𝐓𝐡𝐚𝐧𝐤 𝐮, 𝐧𝐞𝐱𝐭 // Rebornplay

𝕋𝐡𝐚nk 🅄, 𝐧𝒆ⲭ𝐭

Se tomó unos minutos para admirarse en el espejo de cuerpo entero que había en la habitación. Lucía espléndido, aunque ciertamente no se sorprendía, siempre se veía bien. Gracias a eso nunca le habían faltado pretendientes.

"Pretendientes, ¿eh?"

Recordaba bien a cada uno de los hombres que habían pasado por su vida; cada uno dejándole una enseñanza, cada uno mostrándole un lado de las relaciones que él no conocía y que lo ayudaron a crecer. Cada persona fue una aventura inolvidable que recordaría siempre con cariño.

Su primer novio había sido Rubius, un chico obsesionado con los osos, alguien que lo que tenía de altura lo tenía de carisma y buena persona. Habían pasado tantas cosas juntos, siempre estaban en desacuerdo y todos los llamaban tóxicos por su forma de llevarse como amigos y posteriormente como pareja... Sí, admitía que a veces tenían actitudes que supuestamente no debiesen tener dos personas que se quieren, pero para ellos era raro llevarse bien, si hasta lo habían intentado y fue como si no se reconocieran. Volvieron a su forma habitual de ser luego de dos días, pues no se soportaban cuando eran "agradables" entre sí.

Con él todo era genial... El problema fue que jamás se podían ver. La familia de Rubius se mudó cuando ambos habían cumplido un mes de noviazgo, causando que no pudieran salir y solo mantuvieran el contacto por llamadas o mensajes. Al final eso les pasó la cuenta y decidieron terminar, pero manteniendo la amistad, y es que no podían estar sin el otro, tenían una relación amor-odio tan particular que al menos querían seguir siendo amigos. Y así había sido, hasta la actualidad, era de sus mejores amigos.

Tras un par de años quiso intentarlo con Perxita, su mejor amigo desde que eran niños, ya que sus madres eran muy buenas amigas también. Su relación no tenía mucha historia, pues solo pensaron que ser novios resultaría, mas tan solo duró tres semanas hasta que se dieron cuenta que no podían tomarse un noviazgo en serio si era entre ambos, y es que cuando se juntaban todo era una broma, nada iba en serio, por lo que cuando intentaban decir o hacer algo del estilo "romántico", terminaban estallando en carcajadas. Habían decidido que lo mejor era seguir como mejores amigos.

Luego de esas dos primeras relaciones se tomó un pequeño descanso de tres años, hasta que sin avisar, apareció el que parecía ser el hombre de sus sueños. Un joven castaño oscuro, alto, de presencia intimidante, con una voz tan grave que te relajaba o te asustaba y un cuerpo que llevaba años ejercitando. Tenía constantemente el ceño fruncido y era muy malhumorado, pero eso a Auron simplemente le encantaba. Este joven era Reborn, había sido como amor a primera vista para ambos y a medida que se iban conociendo más se iban acercando. Solían terminar las palabras del otro, tener las mismas ideas, reírse de tonterías o simplemente sentarse a charlar de lo que fuera con música de fondo. Sin embargo, y muy por el contrario, discutían hasta por lo más mínimo, se gritaban y enfadaban seguido, mas ese era el encanto de su relación, que incluso eso los divertía. Aquél hombre había sido su primera vez, tanto en el sexo como en temas de enamoramiento. Estaba completamente loco por él, lo amaba con locura. Fueron cuatro maravillosos años juntos, hasta que sucedió... Reborn recibió una oferta de trabajo en el extranjero, mientras que Auron tenía un buen empleo en la ciudad, donde pagaban bien y de donde no quería irse. Las discusiones a causa de eso comenzaron y poco a poco aumentaron. Un día se gritaron tanto, que antes de suceder lo peor, el de voz gruesa decidió irse, mudarse y aceptar el trabajo. Habían terminado mal y a ambos les dolía hasta ese día.

Tras eso, en la vida de Auron apareció Lolito, quien había terminado también con su novio, y a los dos los unió el despecho. Grave error. Fueron rápido, muy rápido, tanto que a los cinco meses quisieron casarse con el único propósito de demostrarle al mundo y a ellos mismos que habían olvidado a las personas que se habían marchado. Por suerte comprendieron que lo que estaban haciendo no estaba bien, así que decidieron que lo mejor era ser amigos y ayudarse mutuamente a superar los rompimientos que les dolieron tanto.