one.

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"necesito un fuerte estallido, esto no es suficiente, quiero algo más fuerte, una sensación llena de limón, naranja, lima..."

🍭.

Beomgyu siempre había querido besar a alguien, creció viendo a sus padres hacerlo cuando creían que él no veía, luego a su hermano Soobin, con cada una de sus novias y novios, en fin, él deseaba sentir el roce de sus labios contra los de otra persona, él ansiaba más que nadie experimentar la ola de emociones que describían los libros en el momento del primer beso.

Beomgyu no era un chico cualquiera, resaltaba por su cabello largo, que caía a la altura de sus hombros, en su tono café y sus destellos rubios, el sabía bien lo hermoso que era, cómo un muñequito de porcelana. Las chicas de su colegio le recordaban siempre lo agraciado que era, con cartas, regalos, y demás, no es como si fuese un rompecorazones, incluso rayaba en lo tímido y no le gustaba sobresalir, pero hay personas que simplemente no pasan por debajo de la mesa. Más allá de todo estaba casi seguro de que las chicas no era su tipo, incluso su mejor amigo, Taehyun, se había ofrecido a besarlo, a lo que seguía negándose, él deseaba algo más, algo especial.

Como siempre la vida es dura, sobretodo cuando tienes 15 años y debes levantarte un lunes por la mañana luego de desvelarte perdiendo el tiempo. Beomgyu desearía ser un protagonista de un libro, esos que se levantan con el sol golpeando su cara de forma dramática y todo es feliz, pero la realidad es que su alarma no había sonado, su madre no le había hecho el desayuno y no encontraba su corbata amarilla.

Milagrosamente se vistió a tiempo, con su camisa a mangas largas blanca, sus pantalones de gabardina gris, y la dichosa corbata amarilla, que hacía juego con sus calcetines del mismo tono y resaltaba en sus converses rojos, porque ¡sabrá dios dónde estaban sus tenis!. Bajó corriendo por las escaleras, con su mochila en el pecho hasta alcanzar a su hermano mayor, una suerte que no lo hubiera dejado ya.

En el camino logró convencer al Choi mayor de detenerse en una tienda a comprar un desayuno, así fue como llegó al plantel estudiantil degustando una bolsa de rollos de canela y un cappucino. A lo lejos observó a su mejor amiga, ese cabello naranja, y sus dos coletas características.

─¡Yeji! ─saludó en cuanto estuvo junto a la chica.

─¡Dios! ¡Beomie! ¿Qué te pasó en el cabello? ─la naranjita lo llevó hasta una banqueta y empezó a sacar cosas de su mochila, Beomgyu deseo mirarse en la cámara de su teléfono ¿Acaso tenía pulgas y no lo había notado?, pero tampoco había traído el aparato con él.

Yeji tuvo la amabilidad de enseñarle con un espejo que simplemente estaba muy, pero muy, despeinado. Suspiró resignado, era el muñequito de su mejor amiga, así que solo disfrutó del pasar del cepillo por las hebras de su cabello mientras disfrutaba su café.

─¿Qué le estás haciendo en el cabello? ─intervino Taehyun con una mueca, el de cabellos grises acababa de llegar.

─Cállate Tae ─le mostró su lengua infantilmente, y antes de que Beomgyu preguntará por el estado de su cabello, Yeji habló: ─Sólo es una colita de manzana, envidioso.

─Como sea ─se rindió Kang cruzándose de brazos. Beomgyu sólo río, sus amigos eran unos infantiles, así que empezó a hablar de su fin de semana para cambiar el tema.

🍬.

En el salón de clases todo era un bullicio, gente caminado de aquí para allá, comiendo, bailando, durmiendo, en fin. Beomgyu apoyaba su cabeza en la palma de su mano, que mal día para abandonar a su precioso tesoro, mejor conocido como su celular. De pronto el lugar quedó en silencio ante el chirrido de la puerta abriéndose, una de las coordinadoras entró, la que saludaron con una pequeña reverencia, para luego tomar asiento de la forma más decente que pudieran.

poppin' star ─ yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora