❦︎ ➪ 𝑃𝑟𝑜𝑏𝑙𝑒𝑚𝑎
Agradeció eternamente al doctor que le dió de alta esa misma mañana para salir del hospital, su único diagnóstico fue: que tomara días de descanso que por suerte su costilla no sufrió daño y era un dolor normal. Ah, sabía bien que era lo mismo de siempre solo para que no se ocuparán de él.
Ahora el mayor problema es su padre, ese hombre el cual no ha echo nada mas que exigirle ser perfecto, y no darle el cariño que tanto quiso de pequeño. Esos malditos hijos de perra lo acaban de meter en un enorme problema y duda mucho salir de allí.- Si fuera un espermatozoide esto no sería difícil. - susurro observando la enorme puerta negra frente a él, está a solo un paso pero tan lejos. Trago saliva, igual su padre ya le había echo de todo de pequeños gritos hasta torturas, nada nuevo.
Abrió la puerta, su primer error ni siquiera tocó o pidió permiso, ya está muerto. Siguió caminando hasta quedar frente al escritorio de su padre, esa silla negra, esa misma silla que le dio tanto miedo de niño ahora le da la espalda, la ansiedad le está ganando al no escuchar nada, todo en silencio, comenzó a rascarse el antebrazo con fuerza, está nervioso. La silla dio vuelta mostrando a un hombre de cabellera negra, ojos rasgados negros completamente vacíos, con un traje azul y con los brazos cruzados.
- Osamu. - esa voz, esa misma voz fría, cortante y seca hizo que su cuerpo temblará, sintió un escalofrío recorriendo su espalda, poniendo su piel de gallina. Agachó la cabeza, no quería ver sus ojos, eso era lo que más le aterraba - Osamu. - repitió - ¿Algo que me quieras contar?.
Negó con la cabeza lentamente, siguió rascando su antebrazo la tensión y su ansiedad no estaban ayudando y más cuando ese hombre le causa terror.
- ¿En serio? - agarro una pluma y comenzó a golpear la punta contra el escritorio - Que raro, porque recibí una llamada del director y sorpresa, me dice que estás en el hospital. - la pluma golpeaba más fuerte - ¿Me podrías decir el porqué?.
- No pasó nada, padre.
- ¡Mentiroso! - con ese grito, cogió uno de los muñecos de porcelana que estaba en el escritorio y se lo lanzó al castaño, el mismo que no logro esquivarlo, la porcelana impacto contra su cabeza haciéndolo sangrar - Eres un maldito inservible, eres mi obra, mi creación, se suponía que deberías ser perfecto pero eres una completa desgracia y decepción para mí.
El azabache se levantó de su silla con rudeza empujándola lejos, agarro la pluma que hace unos momentos tenía en la mano, con la rabia en sus palabras y la furia en sus acciones enterró el objeto en el hombro del menor, quién soltó un grito y en cambio solo recibió una cachetada por hacer ruido.
- Largate de una buena vez a la escuela. - después de esa orden hizo una reverencia y salió rápido del estudio.
Su respiración está a mil, todo su cuerpo tiembla del miedo no puede sentir el dolor, le importa poco estar con la cabeza ensangrentada y en el brazo encajada una pluma. Agarro su mochila y salió corriendo de la casa, con las lágrimas en los ojos veía todo borroso, no tenía idea de a dónde iba lo único que quería es ir a un lugar y llorar sin que nadie lo juzgue.
La gente lo miraba con pena pero nadie se acerca para preguntarle cómo estaba, solo se quedan allí observando o ignorando como si fuera lo mas normal. Bajo la velocidad cuando llego a un lugar donde los arbustos lo cubrían, allí atrás hay una puerta roja media abierta, importandole poco entro al lugar. Vaya sorpresa.- Pero, estoy en la escuela. - y no solo eso, está en el salón abandonado, se fijo si estaba el chico de cabellera rojiza pero nada, no estaba, respiro con tranquilidad y agradeció que no estuviera.
Encontró el botiquín y comenzo a curar sus heridas, lo que más le dolió fue sacar la maldita pluma de su hombro, sabía que dejaría una gran cicatriz. Así que saco aguja e hilo, tal vez le jodería el brazo pero ir al hospital ya no era una opción. Cuando terminó se permitió llorar.
