Historia de A

E: No debí confiar

-Ángel, ¿estás despierto?, Hey Zira, no te quiero despertar, bajaré a buscar algo de comer, te dejaré encerrado con llave, pero ya vuelvo- Susurra Crowley quien llevaba unos minutos despierto.

Todo indica que Aziraphale no le escuchó.

Pasados unos minutos, Aziraphale despierta de golpe, siente que le falta el aire.

Cuando logra abrir los ojos, se topa con ese bello color lila que tanto extrañaba, ¿Acaso realmente lo extrañaba?. Comienza a mover su cuerpo desesperado, intenta gritar y no puede, Gabriel tiene ambas manos en su rostro, le está apretando con fuerza, una sonrisa comienza a dibujarse en su rostro.

-Asqueroso travesti, muérete de una bendita vez, eres una cualquiera, una prostituta, una...- Alcanza a escuchar Aziraphale antes de caer desmayado, de fondo logra percibir sonidos que parecen gritos de un hombre y una mujer, pero no logra distinguir nada de lo que hablan, cae desmayado.

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Minutos antes

-¡¿Qué te pasa B?!, ¡¿Te has dado cuenta como trata al pobre chico?!- Agrega Crowley tras abrir la puerta y empujar a Beelzebub.

Ciertamente había tomado más minutos de los que hubiese querido buscando el desayuno, y volvía con los brazos vacíos por culpa de Beelzebub, quien a su juicio le estaba haciendo perder el tiempo con conversaciones superficiales.

Cuando mira en dirección a la cama y ve a Gabriel encima del ángel, se enfurece de tal manera, que en un par de segundos ya se encuentra golpeándole la cara.

-TE PRENDERÉ FUEGO A TI Y A TU MALDITA NOVIA, HIJO DE PERRA!!!- Grita mientras chasquea los dedos como esperando que salga fuego de forma mágica, lo que hace que Gabriel rompa en carcajadas.

-Jajajaja eres asqueroso, pero bueno, con esto queda comprobado- Agrega con seguridad Gabriel mientras se coloca de pie. - Queda claro que te ves realmente patético sin poderes-

Luego de esto, se hace un pequeño masaje en los nudillos, sin quitar la sonrisa de su cara. 

Beelzebub se acerca de forma rápida y sigilosa, para que el pelirrojo no lo note, toma con fuerza por detrás a Crowley para inmovilizarlo. Aún se cuestiona si está bien traicionar a Crowley, pero la prioridad siempre es impresionar a Gabriel.

Gabriel comienza a golpear a Crowley, no una, ni dos veces, le golpea decenas de veces. Durante los primeros golpes el pelirrojo trataba de soltarse y le logró llegar un par de patadas a Gabriel, sin embargo, luego de varios golpes, su cuerpo sucumbe y cae desmayado en los brazos de Beelzebub.

Durante la golpiza, Aziraphale volvió a reaccionar, sin embargo, supo que sería inútil tratar de ayudar, si Crowley no pudo hacer nada, él mucho menos podría. La fuerza no era su virtud. Mantuvo sus ojos cerrados, de todas maneras le pesaban.

-Espero que Crowley sobreviva, luego de esto no creo poder escapar sin su ayuda- Piensa Aziraphale antes de volver a perder la conciencia.

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-Ángel, pss... ángel... ¿Estás despierto?- Susurra Crowley para hacer que Aziraphale reaccione, no quiere subir su tono de voz, hablar puede atraer a Gabriel. - Mierda, no podré sacarlo de aquí si no reacciona-.

Se encuentran ambos en una de las salas de la mansión. Crowley la conoce muy bien, es una de las zonas "VIP", muchas veces pagó por ellas, se destacaban por ser un santuario del BDSM. Podías encontrar diferentes tipos y niveles, según cada gusto, lo que te imagines podías encontrar allí. Lo que preocupaba en ese momento al pelirrojo más allá de estar él esposado, es que a Aziraphale lo tenían amarrado de una manera poco común.

En esa habitación no había cama, en cambio, sí habían varias cuerdas, elásticos y algunos columpios colgados de unas vigas que estaban a la vista en ese lugar.

Ahí se encontraba el pequeño ángel, amordazado, amarrado, suspendido, afirmado de varias cuerdas que se encontraban amarradas a su cuerpo, inmovilizado totalmente y dejando entrever partes íntimas. Lo preocupante era, que incluso en esa incómoda posición, aún no recuperara la consciencia.

Crowley en un acto desesperado, levantó su tono de voz, deseando no haber hablado tan fuerte como para haber llamado la atención de Gabriel o Beelzebub. -Angel! Heeeey!, ángeel!- Añade provocando algo parecido a gemidos en Aziraphale.

-Zira soy Crowley, necesito que reacciones para que podamos escapar- Continúa hablando, pensando que el sonido hecho por Aziraphale era una señal de que estaba consciente de alguna manera. Y tenía razón, Zira abrió sus ojos, provocando un pequeño suspiro de alivio en el pelirrojo. 

-Aziraphale, primero que todo, no te desesperes, no eres la primera persona a la que sostienen de esa manera- . Mentir era parte de la vida cotidiana de Crowley, pareciera que llevaba toda una vida practicando para este preciso momento, donde necesitaba generar confianza y credibilidad en aquella bella persona. -Gabriel nos trajo hasta acá y nos amarró, necesito que trates de estar tranquilo, mantén tu respiración calmada, pase lo que pase a tu alrededor trata de ignorarlo, yo estoy tratando de idear un plan, pero por lo pronto, por favor mantente vivo-.

Aziraphale no entendía bien cómo estaba sujetado, solo sabía que dolían sus heridas pasadas, dolían sus heridas actuales, no sabía cuánto tiempo llevaba en esa posición, pero algo si sabía, era que su boca amordazada comenzaba a doler y sus brazos y piernas estaban acalambrados. Sin embargo, escuchar la voz e indicaciones de Crowley, le brindaban paz y tranquilidad, hasta le daba la sensación de calmar sus heridas tanto físicas como del alma, nunca había sentido aquello con Gabriel, nunca había sentido aquello en su vida. O así parece.

En ese momento Crowley empezaba a entender que quizás la única salida era esperar a que volviera Gabriel e hiciera lo que quisiera en aquella habitación, unirse a su perversión sería lo más sensato. El pelirrojo conocía demasiado a Gabriel, sabía la manera retorcida con la que pensaba, y sabía que estaba obsesionado, por alguna extraña razón, de Aziraphale. Ya le había forzado a estar con él antes, y de seguro esta no era la excepción.

Luego de un par de minutos analizando aquel pensamiento, decide dirigirse nuevamente a Aziraphale.

-Ángel... ángel... oye, si me estas prestando atención, abre los ojos- Dice, provocando que Aziraphale abra sus bellos ojos azules.- Tengo malas noticias, pero es la única salida que tengo. Para que resulte debes ser fuerte.- Para sorpresa de Crowley, Aziraphale no cambia su expresión.

-Mira, Ángel, estoy casi seguro que Gabriel volverá, y querrá forzarte, nuevamente, a hacer cosas que tu no quieres. Necesito que pienses en esto como una actuación, yo no podré hacer más que mirar en un principio, es muy probable que no te guste lo que él te haga. Pero tranquilo, aquello cambiará, porque le propondré algo a Gabriel que no podrá negarse. Es posible que yo igual te haga algunas cosas, y pido disculpas por ello, mi intensión nunca ha sido faltar tu respeto.- Ante aquellas palabras Aziraphale seguía con una expresión neutra, lo que generó preocupación en Crowley.

-Ángel, yo conozco este lugar y sé cómo, dónde y con qué detener a Gabriel, sólo necesito la oportunidad y seremos libres, lo prometo. A pesar de todo, necesito tu consentimiento, ángel, si estás de acuerdo pestañea dos veces, y seguiré con este plan, de lo contrario, trataré de pensar en algo más.- Dicho esto, pasaron exactamente diez segundos para que Aziraphale consintiera aquello y respondiera pestañeando dos veces como lo había indicado el pelirrojo. Esto no era para nada fácil, pero estaba de acuerdo en que la posición actual de ambos no era favorable.

Quería confiar en Crowley, realmente lo estaba intentando , pero ¿Se estaba equivocando?, ¿Todos eran como Gabriel?, de ser así ¿Lo conveniente habría sido seguir con su amado para siempre?.

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Llevo varios capítulos escritos, pero no estaba segura si publicarlos, pero aquí estoy decidida a mostrárselos. Espero les guste :C y comenten qué esperan para los próximos capítulos.

PD: En algún momento Aziraphale dejará de sufrir jajaja, pero aún no es tiempo ;___;

Muchas gracias por leer ❤