PRETTY, PLEASE? 進撃

second round

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—¿Quieres segunda ronda?

Con esfuerzo, alzaste la cabeza para encontrarte con sus ojos, centelleando llenos de emoción. Con optimismo, lamió sus labios, provocándote una sonrisa. En lo más profundo de ti, experimentaste un impulso instintivo de aceptar. Jugó con su lengua, haciendo chocar los dientes contra el metal de su piercing, ansioso por tu respuesta. Sin embargo, debido a la rapidez con la que todo había sucedido, no te percataste de cómo se sentía el metal allí abajo.

Dejaste escapar un suspiro pesado al girarte hacia él. Apoyaste el codo en tu brazo mientras sostenías tu cabeza con la mano, contemplando su torso desnudo. Con uno de tus dedos, trazaste círculos en su pecho sudoroso, sonriendo por última vez antes de levantarte de la cama para recoger tu ropa.

— Creo que hemos estado bastante perdidos por ahora. — Subiste el vestido por tus piernas, pasando los tirantes por tus hombros, y finalmente, te volviste hacia Jean, quien mantenía un molesto mohín hacia tu persona, que estaba muy lejos de ser literal. — Tal vez luego.

Sentiste el suelo crujir mientras él se dirigía hacia ti. Sus manos recorrieron con suavidad tu figura y concluyeron con un suave beso en uno de tus hombros antes de girarte para mirarlo. Tus manos exploraron sus tonificados pectorales, atrayendo más atención que cualquier otra cosa. Lo viste reír por unos segundos y luego besó tus labios en un breve beso.

— Entonces no te pierdas con Eren otra vez. — Sus dedos se enredaron en los cabellos de tu nuca con fuerza, te miró desde su posición elevada con dominancia. — Quiero tenerte solo para mí hoy.

Sonreíste, intentando ocultar tu nerviosismo, porque, mierda, Jean.

Tus manos temblorosas acariciaron sus hombros por unos segundos y ascendieron a sus mejillas para tocar la áspera barba que crecía alrededor de ellas.

— Está bien, novio posesivo, nada más de Eren por esta noche. Vamos, tengo que ir al baño.

Jean se volteó rápidamente hacia el suelo para recoger su camisa y abotonarla con rapidez. Tú te dirigiste hacia el baño privado de Eren para liberar algo de tensión y ocuparte de otras necesidades.

Aún después de todo lo sucedido con Eren hace un rato, lo que sentías por Jean era mucho más profundo. Para ser honesta, había aspectos en Jean que obviamente Eren no tenía, y uno de ellos era su capacidad para tomarse las cosas en serio.

Sí, el sexo con Eren era fantástico; lo supiste cuando estuvieron juntos antes de que se fuera del país hace un año. Sin embargo, su inestabilidad en las relaciones hacía que fuera mejor mantener una conexión puramente física con él. Las cosas estaban perfectas así para ti.

Jean era diferente, era algo mucho más especial.

En el umbral de la salida, su brazo se deslizó tímidamente sobre tus hombros, guiándolos hacia la puerta mientras dejaba besos juguetones en tu cuello. La mano de Jean, imponente, giró el picaporte de la habitación, pero la madera encontró resistencia al chocar con alguien en el pasillo. Los labios de Jean abandonaron la tensión para formar una pequeña "o" al reconocer al intruso.

— Mierda, perdón...

— Oh, ¿esta es la habitación de Eren, verdad? — el chico se separó de los labios de la chica, sus ojos desorientados los observaron a ambos. — Ah, Jean, ___.