Un día su amante lleva a Aziraphale a dar un paseo a un lugar que nunca habían visitado, el cementerio de Brompton, aquello le parecía un poco extraño, no transitaba mucha gente, sin embargo, lograba sentirse en paz al ver el entorno verde que cubría el lugar.
A ojos de Aziraphale era un día como cualquier otro, un día más para dedicarlo a su amado, un día más para demostrar su profundo amor a aquellos ojos lilas, un día más luego de 1 año juntos para seguir adorándolo. Ambos estaban sentados en la entrada del cementerio, sobre césped que ayudaba a delimitar la entrada, separándole de la calle. Luego de unos minutos, a lo lejos, se logra visualizar un automóvil negro, que su amado hace detener. A medida que se acercaba a ellos, Aziraphale fue notando en mayor detalle aquel auto, era una limusina, lujosa, brillante e imponente.
Por dentro Aziraphale rebosaba de amor, aunque tenía un leve presentimiento de que aquello no duraría mucho.
-Sube al auto- le dice él.
Él sube al auto. Se hace de noche y es otoño. Él viste como casi siempre: una túnica que le llega hasta las rodillas amoldando su cuerpo, unos pantalones ajustados de lino, zapatos de mocasín bajos, y pequeño sombrero puesto de lado netamente decorativo. Pero esta vez, lleva guantes largos que sobrepasan la zona de las muñecas, pasando por encima de su ropa, y en su bolso, sus documentos, su celular, un poco de corrector facial y brillo labial. La limusina arranca de forma suave sin que nadie le diga ninguna palabra. Una vez cómodo se quita los guantes y se acerca a su amado, pensando que él querría abrazarle o acariciarle. Sin embargo, la reacción de este es totalmente contraria:
-El bolso te estorba, dámelo- Él se lo da. Su amante lo deja lejos de su alcance y añade: -Estás demasiado vestido, sácate ese pantalón de lino y ponte estas medias hasta encima de la rodilla y ligas redondas-
Aziraphale siente cierto apuro y preocupación, el conductor comenzó a acelerar y temía que se diera vuelta y viera lo que estaba haciendo, sin embargo siguió en silencio, obedeciendo a su amado. Finalmente logró ponerse las medias y las ligas, a su parecer bastante incómodo, ya que dejaban los muslos rozarse de forma libre.
-Quítate la ropa interior- No es tan difícil sacárselos, pensó, sin embargo, su amado lo llevaba amarrado de manos, así que como pudo trató de levantarse un poco y tirar de atrás. Una vez quitada la ropa interior se la pasa a su amado quien guarda el pantalón de lino y ropa interior en su bolso, diciéndole luego:
-No te sientes sobre tu túnica, debes levantarlo levemente y sentarte sobre tu piel- El asiento de la limusina es totalmente de cuero, por lo que lo siente totalmente incómodo al roce directo con la piel.
-Ahora ponte los guantes- Le sigue dando ordenes.
La limusina siguió andando por varios silenciosos minutos. Aziraphale no se atrevía a preguntar por qué su amado Gabriel no se mueve ni dice nada aparte de las ordenes que le ha dado, tampoco se pregunta qué significado puede tener para Gabriel que él permanezca inmóvil y mudo, interiormente desnudo y accesible, yendo en un coche con destino desconocido. Aunque su amado dejó de dar órdenes, Azirphale no se atreve a cruzar las piernas ni a juntar las rodillas.
-Hemos llegado- dice su amado de pronto, rompiendo aquel silencio.
La limusina se detiene en un hermoso paisaje, en el jardín de lo que parece una mansión, la cual tenía en su entrada varios bellos arboles -Son cerezos- Los faroles están un poco lejos, el interior de la limusina está totalmente a oscuras y afuera llueve.
-Quédate quieto- dice Gabriel.- No te muevas.
-Acerca la mano hacia la parte superior de la túnica, desabrocha los botones-. Aziraphale se inclina ligeramente hacia adelante, pensando que él desea acariciarle el cuello, o tal vez sus hombros. Pero no, su amado solo toma el tirante de su brasier, lo corta con una navaja y se lo quita del todo. Ahora debajo de su túnica, que su amado vuelve a abrochar, tiene el pecho libre y desnudo, como libres y desnudas tiene las caderas y el vientre, desde la cintura hasta las rodillas.
-Escucha- le dice Gabriel. -Ahora estás preparado, yo te dejo. Tu nombre desde ahora en adelante será simplemente " A", Bajarás de la limusina y llamarás a la puerta. Seguirás a la persona que abra y harás lo que te ordene. Si no entraras enseguida, saldrán a buscarte; si no obedeces te obligarán a obedecer. ¿El bolso? No vas a necesitarlo. No eres más que el muchacho que yo entrego. Sí, sí, yo estaré también. Vete.
Aziraphale no entiende qué pasa, pero una cosa es cierta, se siente tan desesperadamente enamorado, que daría todo por Gabriel, incluso su propia libertad.
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Este principio es similar al libro Historia de O, pero de aquí en adelante será 100% imaginación mía jaajajajaja.
No soy muy fan de Gabriel x Aziraphale, pero me da curiosidad ewe.
PD: Créditos al artista de la imagen, aún no descubro con certeza quien es.
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Historia de A
FanfictionAziraphale x Gabriel, Aziraphale x Crowley, Gabriel x Beelzebub. Te invito a incorporarte al erótico mundo del masoquismo y sadomasoquismo. Corresponde a un AU, donde tanto Crowley como Aziraphale son meros mortales, aunque a mi parecer mantienen su...