.

0 0 0
                                    

.- ¿Cómo has sobrevivido estos  últimos meses?.- pregunto dándole un sorbo a su bebida.
-Pues hago mandados, les ayudo a mis vecinos.- respondi, en verdad me sentía más tranquila con su presencia a mi lado.
-Bien.- asintió y se levantó, se acercó a su cama.- Dormirás en la cama y en la silla. Vamos a dormir.- asentí, me acerque a la cama y volví a agradecer le por haberme perdonado y no guardarme rencon, me contesto que eso hacen los hermanos mayores y me sonrió.
Yo me recosté, el apagó la luz y se sentó a dormir. Pasaron las horas y no soporte el echo de que él estuviera ahí sentado, se veía que no dormía bien.
- Kook, ven a dormir acá, por favor.- se despertó y me obedeció medio dormido.
- Ven te abrazo me dijo él.- me acerque a él y dejé que el calor de su cuerpo me calentará y después de tantos meses de casi no dormir, del frío que me calaba los huesos, por fin dormí tranquila.

- Hye, tienes que comer, vamos come eso.- si hubiera sido por él me hubiera abierto la boca y me hubiera metido la comida a la fuerza.
- Kook, ya te dije que no tengo hambre, alimentate bien tú.- respondí, ya está acostumbrada a no comer, pasar habré era el pan de cada día.
-No te dejare buscar trabajo sino comes.- replicó.
- Mira tomare café, solo eso, y estaré bien, ¿Okey?.- asintio.- Oye ¿y si estás haciendo lo posible por comprar tu medicina?. Mis padres no se sacrificaron para que no te cuides.
- Si, por mi no te preocupes, tengo todo bajo control.- deseé de todo corazón que se tomará esto enserio y se cuidara, es lo único que tengo.

Después de desayunar salimos del  yo a buscar trabajo y él a trabajar. Entre a la primera tienda de ropa que vi. La tienda parecía de enseño, con los vestidos más elegantos que mis pobres ojos habrían visto jamás, en ese momento vi a una chica que tenía su gafete de está tienda.
-Hola, buenos días mi nombre es Hye.- lo dije con una gran sonrisa en mi rostro.
La chica me miro de pies a cabeza y me respindio incledula.- ¿Que necesitas?.- hizo una mueca.
-Queria saber si estaban solicitando o si necesitan alguien que les ayude.- dije amable.
-Sí, estamos solicitando, pero...- me rodeo mirándome de pies a cabeza.-No eres exactamente lo que necesitamos.- se alejo.
- ¿Porqué?, Puedo hacer lo que sea, aprendo rápido.- me cayó antes de seguir hablando.
- Solo dentente un momento a ver la gente que entra a probarse la ropa, las personas que están pagando, mira la ropa.- no entendía muy lo que quería decir.- Ahora míranos a nosotras.- claro, ahora entiendo, las chicas que trabajan en esta tienda resaltan, traen uniforme. Pero están bien arregladas y claramente hermosas. Que puedo decir de la gente, era elegante y sofisticada.- Ahora entiendes porque no te podemos contratar.- La mire enojada, quién se creía para hacerme sentir mal.
- Solo eres una bruja disfrazada de una patética vendedora de ropa.- expete y salí de ahí.
Esta gente no entiende ni sabe lo que es la humildad. Seguí entrando a todo lugar que podía, restaurantes, tiendas, empresas y no había nada para mí. Llevaba así una semana.
- No encuentro absolutamente nada.- le comenté a Kook.
- Hablaré con mi gefe, le comentare de ti, le pediré ayuda.-siguio comiendo y con la boca llena me hablaba.- Pero no te preocupes si no hay una solución, para eso estoy aquí.- se metió todo lo que sobraba de comida de su plato.
- Kook no, vine a ti para que nos ayudaramos mutuamente no para que me mantuvieras.- se levantó y tiro el residente de ramen que se había terminado.- Bien como quieras.- se acercó a la cama si se puso la chaqueta que estaba sobre ella.- No me esperes, hoy no regresare.

-¿A donde vas?-pregunte.- ¿y por que no regresaras?

-Hye, iré a ver a mi novia.- dijo seguro, después volteo al techo con cara pensativa y después sonrió y me miro.- O al menos eso le hago creer para que me de lo que necesito.- sonrió

Suelte una pequeña risa.- Casi me creo eso que JungKook tenia novia.- Jungkook, era de esos chicos que tenia podía tener a la chica que deseé a sus pies, pero sin ningún compromiso en lo absoluto. Solo para pasar unas cuantas veces en su cama y desaparecer.
Él me sonrió y después puso cara sería y se acercó a la silla dónde estaba yo, se acercó demasiado a mi rostro suficiente para sentir el aire que salía de su nariz.- ¿Porqué nena?, ¿Celosa?.- ¿esa era su táctica para de seducción?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 06, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

No Exit 🚫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora