R: ¿Porqué me dices ángel?

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-N...No... Por... Porfavor... No... me mires - Es lo único que dice Aziraphale.

-Tranquilo, dejemos la vergüenza para después, luego si quieres me puedes ver desnudo a mi, aunque no soy tan sexy como tu- Trata de bromear para que, aquel ser puro y angelical, no se sienta tan incómodo-Déjame ayudarte y luego pensamos en vergüenzas- A lo que Aziraphale sólo asiente- Mientras, te pondré esta mantita encima y te desataré las esposas, pero no te muevas mucho porque quizás no te haga bien hacerlo- Dice el de pelos rojizos mientras le pone una manta encima y lo desata.

-Toma un poco de agua, debes estar sediento- acerca una botella pequeña y le ayuda a beber- Eso es, muy bien, ahora mismo debes estar incluso mejor que yo- Sigue bromeando para tratar de hacer que Aziraphale piense en otra cosa y minorizar la horrorizante escena que tiene frente a sus ojos.

-Bien, ahora terminaré de limpiar tu cuello y lo vendaré, por lo menos en aquel lugar requieres venda- Dice a la vez que limpia el cuello de Zira.

-Listo ángel!, lo que debo hacer ahora posiblemente no te guste, tu hermosa virilidad está muy inflamada, y créeme, sé que dolerá demasiado, no quiero mentirte- 

-Por favor no me mires ahí!- Dice rápidamente Aziraphale.

-Ay vamos ángel, que yo también tengo uno, no es el primero que veo- Agrega el pelirrojo.- Aparte que mientras más tiempo pase, más dolerá-

-E...Est...Está b... bien- Tartamudea Aziraphale por su vergüenza y nerviosismo.

-Ten esto.- Le entrega un cojín- Si te duele mucho simplemente apriétalo, y si quieres gritar ponlo en tu cara para que no te escuchen- Zira asiente y toma el cojín.- Realmente espero que no grite, si lo hace puede tener problemas en este sitio- Piensa.

Aziraphale cierra los ojos, acto seguido, aprieta el cojín con fuerza en su cara, era uno de los peores dolores que había sentido en su vida. Cada anillo dolía más que el anterior, ¿Por qué?, ¿Porqué Gabriel?.

-Listo!- Dice, mientras le pasa un paño humedecido con agua, para limpiar cualquier herida en la zona- Mi nombre es Crowley por cierto, no quise presentarme antes, porque había temas más importantes en juego- Agrega mientras le brinda una pequeña sonrisa a Aziraphale.

-Muchas gracias por todo... Crowley- Dice entre sollozos.

-No agradezcas mucho, que ahora deberás pagarme el favor- Dice de forma seria pero coqueta el pelirrojo.

-Eh, eh, este...- Trata de hablar Aziraphale, pero las ganas de seguir llorando se lo impiden.

-ANGEL!, no llores ángel, estoy bromeando, nunca te pediría algo a cambio, a menos que tu quisieras darme algo a cambio por voluntad propia- Insinúa de forma coqueta, para sacar aunque sea una sonrisa de aquella persona tan pura.

Aziraphale estaba demasiado sensible, tanto física como mentalmente. Su cuerpo no daba más, y su mente ya había colapsado, Gabriel era todo lo que tenía, ese año que estuvieron juntos se lo había dedicado todo a él. 

Mientras Aziraphale se queda meditando su tragedia, Crowley toma una de las batas que están en el armario y ropa interior, y se las empieza a colocar a Zira hasta que este reacciona y en vez de llevar la contraria y quejarse en contra de aquel hombre, sólo lo sigue con la mirada y se deja querer por un par de segundo. Aquel pelirrojo lo trata con tanta ternura, con tanto cariño, con tanta devoción, ni siquiera cuando pasa por encima de sus heridas lo lastima.

Y eso que ni siquiera lo conoce.

- Como nuevo ángel, ahora toma estas pastillas y te sentirás mucho mejor, hoy no hay nada programado en la mansión, así que puedes dormir toda la tarde si gustas- Le entrega dos pastillas y la botella con agua para que las tome.

-¿Porqué me dices ángel?.- Dice Aziraphale, quien se queda mirando fijamente las pastillas.

-Pues, porque eres el ser más puro que he visto, ha decir verdad no entiendo qué haces aquí, pero si eres novio de Gabriel eso explicaría muchas cosas. Aún así, en tus ojos sólo veo inocencia, devoción, un poco de pasión. Bueno, y aparte de eso, tienes una cara de ángel maravillosa- En cualquier otro momento Aziraphale se hubiese sonrojado, pero se sentía vacío, ridículo e insignificante por dentro.

Le recibe las pastillas sin más tras esa respuesta, y se las toma.

-Aunque supongo que lo más importante, es que aún no me das tu nombre- Dice Crowley 

-Oooh- Responde Aziraphale, pero guarda silencio por varios minutos generando un ambiente incómodo.

Crowley comprende aquello, comprende que aquel chico esté en shock, comprende que mayormente lo ignore, comprende que no lo haya mirado fijamente más de una vez en toda esa situación tan desagradable. Era obvio que aquello tan banal como saber su nombre no tenía importancia en la cabeza de aquel joven.

-¿Necesitas algo más de mi, querido ángel?- Consulta Crowley.

Aziraphale no responde, está perdido mirando sus manos.

-Tranquilo, comprendo, espero volver a verte en mejores circunstancias- Dice mientras toma la manilla de la puerta y jala de esta.


-Aziraphale...-

Crowley se devuelve y lo queda mirando fíjamente.

-Mi nombre es Aziraphale-

-Bellísimo nombre, hace juego con tu estética angelical y pura- Sonríe mientras sale de aquella habitación, deseando que aquel chico no se vuelva a topar con Gabriel, de preferencia nunca más en su vida -Gabriel, maldito imbécil-








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No sé si será normal, pero la re vivo escribiendo esta historia, hasta lloro :C
Perdón cualquier falta o error, le estoy poniendo mucho cariño <3

Leo sugerencias ewe

PD: No pude encontrar al artista, pero saqué la imagen de este link:
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