⠀ᨑ ˖ֹׁ ⋅ OO5.

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─ Eres una mierda... ── fue lo que susurró Cinco al sentir esos brazos rodearle, apegando su cuerpo al del contrario. Estaba antes dándole la espalda a éste pero, de igual forma, eso no le detuvo; de tantas vueltas, terminó con la mirada en el rostro de Diego. ── Nunca puedo vencerte en estas cosas. Pero ya verás, me iré de aquí y te denunciaré con la policia maldito hijo de perra.

Diego sólo se mantenía con ambos ojos cerrados, abrazando al menor contra su pecho provocándole un tierno sonrojo.

─ Eso es, aprovecha este tiempo que pasaremos juntos porque luego no me volverás a ver en tu puta vida.

Un silencio se hizo presente. Cinco largó un suspiro mientras recostaba su cabeza en el pecho ajeno. Debía admitir que extrañaba dormir de esa forma con Diego, siendo que era algo bastante cómodo y cálido. Pero mejor no nos volvamos dulces.

─ N-no es el momento, tonto. ── se dijo así mismo separándose un poco del mayor. Sentía un fuerte calor en sus mejillas. ── Ok, aquí voy...

De a poco trató de hacer un intento de librarse del agarre en el que estaba, pero había terminado siendo en vano. Cinco, algo frustrado, observó a Diego como dormía de forma plácida y sin ningún problema. O al menos así era.

Percibió como un escalofrío recorría el cuerpo del contrario. Luego, como éste cambiaba su expresión a una que mostraba más desagrado o, más bien, inseguridad.

─ ¿Diego...? ── preguntó Cinco un tanto extrañado por la actitud del mayor que aún yacía dormido.

En un momento, notó como el hombre bajaba de forma leve su cabeza y además trataba de apretar el abrazo. Ahí fue cuando Cinco se empezó a preocupar.

─ C-Cin... y-yo no... ── susurraba Diego de manera inconciente. El menor se había olvidado de que su ex novio a veces tenía eso de hablar dormido. Padecía un poco de somniloquía. ── E-en verdad...

─ Diego, me estás asustando... ── volvió a decir.

De la nada, se sentía como el más alto aceleraba la respiración. Pero, después llegó ese momento en el que el ojiverde quedó completamente sorprendido y muy confundido a la vez; un pequeño y apenas audible gemido por parte de Diego se hizo presente, donde Cinco no pudo hacer más que sonrojarse al oír eso por parte de su mayor

─ N-no... p-por favor..

─ H-hey, Diego..

El nombrado, con la cabeza agachada por completo, trataba de detener esos sonidos que salían de su boca -dejando ir al menor por accidente- aún estando en brazos de mórfeo, cosa que no resultó.

Y durante esos leves gemidos, que de a poco se iban incrementando, surgieron pequeñas lágrimas de sus orbes. Cinco no pudo evitar preocuparse. Eso ya había dejado de ser normal.

─ ¡D-Diego! -dijo el chico levantando el tono de voz.

El nombrado se despertó de golpe, aún tratando de recuperar el aliento. Su vista fue a parar al dueño del grito, mirándole con esas gotas recorriendo su rostro. Y, sin previo aviso, volvió a abrazar a Cinco de forma fuerte y con una gran necesidad.

─ N-no quiero que me dejes... -murmuró, recostando ahora él su cabeza en el pecho ajeno. Por suerte, al pequeño no le llegó a incomodar tal acción.

El de lunares se unió al abrazo de forma lenta y dudosa. Le dolía mucho verlo llorar. Demasiado.

Luego de unos minutos, el moreno se separó de los brazos de su ex novio. Limpió como pudo esas lágrimas que se encontraban repartidas en sus mejillas, largando un gran y pesado suspiro. Su mirada estaba baja al igual que su cabeza, la cual luego subió lentamente.

─ Perdón por todo esto... ── dijo todavía en voz baja. ── Desde que te fuiste, acostumbro a tener pesadillas.

─ B-bueno. -respondió Cinco un tanto temeroso, hasta que se percató que el mayor le había soltado. ── Creo que no es el mejor momento pero... tengo que ir al baño.

Nuevamente hubo un silencio que duró por un par de segundos, hasta que Diego se dignó a responder.

─ B-bien, pero no te tardes por favor.

─ Vendré lo más rápido posible.

─ E-está al final del pasillo.

Cinco se levantó de la cama y se dirijió afuera de la habitación, apoyando la puerta a sus espaldas y dejando atrás al hombre de largos cabellos.

No perdió el tiempo.

Al notar que Diego lo había perdido de vista, se fue directo a la cocina donde recordaba haber visto sus cosas personales dentro de una bolsa. Para su suerte, así era.

Tomó de allí su celular el cual se encontraba apagado, para luego ir corriendo al baño y encerrarse en éste. Prendió el aparato y marcó '911', pero...

─ No puedo... ── susurró viendo la pantalla y recordando el estado en el que se encontraba su mayor. ── Una noche no hará daño, ¿cierto?

Con sus pensamientos hechos un lío, escondió su celular en el mueble del baño, asegurándose que el otro no lo llegase a encontrar.

Cinco podía llegar a ser alguien bastante sentimental cuando lo deseaba y, en especial, cuando se trataba de alguien a quien le importaba, y Diego (aunque quisiera) no era la excepción.

─ S-sólo no te pases. ── dijo recostado otra vez en la cama y sintiendo como le abrazaba por la espalda.

A veces Cinco no se comprendía así mismo.

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¡He vuelto! ¿Cómo va su día?

Bueno, me disculpo por tardar en pasar los capítulos, pero es que a veces no me animo a copiar y todo eso que se tiene que hacer, ya que como saben es una adaptación. Así como tengo unos problemitas en mi día a día, se me complica mucho subir capítulo.

Por cierto, aviso que a partir del capítulo siete se pausa la historia, la autora original decidió no darla por completo debido a problemas. ):

Espero les haya gustado. <3

bounded ♡ dienco. [pausada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora