Posesivo • [JJK] COMPLETA

♤ Siete ♤

No sé qué hora es pero la lluvia ha cesado un poco después de un rato, me duelen los pies, no puedo correr, los arrastro para poder caminar, mi estómago ruge y mi garganta está seca, estoy realmente cansada, no he dejado de pensar en mis padres y mi hermano, la llovizna cae sobre mí en este gran bosque, saco mi celular del bolsillo teniendo el dieciocho por ciento de batería, lo levanto en mi mano esperando conseguir algo de señal, una sonrisa aparece en mis labios cuando una pequeña barra de señal se ilumina.

— Dos barras más, por favor—susurro colocándome de puntitas como si eso fuera a ayudarme, camino buscando la señal olvidando el cansancio unos minutos, otra barra se ilumina—Una más, sólo una—sigo buscando sin dejar de moverme, mis pies tropiezan y caigo al suelo rodando en segundos, algo desorientada miro la colina por donde he caído, con desespero busco mi celular en la tierra que es lodo por la lluvia, lo consigo y caigo en cuenta de donde estoy.

Frente a mí hay asfalto, ¡He encontrado la autopista! ¡Encontré el camino a casa! Me levanto haciendo una mueca de dolor, me he doblado la muñeca al caer, mis pies descalzos y sucios tocan el asfalto húmedo, miro a ambos lados del camino sin saber qué camino tomar, escucho el sonido de un auto, mi corazón late de prisa, sé que corro el riesgo de que esto salga mal, pero necesito hacerlo.

Un auto algo viejo se acerca, le hago señas con los brazos para que se detenga y lo logro. Es un hombre como de la edad de mis padres, el alivio me invade sólo un poco. Lo he logrado, logré escapar.

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El hombre me trajo al hospital cuando se lo pedí, se encontraba preocupado y asustado por mi estado, me habían revisado chequeando que mis signos vitales estuvieran en orden, lo que más me importó fue ver llegar a mi familia, mis lágrimas salieron sin evitarlo, realmente estaba en casa.

— Mamá, papá—abrazo a mamá cuando llega a mí, sollozo como una niña pequeña, leves temblores vienen a mí.

— Shh, tranquila—mi madre acaricia mi espalda—Lo siento mucho, Soo—me mira tomando mis manos—Debimos notar que algo ocurría...

— Les he contado la verdad en el camino—dice Jin con una mochila en su mano—Ya basta de mentiras, Soo.

— Así es—miro a papá— ¿Dónde está ese chico?

— No lo sé, cuando salí de la cabaña él no estaba, casi me doy por vencida, pero pude salir—aparto las lágrimas de mis mejillas—Tenemos que avisar a la policía, sé que JungKook vendrá por mí...

— Descuida, papá y yo nos encargaremos de eso—Jin lo mira—Deberíamos ir allí ahora mismo.

— Tu madre y tú quédense aquí hasta que volvamos.

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— ¿Recuerda exactamente donde estaba esa cabaña?

— No, señor—respondo algo avergonzada—Lo siento.

— Pero tienen una foto, su número y donde solía vivir—indica mi hermano, tengo ropa limpia y he podido asearme un poco en el baño de este cuarto— ¿Puede ser suficiente?

Tengo más de una hora declarando a la policía sobre lo sucedido, he dicho todo lo que sé y he brindado la información que podía.

— Haremos lo que podamos—asiente uno de los dos oficiales—Le asignaremos una patrulla hasta que lo encontremos.

Eso me deja un poco tranquila pero sólo un poco, los veo retirarse y dejo salir el aire que estuve conteniendo. Mi madre me abraza de nuevo, dejo que su calor me calme lo suficiente, no sé dónde estará JungKook, no quiero hacerme la idea de que ahora mismo está mirándome o me volveré paranoica. Sé que esto sólo acaba de empezar con mi escape.