‹ "¡Mentiroso!" › Ese grito sigue dando vueltas por su cabeza, cuando levantó levemente la mirada para poder observar a su padre y que lo único que pudo ver fue ese objeto salir disparado hacia él. Ese pánico, ese miedo le recordó a cuando aún era un niño. Recuerda que sus pies no fueron capaz de responder y salir corriendo, solo se quedaron allí parados, como si tuvieran cemento y aguanto todo como siempre. ‹ ¿Porqué es tan injusto? ›. Esa maldita pregunta ronda por su mente todo el tiempo.
‹ Siempre soy yo, todo es mi culpa, soy un fracaso como hijo, soy una decepción, soy todo lo malo, debería estar muerto. › Todo respecto a ese tema son los mismos pensamientos de siempre.
Blanco, blanco, blanco, su mente se quedó en blanco bloqueando todo tipo de pensamiento, las lágrimas se detuvieron por fin. Esos ojos cafés parecieran como si hubiesen perdido esa esperanza que los caracteriza.
Se limpio el rostro y se pasó un pañuelo, se acomodo el uniforme y salió del salón. Cuando llego a los pasillos ignoro a todo ser que lo mirará con interrogativa en su rostro, subió las escaleras hasta el último piso y entró en la azotea.- Hola niño jodido. - se giró hacia una de las esquinas de donde proviene la divertida voz. Pero si era ese enanito de cabellera rojiza, sonrió.
- Chuuya.
- Ese soy yo ¿Cómo te encuentras? - el de mirada azulada noto rápidamente que el contrario había llorado y que le pasó algo, decidió no preguntar tampoco era su tema. Al no recibir respuesta decidió hablar - Te voy a contar algo ¿Recuerdas a los tipos que te molestaron? - recibió un asentimiento de cabeza - Pues no te molestarán.
- ¿Qué?
- Si, fíjate en esa página de la escuela, la oficial no idiota la de estudiantes, esa llamada "Clandestina". - Dazai hizo lo que le dijo el otro, cuando entro a la página lo primero que se encontró fue un vídeo donde salían todos los tipos golpeados y ensangrentados, al parecer la ambulancia estaba llegando ya que se escuchaba la típica sirena esa.
- ¿Qué es esto? - su rostro lo decía todo, esta asombrado porque ¿Quién en su sano juicio se metería con una pandilla? De intentó de mafiosos claro. - ¿Quién lo hizo?
- Lo hice yo, idiota ¿Qué esperas? - se levantó y se posiciono al lado del castaño - Dame las gracias.
- Estás demente.
- Te equivocas, yo solo cobre una que me debían. - dió medía vuelta - Vamos, tengo que enseñarte algo.
La sirena avisando que las clases comenzaron sonaba sin parar, Chuuya agarro su mochila y se alejo de Dazai dejándolo solo en la azotea. Osamu esta vez, por primera vez en su vida no sabía que está pasando, saco una pequeña nota de su mochila y la dejo pegada en una de la pared de allí, sin más se fue.
" Gracias por quitarme un peso de encima."
"Atte: El chico cobarde".❦︎
¿Qué les pareció?
Sinceramente creo que no está a la talla del primer cap.
También puede que las actitudes de Dazai no concuerden con el del original, pero me gustaría que acá de poco a poco se forme su forma de ser, volviéndolo el Dazai que conocemos.¡Gracias por leer, corazones!.
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' 𝚂𝚊𝚕𝚘́𝚗 ➪ˢᵒᵘᵏᵒᵏᵘ
Fanfiction« 𝑁𝑜 𝑜𝑙𝑣𝑖𝑑𝑒𝑠 𝑖𝑟 𝑎 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜 𝑙𝑢𝑔𝑎𝑟 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜 ». ☁︎ 𝑨𝒖 𝑬𝒔𝒄𝒐𝒍𝒂𝒓. ☁︎ 𝑳𝒐𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒋𝒆𝒔 𝒔𝒐𝒏 𝒅𝒆 𝑲𝒂𝒇𝒌𝒂 𝑨𝒔𝒂𝒈𝒊𝒓𝒊. ☁︎ ¡𝑫𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒂! {ᵖʳᵒʰⁱᵇⁱᵈᵃ ˢᵘ ᶜᵒᵖⁱᵃ}