo casi por inercia dio media vuelta, tras sentir una mirada recorriéndola por completo.

    —Ara... Shinobu, ¿qué haces por aquí? —preguntó la florista con un tono amable hacia su hermana menor, quien se asomaba por la puerta de su jardín—. ¿Cómo entraste? Creo no haberte oído.

    —Kanae, siempre viviendo en las nubes —respondió con cierta molestia mientras se adentraba al gran jardín—. Venía aquí porque me quedaba de paso.

    —Las mentiras nunca son buenas.

    —Solo es una verdad no tan acertada, deja de ser tan molesta con ello.

    —Hey, ¿qué es ese tono tan frío con tu hermana? —pregunta con un ligero puchero y provocando una simple sonrisa lastimosa en la menor—. ¡Oh, no! Aquí viene Shinobu triste, desolada por su amor hacia aquel gran caballero con el cual no se puede casar por su cobardía.

    —¡Esto es vergonzoso para!

    —¿Será que el príncipe azul nunca deseó a la bella durmiente? ¿O es que ella está tan cansada que ni con un beso despierta?

    La menor, avergonzada, tapó la boca de su hermana, quien se dedicaba a decir tonterías como esas solo para atraer a sus palabras. Y sí que lo lograba, porque Shinobu estaba a nada de confesarle todo lo que guardó con la tonta excusa de solo estar de paso. Realmente sería un poco imposible que estuviera de paso, siendo que vivían bastantes alejadas y la parte de la ciudad donde estaba la casa de Kanae realmente no captaba tanto el interés de las personas más que por las flores bonitas que vendía. Era un sitio más tranquilo a comparación de donde vivía su hermana.

    Shinobu tomó la mano de la contraria, guiándola hacia la única banca cercana del jardín, aquella que se encontraba debajo de un árbol de cerezo que otra vez perdía sus hermosos pétalos que alguna vez tintaron el ambiente de Kanae en amor. Se sentó finalmente con más paz. Kanae imitó su acción y la observó curiosa.

    —He estado progresando con Tomioka —aclaró observando al vacío mismo mientras un ligero rubor adornaba sus mejillas—. Todo estaba saliendo muy bien, sabes que siempre me gustó que no fuera como los típicos "buen mozo" y sobresaliera un poco, pero hoy hizo algo que no hubiera esperado ni en esta ni en la próxima vida.

Little love [One-Shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora