¿Qué es la vida? Después de mucho tiempo de analizar la pregunta creo que pude llegar a una conclusión algo personal: creo que la vida es un conjunto de decisiones que nos hacen ser las personas que somos, dónde estamos, dónde queremos estar, y puede que en alguna de esas decisiones todo se destruya o por el contrario sea algo maravilloso.
Pero sé que aún me queda mucho por aprender.
Y aquí estaba yo, a punto de abordar un avión para cambiar radicalmente mi vida.
Londres. Eso era todo lo que pensaba en este momento, podía sentir esa adrenalina y ese miedo que me indicaba que estaba a punto de hacer algo que normalmente no haría: soltar todos mis miedos e ir por algo que realmente deseara.
Cuando era una niña lo único que soñaba era viajar por todo el mundo, pero al crecer me di cuenta que realmente solo un lugar me llamaba la atención, y ese era Londres, aunque pensándolo un poco más a fondo mi obsesión con Harry Potter pudo haber influido un poco.
- Estaré bien mamá, lo prometo. Te llamaré todo el tiempo, ni siquiera notarás mi ausente- le dije con una pequeña sonrisa.
- Te amo pequeña, recuérdalo, te extrañaré- sus ojos se veían un poco más pequeños de lo usual posiblemente por las lágrimas que brotaban de sus ojos, y puedo apostar que me veía igual.
Nos dimos un fuerte abrazo y escuchamos por los altavoces
Vuelo 216 con destino a Londres, puede abordar.Este era el momento.
Nunca he conocido a nadie que le gusten las despedidas pero estoy segura que son realmente necesarias, a pesar de la tristeza que se pueda sentir siempre hay algo bueno en ellas bueno mínimo sí son planeadas; en mi caso lo era, una aventura que solo podía imaginar al fin se estaba haciendo realidad.
Busque mi asiento rápidamente, junto a la ventana y me puse mis audífonos tratando de no pensar demasiado en lo que pasaría, disfrutando el momento pero a pesar de eso un fuerte sentimiento de melancolía recorría mi cuerpo ¿Esto será lo correcto?
En ese momento deje que mis sentimientos se apoderarán de mi, dónde mis conocidos y mis seres queridos no me verían.Llorar está bien, aunque no siempre se siente así.
Sentí como alguien se apoderó del asiento a mi lado pero no tenía mucha cabeza para reparar en ello, tampoco es muy agradable que un extraño te vea en una situación tan vulnerable, así que solo lo deje pasar.Definir como me sentía en este momento parecía una tarea bastante complicada pero sabía que estaría bien, confiaba en ello.
Pude calmarme un poco, las incontrolables lágrimas de hace unos minutos se habían terminado, y mi respiración iniciaba a ser un poco más tranquila.Vi una mano extendiendome un pañuelo, y por primera vez me atrevo a mirar a mi compañero de asiento:
Un hombre de edad mediana, que lucía bastante cansado a decir verdad.
- Gracias, es muy amable de su parte- tomé el pañuelo sonriendo por cortesía.
- ¿Miedo a las alturas?- dude un poco en contestar pero ¿Cuando volvería a ver a aquel sujeto en mi vida?.
- Miedo al futuro, creo que suena mejor - me sincere riendome un poco.
- Todos lo tenemos, pero en algún momento todo toma su lugar- una sonrisa amable broto de sus labios.- ¿Primera vez en Londres?.
- Lo es, no todos los días tienes la oportunidad de ver el Big Ben en carne propia. - Sonreí un poco, su compañía no era del todo incomoda.En ese momento su teléfono sonó, me dedico una pequeña sonrisa y contestó. ¿Eso acaso estaba permitido? Apostaba que no, pero ¿Quien era yo para decirle aquello? Así que solo voltee a la ventana perdiendo completamente la atención a mi acompañante.
-¿Te molestaría que cambiará mi asiento con un amigo?- me dijo aquel hombre lucía algo apresurado.
¿Acaso mi compañía era tan detestable que con solo un par de palabras querían correr de mi lado?
- Claro que no, ehhh- trate de recordar su nombre, aunque estaba casi segura que no lo había dicho.
- Jeffrey, mi nombre es Jeffrey. Gracias, fue un placer.- Solo desabrochó su cinturón y se marchó.
Vaya, inesperado. Llorar enfrente de extraños los auyenta, al parecer.
Ir al baño para lavarme la cara no sonaba tan mal, me levanté de mi asiento y me encerré en el pequeño cubículo.
Mi reflejo en este momento era realmente malo, el rimel corrido y mis ojos hinchados no eran la mejor imagen que se puede tener. Me lave la cara, desmaquillando por completo mi cara. Decidí que así me quedaría ¿A quien le importaba verme sin maquillaje en un vuelo de más de 10 horas? A nadie, definitivamente a nadie.Regresé a mi asiento y sin ver a nadie en ninguno de los dos asientos me úndi en el mío, colocandome mis audífonos nuevamente y me perdí en la música.
Una lloradita más no me haría mal, además sería un viaje largo.
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If the world was ending
Novela JuvenilPrimero que todo quiero aclarar que está historia es hecha a base de lo que se puede ver en entrevistas de la personalidad de Harry o de lo que las propias canciones nos cuentan. Espero que disfruten leerlo tanto como yo disfruté escribirlo. -S