Saga Los Elementos: El regreso de los Fraseres (Detenida)

Prólogo: El ataque

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Hola... Sólo empiezo con un saludo, y pidiendo a los nuevos lectores que lean el capítulo completo... Es algo tedioso y extraño al principio, pero juzguenlo cuando lleguen a la escena del callejón... Sin embargo, si no ha llamado tu atención, pasa directamente al primer capítulo, aunque ahí se menciona algunas cosas que aparecen en el prólogo. Así que, por favor, sigan la historia completa. GRACIAS

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No era la realidad. Sólo era un sueño. O al menos eso era lo que Mike pensaba; ya con el paso del tiempo era un arduo trabajo mental poder identificar aquellas características que esclarecieran cuál era la simple realidad o cuál era un sueño.

Su primera pista era la confusión. Sus ojos desorbitados recorrían con tedio la pequeña estancia. El pasillo era totalmente blanco y daba un aspecto tétrico. Las baldosas que cubrían el suelo hacían juego con los bombillos incandescentes que iluminaban el lugar con una luz nívea. «¿Cómo llegué aquí?», se preguntó, sin recordar por qué estaba en un hospital..., y por qué le parecía tan familiar.

Su hermano, Zac, dormía profundamente junto a él en las sillas de espera. Con sus ronquidos sobresaltaba a las pocas enfermeras que se encontraban en el mostrador del final del pasillo. Si estaba en un sueño, era hecha de imágenes muy convincentes.

Algo no parecía cuadrar: su hermano. Era un niño de ocho años, lo cual era imposible porque en el presente Zac tenía dieciséis, ¿no? Al menos que ese lugar fuese el presente...

La mente de Mike se liaba en un manojo de dudas y confusiones. No podía evitar engañarse. Como mucho de sus sueños, la imaginación tenía un poderoso poder. Ahora, se preguntaba si el sueño sería un recuerdo plasmado por su cerebro que quería decirle algo.

La respuesta apareció casi al segundo en que se formuló a sí mismo la pregunta: miró al final del pasillo a su padre, Sonny, con sus bien marcadas ojeras que lo delataban de no haber dormido en bastante tiempo. Caminaba con aire taciturno hacia sus hijos. Tenía la mirada hacia abajo, y sus brazos entrelazados yacían sobre su pecho. La caminata del hombre era tan fría y alicaída que parecía un zombi.

Fue un acto involuntario, pero Mike empezó a despertar con unos golpecitos en el hombro a su hermano mayor. Éste se despertó, aturdido y ligeramente consternado.

Cuando Sonny captó sus afanosas miradas, la desvió con suma incomodidad. A pesar de que el hombre estaba en una considerable distancia, Mike logró ver el semblante de tristeza que guardaba su padre, aunque también se notaba el esfuerzo que éste hacía para ocultar aquel sentimiento bajo una máscara seria e inexpresiva. El hombre se acercaba con un exasperante movimiento más y más a cada segundo que transcurría, unos segundos que parecieron lo suficientemente imperecederos para que un mal augurio rodeara a Mike como una serpiente que lo estrangulaba por el cuello.

Empezó a respirar en entrecortados suspiros bajo la presión de un miedo que le era casi imposible de reconocer, y ésta se intensificó en el momento que su padre se situó justo frente a él. Zac no se notaba nada incómodo. «Él no sabe lo que va a suceder.»

El sueño estaba cobrando vida, y Mike empezó a recordar: sabía cuál era la razón de estar en un hospital, y el por qué el aire parecía emanar cierta acongojes... Ya sabía lo que sucedía, y no le apetecía remembrar, en especial, aquel recuerdo. Sentía una arrebatada urgencia de despertar... Pero no sabía cómo.

Reminiscentemente, sabía que él y su hermano habían recién llegado allí. Los trajo una vecina llamada Lilly luego de la insistencia de Mike por ir al hospital donde su madre estaba teniendo a su nueva hermana. Sonny los recibió diciéndoles que esperaran en el pasillo. Volvió mucho después de un par de horas.