★ Girasoles tintados de sangre

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Título: Girasoles tintados de sangre.

Personajes: Genya Shinazugawa, Sanemi Shinazugawa, Tanjiro Kamado y Shinobu Kocho.

Cantidad de palabras: 3.718

Advertencia: Suicidio.

Escrito creado para el concurso de Ohei Hinai.

"Cuando me sumerja en la oscuridad, ¿aún creerás que soy el girasol más brillante?"

El sol iluminaba los pequeños girasoles que Genya había plantado en unas pequeñas macetas, aquellas que cuidaba con tanto fervor todos los días y por los cuales sonreía al amanecer, porque le recordaba a su amado hermano, quien siempre solía decirle que esas pequeñas plantas eran sus favoritas ya que lo hacían sentir afortunado entre la pobreza terrible en la que vivían.

Genya los tenía porque todo lo que hiciera sentir feliz a su hermano también provocaban felicidad en él, y por lo tanto deseaba compartir esos pequeños rastros de alegría como desde niño no hacía.

Hoy era el día más especial para él, aquel por el cual se estuvo preparando todo el tiempo, practicando una sonrisa amable en su espejo y aprendiendo a cocinar ohagi para hacer que su invitado se sintiera cómodo. Definitivamente nada acabaría como la última vez, le daría a entender a Sanemi que no deseaba asustarlo ni amenazarlo, entonces no se debería poner a la defensiva ¿cierto?

—Seguro cargas con mucho y por eso actuaste así... Es entendible, eres un pilar, debe ser estresante y lo entiendo, Nemi. ¡Tu hermano menor realmente te apoya! —comentó al aire tras notar que estaba a solo cinco minutos de que sea la hora especial.

Si era sincero, también se encontraba nervioso, suponiendo que la última vez nada salió bien y este era su único día de descanso, porque luego debía volver al entrenamiento de pilares, tocándole con el pilar del agua. Es más, creía que esta sería su última oportunidad, porque luego él estaría completamente ocupado.

Había organizado todo en un buen momento, nadie podría interrumpir su charla y entonces el querido perdón que siempre deseó decirle a su hermano se daría ¿cierto? Lo escucharía fuerte y claro.

O al menos eso es lo que pensaba antes de encontrarse con su violácea mirada, aquella que parecía observarlo con odio cargado. Podía sentir sus vellos del brazo erizarse. Su respiración por primera vez se comenzó a entrecortar sin motivo alguno más que el miedo, uno que intentaba ocultar ante una dudosa sonrisa que su hermano recibió con una mueca.

—Pedazo de imbécil... ¡¿Para qué mierda me has llamado?!

—¡Nemi puedo explicarlo!

—Hasta te tiembla la voz... Esta será tu última broma, bastardo.

Genya se sentía culpable a la hora de retroceder y más cuando veía la expresión aterradora de su hermano. Nunca creyó que podría tenerle tanto miedo como a un horrible monstro, pero hasta sus manos temblaban. Su idea de una charla con él no era nada parecida a verlo apareciendo y desapareciendo como si se tratase del mismísimo viento en su patio.

¡Su idea no era luchar contra su hermano! Aunque antes de tiempo parecía que él se ponía a la defensiva como si lo viera como un peligro.

—¡Yo realmente quiero decirte que lamento mucho todo lo que ha sucedido!

El cuerpo de Sanemi por un momento se paralizó, bajando su mirada hacia aquellos girasoles y —sin que Genya lo notara— los observó con la misma calidez que cuando era un niño. Cuando aún tenía demasiada inocencia en ese mundo y la vida parecía de color de rosa, él se encargaba de cargar con su hermanito que era solo un bebé y le comentaba lo afortunados que eran de tener la costosa flor de girasol, aquella que le habían regalado a su madre por su embarazo.

Little love [One-Shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora