—Tienes una sesión de fotos a las tres de la tarde y son las dos con quince minutos, no tienes tiempo de comer.
—Necesito comer algo, no he desayunado…
—No tenemos tiempo.
Que más puedo decir, esa era su rutina de todos los días. Tomar el desayuno y la comida junto con la cena, si es que le iba bien. Wang YiBo era una de las estrellas del pop más reconocidas de toda China, por lo que tenía grandes responsabilidades.
Su padre había estado en el ejército, su madre era una modelo internacional y él… bueno él era un actor. Contaba con al menos veintidós años de edad, bastante joven a decir verdad, pero ya contaba con una gran responsabilidad en el mundo de la farándula.
Sus padres lo consideraron en su adolescencia como un niño introvertido, bastante antisocial, con decir que lo único que sabía hacer era encerrarse en su habitación a leer libros de historias Danmei. Siempre había pensado en tener un amor como de los libros que había leído, pero realmente no se hallaba atraído por ninguna chica con la que salió en el pasado, y con los chicos pues, tampoco eran su fuerte. A decir verdad, aún no sabía que bando era.
Decidió estudiar actuación, para poder sumergir su vida en un mundo de imaginación y fantasía. Amaba tanto a sus padres, y puedo asegurarte que no ama a otra persona tanto como aprecia a su padre y madre.
—La señorita Zhao quiere verlo esta noche, me pido que le diera la dirección del restaurante.
—No quiero verla, es fastidioso tener que fingir siempre una sonrisa delante de ella, no me agrada en absoluto.
Zhao Liying es nada más y nada menos que una de las muchas pretendientes del pequeño príncipe. Por tanto, estaba detrás del chico desde hace un par de meses y al parecer no quería soltarlo con facilidad.
Sus padres eran dueños de una empresa televisora, lo que la hacía ser mimada, presumida, altiva y de muy mal gusto para el actual rubio.
—Dile que cenare con mis padres y que no tengo tiempo para ir con ella.
—Pero…
—Pero nada, es mi última palabra.
Después de esa pequeña discusión, llegaron a la sala de fotografía, donde arreglo su ropa, se le aplicó maquillaje para las fotografías. La sesión duró más de lo esperado, ¡¡TRES HORAS!! ¿QUIÉN SE TARDA TRES HORAS CON UNA SESIÓN?
Pará cuándo su trabajo terminó, sentía un agujero en el estómago, tenía dolor de cabeza, le pesaban los Hombros de cansancio. Subió al auto dándole indicaciones al conductor que lo llevará a un parque. Necesitaba un poco de aire fresco y estar apartado de todas las cosas estresantes que tenía que pasar día con día. Solo quería un suspiro.
El parque tenía algunas personas que caminaban juntas, mirando el azul oscuro de la cúpula celestial, tenía pequeñas estrellas brillando en él como motas de polvo fino. Su pensamiento se perdió en la imagen preciosa del cielo.
—¡Ouch! —. Alguien venía distraído que chocó con su espalda.
—¿Por qué no te fijas donde caminas?, ¿para que quieres esas gafas tuyas si no prestará a tensión en lo que haces? —No estaba molesto, pero no midió la forma y brusquedad con la que habló.
La otra persona, se trataba de un chico un poco más bajo que su persona, su rostro afilado y fino, piel delicada como los pétalos blancos de las flores más bellas y puras. El chico batió sus pestañas causando sombras irregulares bajo sus ojos…
—Yo… —. Intentó hablar sin que supiera que decir en realidad.
—No tienes que disculparte, anda, vete. —El chico estaba tieso en su lugar sin hacer ni un movimiento. Accidentalmente YiBo miró sus ojos. Eran unos ojos azules, claros como el cielo despejado por la mañana. Esos hermosos ojos lo miraban pero a la vez no. —¿Por qué no te vas?
—Lo siento señor pero he perdido mi bastón. Soy ciego, y sin él no puedo llegar a casa — En ese momento, el rubio se dio cuenta que había actuado como un completo estúpido. Con las palabras que dijo en un inicio, lo insultó.
—Oh Lo lamento, lo lamento —se apresuró a decir.
—Tiene que preocuparse mucho, esto me pasa todos los días. No le pediría su ayuda si pudiera ver. — su voz se recuperó al saber que estaba en una situación bastante complicada.
—No, no, no te molestes. Te llevaré a casa.
—Se lo agradezco, en el futuro lo compensare.
—No es necesario, no es necesario. Ven, te ayudaré — Extendió su mano y tomó la del. Hombre ciego. Su toque era cálido, transmitía calma y seguridad. Lo guio todo el camino al automóvil. Ya en el automóvil YiBo intentó romper el incómodo silencio que había entre los pasajeros —¿Puedo… puedo saber el nombre de este joven?
—Xiao Zhan.
—Soy Wang YiBo…
—YiBo… vaya es un nombre no muy común entre la sociedad. Las personas que tienen este nombre son sensibles, amables y muy bondadosas… creo que en cierta forma usted lo es…
YiBo no estaba seguro si estaba diciendo esas palabras para alagarlo o de manera sarcástica, así que decidió tomarlas como la primera opción, aún así se disculpo. —Lamento lo que pasó hace un raro, fui un completo imbécil.
—Le dije que no tiene que preocuparse, estoy acostumbrado a este tipo de reacciones.
—De verdad lo siento tanto.
Xiao Zhan sonrió —Esta bien. Lo disculpo.
—Gracias por hacerlo.
Momentos siguientes, llegaron a un edificio donde se localizaba el departamento del joven de cabellos negros. Al salir del edificio, YiBo miró atrás, sonriendo por este encuentro tan peculiar y con una persona así.
Los días pasaron como un remolino, lleno de trabajo sin descanso alguno. Entrevistas, sesiones, comerciales, actuaciones, firmas, alfombra roja; completamente exhausto. Sentía que su alma abandonaría su propio cuerpo en algún momento.
Se timbó en su cama, con los brazos y piernas sin fuerza. —Quiero dormir… —en el instante en que cerró sus ojos, en su mente surgieron los recuerdos de una morada azul celeste. Los abrió de golpe, sintiéndose un poco desconcertado. No eran más que las ocho de la noche, así que, bueno, podría dar un paseo.
Aguardo en el mismo parque en el que se conocieron, pero no lo vio por ninguna parte, así que no tuvo otra opción más que ir a su apartamento.
Xiao Zhan estaba sentado en el sofá, escuchando música de Qin mientras acariciaba la cabeza de su gato. Comenzaba a sentir sueño, quería dormir, sin embargo, alguien llamó en la puerta con tres golpes.
—¿Quién será?... —se levantó con lentitud, dejando al minino sobre el sofá. Abrió un poco la puerta, diciendo con voz baja — ¿Sí?
—Hola, soy YiBo… —El rubio se sentía un poco apenado por llegar de la nada a la casa de un desconocido. Xiao Zhan no estaba mucho mejor, estaba sorprendido.
—¿Qué hace usted aquí?
—Bueno yo… mmm… pasaba por el vecindario y quise vender a visitar. Traje fideos instantáneos…
—Oh… en ese caso… debería entrar — abrió más la puerta, apartándose un poco del camino.
—¿Vive usted solo?
—Sí. Mis abuelos murieron hace algunos años.
—Cuanto lo siento… —Entre ellos se instaló un silencio algo incómodo. YiBo ya no sabía que decir — Ocuparé la cocina.
—Adelante.
Preparo los fideos instantáneos, mirando de vez en cuando al joven ciego que estaba sentado en el sofá, con un gato en el regazo. Se esmero en poner adecuadamente los palillos a un lado del tazón que retenía los fideos.
—Los fideos están listos —. Habló tomando la mano del contrario.
La mano de Xiao Zhan tembló ante tal muestra de familiaridad —Puedo… yo puedo hacerlo por mi cuenta.
—Ah…lo siento.
Comenzaron a comer los fideos que había preparado el rubio. Intentó comer lo más calmado que pudo, mirando en todo momento a la persona frente a él. Su apariencia era joven, única e inigualable; el movimiento de sus labios al masticar los fideos era una invitación. ¿Para qué? No es bueno saber.
—¿Le parezco desagradable?
—¿Ah? — YiBo salió de su trance con la repentina cuestión del pelinegro. —¿Por qué lo dice?
—No has apartado tu vista en ningún momento. El hecho de que no pueda ver, no significa que no pueda sentir lo que sucede a mi alrededor.
—Lo siento mucho.
—No tiene que disculparse…
—¿Puedo saber qué edad tiene?
—Tengo veintiocho años y ¿usted?
YiBo estaba en trance. Si lo mirábamos de su perspectiva, el joven frente suyo parecía ser más joven que él mismo —Yo… yo tengo veintidós.
—Mm.
Después de esa rara pero agradable noche. Ya era muy común ver al rubio todas las noches entrar y salir de ese apartamento. Crearon una gran amistad. El mayor confío con plenitud en el mayor, sonriendo cada vez en que escuchaba la puerta ser tocada por el más joven.
—¿Zhan-ge?
—¿Mm?
—¿Puedo decirte algo?
—Claro que sí.
—¿Puedes tocar mi rostro? Quiero decir, ¿no quieres saber cómo luce mi rostro?
—Bueno… to quiero hacerlo, pero no sé si es apropiado…
—Lo es…
—Entonces acércate. —YiBo hizo lo que se le pidió, quedando do frente al chico de ojos azules. Xiao Zhan comenzó a tocar el rostro de la otra persona. Las palmas de sus dedos temblaban. Delineó sus ojos, su nariz fina, sus labios un poco gruesos.
—¿Soy guapo?
—Por supuesto que lo eres. ¿Quién a tu edad no es guapo? — su mano estaba en retirada del rostro hermoso de YiBo pero este último la capturó.
—Zhan-ge… me gustas. Te quiero.
Los ojos azules se ensancharon ante tan confección. —Yi-Di… tú y yo no podemos estar juntos. ¿Qué podría ofrecerte yo? Solo preocupaciones.
—No puedo imaginarme un futuro sin ti. Xiao Zhan. Eres la luz de mi existencia, eres el cielo en el que anhelo estar. Tu mirada… esta maldita mirada. Es como estar en la playa. La misma calma, la misma magia, pero en tus ojos. Acepta salir conmigo, déjame amarte hasta el final.
—Wang YiBo, tú… estas demente. ¿Cómo te has enamorado de mí? Soy un ciego, bueno para nada… yo…
—Sí pudieras verte con mis ojos, lo sabrías.
El tiempo pasó en un parpadeo y aunque al principio Xiao Zhan no quería ver involucrado a ese hermoso ojos con una persona ciega, al final lo acepto.
El amor no ve diferencias, ni defectos. Ve cualidades y actitud. El amor ve la persona secreta del corazón, porque el amor no es ciego. Cuando se trata de amor es ver la verdad la apariencia que realmente es buena.
Estaban enredados en la cama, Xiao Zhan siendo presionado sobre el suave colchón.
—E-Espera… ah… No…
—No tengas miedo, yo te cuidare.
Con esa fiel promesa, se entrego por primera vez a una persona. En cuerpo, corazón y alma.
Poco a poco se fueron deshaciendo de la barrera separaba sus cuerpos, la piel blanca como porcelana, se rozó suavemente, causando suaves gemidos.
Se desencadenó una serie de sucesos eróticos. Sus manos sujetaban fuertemente las sábanas de la cama, jadeando y respirando con dificultad. Era la primera experiencia de este tipo para ambos.
—No cubras tu rostro, quiero verte.
—Es…es vergonzoso hacer este tipo de cosas…
¿Pero quemas da? En una nube de pasión y de amor, quien está dispuesto a soltar lo que más ama. Se canso de acariciar, besar y admirar cada centímetro de su clara piel.
—Te amo.
—Yo también te amo. —Aunque no podía ver la expresión de su joven amante, sabía que estaba sonriendo — Es triste saber que nunca podré verte.
—Buscaremos un médico para…
—No es necesario. Yo también busque, pero mi ceguera es irrevertible.
—Aun puedes imaginarme. Pase lo que pase siempre estaré contigo.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo.
**&**
Estaba a punto de entrar a una entrevista cuando su móvil sonó.
—Diga…—La persona del otro lado de la línea habló apresuradamente. El celular impacto en el suelo.
—¿YiBo?, ¿Qué pasa? — su asistente cuestionó.
—¡Tengo que irme!, ¡pospón todo!
—Pero…— no termino de hablar cuando el otro salió corriendo del piso y del edificio. Instó al chófer del auto que no se demorará demasiado.
Llegó corriendo, con su saco de gala desalineado, su cabello despeinado y con lágrimas en los ojos.
—¡Mamá! —la señora Wang hace un rato que había llegado al hospital.
—Cariño, lo lamento mucho…
—¿Qué sucedió?… —su voz agonizaba.
—Según las declaraciones dicen que intentaba cruzar la calle.…
Cómo era posible que ahora que era más que feliz, sucediera esto.
Pasaron horas, que fueron años para el rubio. Intentó guardar la calma, pero su corazón estaba tan impaciente que no quería quedarse sin hacer nada.
—Doctor, quiero saber ¿cómo está mi novio? —el doctor salió de uno de los pasillos.
—Lo lamento chico… —los ojos de Wang YiBo se tornaron rojos y se cristalizaron a causa de las abundantes lágrimas.
—Zhan…, Zhan-ge…
—Cariño.
—¡Mamá! —su cuerpo se convulsionaba por el llanto.
Transcurrieron tres años después de la muerte del chico de ojos color cielo. Su dolor era cada vez más profundo, más doloroso y agonizante.
Conductora de televisión:—“la estrella de la farándula, Wang YiBo fue encontrado muerto en su apartamento esta mañana”— esa noticia movió cielo, mar y tierra.
¿Cómo era posible?
Miró a la distancia, el sol se escondía detrás de las nubes cayendo al mar. Que tranquilidad.
—Es un bonito atardecer ¿verdad?
—Xiao…¿puedes ver?
Xiao Zhan rio —claro que no tonto. Siento el calor del sol.
—¿Por qué…
—¿Por qué estas aquí? No pensé que vendrías detrás de mí.
—¿No lo dije antes? Te amo, no puedo vivir si tú no estas.
—YiBo. Lo siento, lo siento mucho. Yo solo te traje sufrimiento.
—No digas eso, ahora estamos juntos y nada nos separará.
—Nos separaremos pronto. Lo único que pido es que en mi próxima vida… pueda verte y no traerte calamidad, ser la persona que alguien como tú se merece.
—Te buscaré en mi próxima vida, y en la que sigue.
Te buscaré porque te amo. Pero muchas veces no hay una próxima vez. Aún así te diré “Amor. Hasta la próxima vida”.No estoy llorando ¿tú estas llorando?
Esta historia nació gracias a una imagen que vi ayer, la que tiene de portada 😭😭😭😭
Espero les guste y con respecto a amores de corazón oscuro la actualizaré más tarde bye bye pequeñas BINI little
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El cielo en Una mirada Yizhan
Fanfic-¡Ouch! -. Alguien venía distraído que chocó con su espalda. -¿Por qué no te fijas donde caminas?, ¿para que quieres esas gafas tuyas si no prestará atención en lo que haces? -No estaba molesto, pero no midió la forma y brusquedad con la que habló.