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Jimin trató, de verdad lo hizo, pero cada vez que intentaba alejarse de los bordes de aquella nube, caía en la inevitable tentación de volver a ver al castaño, y cuando daban las tres de la mañana en el mundo mortal él aparecería como todas las ma...

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Jimin trató, de verdad lo hizo, pero cada vez que intentaba alejarse de los bordes de aquella nube, caía en la inevitable tentación de volver a ver al castaño, y cuando daban las tres de la mañana en el mundo mortal él aparecería como todas las madrugadas, a veces sus ojos se inundaban en lágrimas —como esa noche en particular— y Jimin lo escuchaba, lo oía y veía susurrándole a los astros celestiales sus problemas, diciendo... Que lo golpeaban en el colegio, que no sabía porqué lo agredían y que nunca se atrevía a defenderse porque tenía miedo.

Jimin quiso atraer al pequeño chico a su pecho y mecerlo para que no llorara más, porque su rostro era angosto pero las lágrimas que caían por éste eran gruesas,  con cada gota salada era otro murmullo sutil que salía de sus labios delgados, su perfil siendo iluminado por la luz de la luna y el brillo de las estrellas y así, confesaba sus secretos a ellas. Sólo ellas debieron ser quiénes escuchaban al muchacho de orbes chocolates, pero no, no fueron ellas quiénes noche tras noche fueron sus más fieles confidentes, no, no, fue Jimin quien lo acompañó, incluso si él desconocía de su presencia.

 Sólo ellas debieron ser quiénes escuchaban al muchacho de orbes chocolates, pero no, no fueron ellas quiénes noche tras noche fueron sus más fieles confidentes, no, no, fue Jimin quien lo acompañó, incluso si él desconocía de su presencia

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★ lost stars ; jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora