quemadura

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Después de que nuestro protagonista  huyera de su "hogar" comenzó a vivir en las calles de un país del tercer mundo.

la primer noche fue la más fácil de todas, pues comió  ese día, además tenía un poco de dinero, y algunas prendas para tener calor.

La segunda  noche no le fue nada favorable, se topó con una pandilla que le quitaron lo poco que tenía, además de meterle una paliza lo suficientemente  buena como para dejarlo varios minutos tirado en el piso  revolcándose  de dolor...

Al amanecer muy cansado por no haber dormido esa noche, se fue en busca de un sitio para dormir, encontró una pequeña  " cueva"  cerca de la salidas del drenaje, esta sucia e infestada de ratas, pero era mejor que nada. Durmió un par de horas..
Hasta que las mordidas de las ratas lo despertaron.

Sin más por hacer rompió a llorar, ¿que más podía hacer? No tenía nada ni a nadie, estaba solo en el mundo.

Pero siempre en la desgracia  se encontrara la forma de sobrevivir, es la naturaleza  humana.

Nuestro protagonista  se secó las lagrima, moría de hambre y no pasaría otro día son comer, tomo unas piedras y ramas, prepara una suerte de trampas para las ratas, y mató tres, no era mucho de hecho era básicamente  nada, solo tomo esas ratas, busco con que abrirlas, tal vez una navaja  de afeitar, una lata de refresco fue lo que utilizo para abrir y pelar esas ratas.

Obviamente  las comió crudas, le provocó  un dolor de estómago muy fuerte, nadie está acostumbrado  a comer rata cruda pero así logró sobrevivir  un día más...

Paso una semana  desde ese día, parecía que se había vuelto loco, intento conseguir un trabajo pero en todos lados lo rechazaban por estar sucio y mal oliente, además de que un "grupo" intento secuestrarlo, quien sabe para que, tal vez querían vender sus órganos, tal vez solo querían ayudarlo, nunca sabremos que le hubiera pasado, por suerte logró escapar.

Pero no todo era malo, asalto a un tipo y logro quitarle una navaja que tenía pedernal, el se sentía muy mal por hacer eso pero si no lo hacía sabia que lo más seguro para el era morir, ya podía comer las ratas cocinadas y encontró una madera que le servía de puerta a su cueva.

Parecía que no le iría tan mal después de todo, pero solo fue a peor...

Un día presenció  como un grupo de narcotraficantes, tiraban un cadáver cerca de su cueva.

Los criminales  vieron al chico y nada tontos llamaron a la policía, alegaron que pasaban por ahí y vieron al chico matar al hombre obvio  no fue prueba suficiente,  además dieron unos miles para que los oficiales  arrestaran al chico en lugar de a ellos...

El chico fue sentenciado  a 20 años de cárcel  por homicidio  en primer grado. Que podía hacer el? A pesar de que dijo la verdad hasta el cansancio, a pesar de que en no tenía nada para provocar las heridas que tenía ese cadáver  a pesar de todo el no podía hacer nada...

Suicidarse tal vez era la mejor opción  pero no podía hacerlo, le prometió a su madre seguir adelante no podía romper esa promesa pues era lo único que le quedaba.

Y así de una vida de mierda comenzó que tener una peor...

Su primer día  en los separos fue uno que lo marcó literalmente  para siempre,  un drogadicto  comenzó a buscar problemas con el chico, lo insultó y nuestro protagonista  no quería decirle nada, solo quería ignorarlo pero su maldita condición de decir siempre la verdad lo obligó a decir "cállate maldito drogadicto sin vida" esto solo provocó  la furia del criminal que sin pensarlo se puso de pie y saco una navaja que consiguió  meter de contrabando y apuñaló varias veces en estomago y un par el el rostro al chico provocándole la pérdida de un ojo.

Por suerte los guardias entraron rápido y consiguieron salvarlo pero tendría que estar en observación  médica varios días.

Así avanza la vida del hombre  con la peor maldición del mundo la verdad que al igual que una quemadura lo acompaña  para toda su vida.

las llamas de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora