Tampones Para Louis [l.s]

Capítulo 1

Harry estaba exhausto. Trabajar y dirigir una empresa era algo que, ciertamente, era estresante y agotador.

Necesitaba a Louis.

Como un zombie, arrastró sus pies calzados en carísimo zapatos de Gucci. Pasó una mano hacia atrás por su cabello corto, de hace una semana recién cortado. Suspiró más relajado, animado por el repentino pensamiento de que, tras media hora conduciendo en su Camaro color plata al fin vería al responsable de su sonrisa y felicidad.

Louis William Tomlinson.

Harry reconocía que, aun con los años que llevaban juntos, su Alfa seguía sintiéndose igual de emocionado y nervioso que la primera vez que conoció a su Omega.

Recordaba que había hecho el ridículo la primera vez que lo conoció, dejando caer montones de papeles que supuestamente debía de entregarle a alguien muy importante y terminaron mojados en el ponche rosa que estaba al lado del Omega. Y sí, dejó caer el ponche.

Y.. sí, también manchó al Omega de ponche.

Recuerda la sonrisa apenada y enternecida del Omega Superior, cuando Harry nervioso se disculpó rápidamente y el diminuto chico seguía sonriendo tranquilo y repitiendo que todo estaba bien, que no sucedía nada.

Sigue enamorado de ese Omega, cada día más intensamente, si es que podía ser.

"Ya he llegado, Louis" llamó el Alfa Superior, abriendo la puerta principal y observando lo limpio y ordenado que seguía todo, hasta que sus ojos viajaron hasta el sofá. Frunció el ceño "¿Louis?"

Buscó con la mirada a su Omega, hasta que un quejido junto con un pequeño "Aquí, Harry" lo hicieron bajar la mirada hasta el sofá.

Louis estaba tapado con una manta, bocabajo y con el rostro mirando hacia la televisión plasma. Harry apreció el cojín que tenía Louis en su pancita, ayudándolo a calmar el maldito dolor y levantándolo suavemente. La mesa era un desastre completo de envoltorio de bombones, revistas femeninas, el mando del televisor y Harry juró que lo que se reproducía en la televisión era una novela barata turca.

Harry boqueó, decidiendo cerrar la boca y mirar preocupado a Louis tapado entre mantas y cojines, lleno de envoltorios de chocolates y con toda una maldita caja vacía donde se suponía que estaban.

"¿Lou?" llamó suave Harry, dejando su maletín a un lado para rodear el sofá y sentarse en cuclillas cara a cara con su Omega "¿Qué te pasa?"

"Me duele todo, Harry" lloriqueó, sorbiendo su nariz "Me duele, porque he entrado en celo y mi maldita barriga me va a explotar. Y he encontrado esta serie turca, y es muy triste Hazza, ella amaba a Sebastián y lo dejó ir porque quería irse con la zorra de Sabrina"

Harry parpadeó, asintiendo como pudo.

"Y me comí los bombones que me trajiste la semana pasada, ¡todos!" se lamentó, girando su cara para ocultarla en el sofá. Su voz sonó amortiguada "¡Soy una maldita ballena asquerosa y gorda que come bombones y ve series turcas! ¡Puta Sabrina, Harry, se llevó a Sebastián!"

Harry no sabía bien que decir, boqueó de nuevo como un pez.

"¿No dices nada?" Louis levantó su cara, Harry sabía que el sofá estaba empapado por el lloriqueo de Louis "Genial, joder, ahora va a venir una Sabrina para quitarme a mi Alfa"

"¿Qué..?"

"Que me ha llegado el celo, Harry, es todo" farfulló molesto de repente.

Bueno, joder.

Harry mordió su labio pensativo. Lo cierto es que, hasta que conoció a Louis, jamás supo que era el celo de un Omega verdaderamente. Era, bueno...

Algo estresante y difícil de manejar.

Harry dio dos suaves palmaditas en el hombro de Louis, el Omega frunció el ceño.

"Ea, ea.." Harry sobó su espalda, no muy seguro de qué demonios estaba haciendo. Louis frunció aun más el ceño, su boca abriéndose levemente, ofendido "Sana sanita, culo de rana, si no se te cura hoy se te cura mañana"

"¿Qué cojones es eso, Harry?"

"No lo sé realmente.." admitió "¿Te ha ayudado..?"

Louis rodó los ojos, volviendo a dejar caer su cabeza contra los cojines del sofá.

"Solo tráeme galletas, ¿quieres?