Fall in love ☦︎ knowmin

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❝Todos queremos ser amados, y todos queremos enamorarnos. Pero, ¿realmente creemos que vamos a encontrar el amor?❞

Y ahí estaba Seungmin, un chico que a simple vista podría lucir como un simple mesero, pero que en realidad guardaba un talento hermoso; cantaba como un ángel.

—Hey, joven. ¿Me podría traer más café? —pidió una mujer de mayor edad, a lo que Seungmin asintió con una pequeña y dulce sonrisa.

Con ello, se dirigió a la cocina y se dedicó a preparar café junto con algunas cosas más que habían pedido otros clientes. Como de costumbre, mientras hacía todo eso tarareaba una linda melodía.

—Hey, Minmin, ¿qué te parece si cantas un poco para los clientes? —dijo Hyunjin quien lo había estado escuchando desde momentos atrás.

—¿Eh? No lo sé, soy muy malo cantando frente a mucha gente... apuesto a que olvidaría la letra de mis propias canciones.

Sí, Seungmin no sólo cantaba, sino que también le encantaba escribir canciones y tenía una larga lista de ellas que deseaba poder cantar algún día en un escenario sin morirse de la vergüenza frente a todos, pero su cuerpo parecía negarse rotundamente a hacer aquello.

—Vamos, piénsalo, estoy seguro de que la gente lo amaría.

Las palabras de Hyunjin resonaron en su cabeza durante todas y cada una de las noches en las que iba a trabajar, hasta que un día por fin tomó la decisión y se armó de valor para aceptar la propuesta de su amigo. Hyunjin ya tenía preparado el micrófono, sólo era cuestión de que Seungmin se animara a tomarlo.

Sus manitas le temblaban, y sentía que su voz se quebraría si cantaba. Su corazón latía muy fuerte, así que respiró hondo para calmar sus nervios y después de unos minutos comenzó a cantar.

—Me encanta la forma en la que amas a alguien. Ojalá yo tuviera algo así. Quiero despertar junto a ti. La manera en que la abrazas con tanta dulzura y ella levanta su pierna en ese hermoso vestido...

Mientras tanto, un lindo castaño fuera de la cafetería le daba limosna a un vagabundo. Al ver el lugar decidió que sería bueno tomar algo, el clima estaba bastante frío y algo calientito le vendría muy bien. Así que cruzó la puerta de aquella cafetería, se sentó en la única que mesa que estaba vacía y Hyunjin se acercó rápidamente para atenderlo, revisó un momento el menú y finalmente señaló con el dedo su orden. Luego se dedicó a leer un libro que llevaba con él, casi ignorando por completo a quien se encontraba cantando a unos metros de él.

—Ella está en tus ojos, no puedes mentir. Ahora lo tienes todo y eres a prueba de balas. Desearía poder despertar junto a ti, que me despiertes por la mañana y que tu seas lo último que yo veo por las noches antes de dormir...

La suave voz de Seungmin se terminó de oír. La cafetería se llenó de aplausos y felicitaciones, pidiéndole que cantara algo más, lo que logró sacarle un enorme sonrisa a Seungmin y haciéndole tener un poquito más de confianza. Pero luego, entre toda la multitud, Seungmin sólo pudo poner su atención en el castaño al fondo, que miraba con atención un libro, de alguna forma, resaltaba entre el resto de gente.