Capítulo 1

114 11 14
                                    

LA SOLICITUD DE AMISTAD  

Dicen que enamorarse por internet es el peor error que puedes cometer, yo no lo creo, o al menos eso decía, antes del fatídico día.Ese 6 de julio... 


 Viernes 6 de julio de 2018

8:00 a.m.

Kimberly Lambert

Mi alarma suena por toda la habitación anunciando que es hora que me despierte, sin embargo me acompaña una pereza inmensa que tan solo quisiera dormir durante todo el día.

Unos segundos después, fastidiada por el estruendo de mi alarma, decido pararme de mi cama hasta mi escritorio donde reposa mi celular mientras la batería se carga, tomo mi celular en mis manos y lo primero que hago es apagar esa ruidosa alarma que tanto odio y regresar a mi cama para revisar mis redes sociales.

Lo primero de lo que me percato al regresar a la comodidad de mi cama, son la infinidad de mensajes de mi mejor amiga, Meg.

Meg fue mi mejor amiga desde que llego a mi Estados unidos en 5to grado cuando apenas tenía 10 años, Meg viajo junto con sus padres y su hermano desde Brasil a Estados unidos buscando una mejor vida, y sí que la consiguieron.

Meg entro a mi escuela y por el distinto sistema educativo de su país tuvo que entrar en un grado menor del que debería, por consecuente, como el único salón con espacio disponible era el mío, el grupo 505, asistió conmigo el resto de mi educación primaria y secundaria, desde ese momento nos volvimos inseparables.

Recuerdo como si fuese ayer, el día en que vi entrar a aquella pequeña niña morena y con gesto amable al salón de clases, el maestro la presento pidiendo al grupo fuésemos amables con ella y le tuviéramos paciencia ya que ella no hablaba muy bien el español y tenía un acento chistoso.

Muchos de mis compañeros le hicieron un gesto de desagrado por el tono de su piel, lo cual a mí me molesto de inmediato. ¿Cómo les podía molestar el que su piel fuera de distinto color? A mí me parecía fascinante, le ofrecí el asiento a mi lado y ella únicamente asintió y se sentó sin decir una sola palabra.

Ese silencio me hizo sentir muy incómoda por lo que decidí hablarle.

-Hola- Dije con la voz más entusiasta que pude hacer para tratar de romper el hielo.

-Hola- La escuche decir con la voz muy suave sin dejar de ver sus libros sobre nuestro mesa banco

-¿Cuál es tu nombre? El mío es Kimberly Lambert pero no me gusta que me llamen así, siento como si mi madre me regañara- ese comentario la hizo reír y me sentí muy bien al verla hacerlo.

Yo no soy una persona de muchos amigos, a pesar de mi gran habilidad para conocer personas no llego a considerarlos amigos, únicamente son mis conocidos y suena un poco cruel pero es la verdad, en la vida no puedes confiar en las personas al cien por ciento.

-¿Cómo te gusta que te llamen?- pregunta quitando la vista del mesa banco dirigiéndola hacia mí, dejándome detallar su rostro. Meg es una persona muy linda, su rostro es ovalado y sus ojos grandes de un café claro muy bonito, su nariz tiene una forma que me parece muy tierna ya que la punta termina de forma redondeada como si de un pompón se tratase, sus labios son grandes y gruesos y su rostro a pesar de su tono mulato deja entre ver unas cuantas pecas que reposan sobre sus mejillas. Es realmente bonita.

-Kim, me gusta que me llamen Kim, aunque puedes ponerme un apodo, me gustan los apodos, me parecen divertidos, como los que usan los espías en sus misiones secre...- me detengo de inmediato percatándome que estoy hablando demasiado y puede que ella no me esté entendiendo bien. Ella se da cuenta de mi acto y se apresura a contestarme

SI NO TE HUBIERA VISTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora