El encuentro

29 3 0
                                    

Mientras Johann iba con la orden de destruir todo lo que Jaime amaba, él solo pensaba en salvar a su familia. Salvar la vida de los prisioneros del odio alemán, salvar todo lo que pudiese.

El día llegó. Johann y sus compañeros lucharon contra la "Resistencia" por 2 horas, hasta que capturaron a 2 de los compañeros de lucha de Jaime... entre ellos el propio Jaime. A Johann le encargaron averiguar el escondite de La Resistencia. De cualquier forma...

La primera tortura fue el "submarino", que consistía en meterle la cabeza en el agua al interrogado hasta que dijera lo que se quería escuchar. Johann era el torturador.

-¿Donde se ocultan?- Le preguntó a un Resistente.

-Antes de decírtelo me moriría- Luego de dicho esto le escupe.

-Tus deseos son órdenes- Lo ahoga.

Jaime estaba horrorizado. ¿Cómo podía alguien hacer semejante cosa? Luego seguía él. Ya estaba determinado a no decir nada, pero no sabía si morir o no... esa es la decisión más difícil de todas. Él estaba convencido de que lo que estaba haciendo era algo bueno. Pero una cosa es decir que darías la vida por algo y otra totalmente distinta hacerlo. Pero haría lo necesario para ocultar el escondite y no morir en el intento. Cuándo sacaron el cadáver de su antiguo compañero de guerra, lo llevaron a él al balde. El agua estaba fría, muy fría. Solo dos segundos ahí eran lo peor. Para 15 segundos en ese lugar no existe adjetivo calificativo alguno. Infierno es lo más parecido...

-¿Donde se ocultan?- dijo Johann.

-Nunca te lo voy a decir

-¿Seguro?- Dice Johann con cara de no querer seguir haciendo esto.

-Si, pero por favor no me mates.

-Se supone que debo hacerlo si no confesas nada, además, ¿por qué no habría de hacerlo?

-Porque lo único que quiero es que mi gente no sufra. Solo por eso les estoy dando pelea.

Johann no entendía nada, ¿cómo podía ser que un judío no tuviese malas intenciones? Se supone que los alemanes están librando al mundo de estos insectos, gente avára, pero este judío le está diciendo que esta cuidando a su familia.

No entiende nada. Todo lo que le habían enseñado resultó ser mentira. O verdad.

-¿Cómo sé que no me estás mintiendo?-Pregunta Johann con cara de confundido.

-Porque mentir es un pecado

La tortura había perdido su lugar en la mente de Johann. Este "sucio" judío le estaba mostrando cosas que nunca se le habrían cruzado por la cabeza. ¿Era todo mentira?

-¿Cómo te llamás?-

-Jaime, ¿y vos?-

-Johann... Jaime, me gustaría que me digas un poco más cómo viven los judíos. ¿Te molestaría?

-¡No! Para nada-

-Gracias-

Johann no sabía lo que estaba haciendo, pero necesitaba saber más, a toda costa. Llevó a Jaime a una habitación en la que podía ocultarlo de sus compañeros. Esto era castigado con pena de muerte. Pero la cuestión es... ¿valía la pena morir por eso?

Amor en la "Gran Guerra"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora