"Desde hace un tiempo que mi espacio personal estaba siendo ocupado, no, invadido por un desconocido. No es un lugar bonito, tampoco tiene la mejor vista ¿quién querría estar aquí? Por ello había escogido esté edificio, que no llama la atención de nadie.
Nuevamente te subiste al borde de la azotea, solamente ahí, durante cinco horas, como se había vuelto tu costumbre, en ocasiones llevabas un libro, en otras una pequeña libreta, pero en todas siempre sacabas tu inseparable amigo, un reproductor de música, no uno nuevo, mucho menos uno caro, era un tocador de CDs y de tu mochila sacabas solo un par de veces una bolsa mediana con varios discos dentro. Por lo que podía saber, era seguro que escuchabas el mismo álbum sin parar hasta por dos horas seguidas antes de cambiarlo.
Al principio no quería aceptarlo, pero podía notar el vacío en tu mirada, observando la nada misma. Conocía esos ojos, esa falta de luz. Tu cuerpo tan delgado, las ojeras bajo tus ojos, los labios resecos, tu cabello seco y cayendo con cada soplido del viento, tu rostro cada día más pálido. Aun a la distancia podía notar como tu cuerpo temblaba gracias al gélido aire que se sentía a esta altura.
Podía comprender el sentimiento, pero desconocía la razón que te había llevado a ello.
Han pasado tres meses y medio desde el primer día que apareciste. Nunca me notaste a pesar de estar a tan solo unos metros de ti, detrás de los aparatos para el aire acondicionado. Cada día podía tomarte una fotografía, en ocasiones incluso varias y nunca te diste cuenta, ni siquiera de los flashes, siempre sumido en tus pensamientos, con tu música, escapando, huyendo del cruel mundo que nos tocó vivir.
¿Es así?
¿Estoy equivocado?
Lamento a penas presentarme y marcharme tan pronto, sin mostrarte mi rostro ni una sola vez, pero ahora es tan lamentable que no puedo ni mirarme a un espejo. Soy Kim Ki Bum, es un gusto haber compartido contigo estos momentos de soledad.
157 días que podía decir "hoy no fue el día", donde tomaba mis pertenencias, daba un último vistazo al lugar en el que cada día tomabas asiento y me marchaba a casa, pero hoy no, hoy es diferente, hoy es el día, he dejado cada cosa en orden, pero no podía marcharme sin entregarte lo que te pertenece.
Gracias por acompañarme estos 103 días y espero que para ti ese hoy desaparezca, no le permitas que llegue, deja de venir aquí, acepta tomar el picaporte de esa última puerta que yo rechace. Sé que no soy quien, para pedírtelo, mucho menos después de lo que he hecho, pero deseo que tu corazón pueda sanar y encuentres la razón para decir "hoy no".
Señor invasor, fighting.
Atte.:
Kim Ki Bum
Su acompañante en la soledad."
"Aún no lo podía creer, habían pasado 183 días, pero el sonido de las sirenas de bomberos, patrullas y la ambulancia aun retumbaba en mis oídos. Mismo número que corresponde a la cantidad de fotografías impresas que había encontrado dentro de un sobre amarillo en el lugar donde me sentaba cada día en aquel edificio. Tanto fue el tiempo que me hiciste compañía.
¿Cómo es que nunca te note?
¿Habría podido haber hecho algo por ti si te hubiera conocido a tiempo?
No lo sé, pero viviré con la duda cada día de mi vida.
Después de dejar de ir a aquella azotea, sin conocerte diste vuelta a mi vida, sin saber de ti, notaste lo roto que estaba mi corazón y sin esperarlo te convertiste en la única luz que necesitaba para no dejar que esa última puerta se cerrara detrás de mí y todo lo que puede decirte es...
GRACIAS...~
Atte.:
Kim Jong Hyun
Tu compañero de azotea"
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Compañero de azotea
Fiksi PenggemarUna carta que le rompió el corazón y un paquete de fotografías que le harán cambiar su decisión. Advertencia: Tema delicado, muerte de un personaje, suicidio.