Capitulo 1

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Hoy les empezare a contar una historia, pero esta no es cualquier historia.  Mi relato comienza una noche en la que mi padre me había mandado a comprar una cerveza. Para eso tuve que salir de la comodidad de mi casa y recorrer todo el camino bajando por el pueblo hasta un bar. El único bar de Monte Dragón. En el bar mire a dos hombres peleando violentamente, en un principio no me interesaron pero luego sentí una extraña sensación de satisfacción al ver como los puños roñosos rompían dientes amarillos. Regrese a mi casa con la cerveza de mi padre.

Mi familia y yo vivíamos en Monte Dragón. Es un pueblito que tenía un castillo, la única atracción del pueblo, y que se encontraba a las afueras de Buenos Aires. De vez en cuando visitábamos el Castillo del Monte pero algo que me llamo la atención la última vez que pasamos por ahí fue que no había una estatua que yo siempre miraba, en un principio no me preocupé. Pensé: “La deben estar limpiando”. Era de esas gárgolas viejas que casi nadie se fija en ellas pero que  el lugar no sería igual si no estuvieran ahí.

Era una estatua bastante liviana ya que una vez, jugando con mis amigos, me caí detrás de ella. Y esta se cayó, sin embargo no había provocado ningún sonido.  Eso resulto extraño pero desde luego que no me preocupe ya que si hubiese producido algún sonido me hubiesen descubierto.

Nunca me hice cargo de los problemas alcohólicos de mi padre y tuve que vivir con eso. Uno de los problemas más grandes que tuve fue cuando tenía  6 años y venia de jugar al béisbol, crecía mi curiosidad y nada podría evitarlo, pero es mejor no hablar de ciertas cosas. Entré a la cocina, luego de que mis padres me habían dicho que me quedara en mi dormitorio. Lo que vi a continuación fue increíble y creo que ningún niño lo debería ver a esa edad. Mi padre había agarrado un cuchillo y estaba amenazando a mi madre y al bebé que tenía con ella con él, gritó y yo, sin entender lo que sucedía y triste, la abrase. Luego de eso, con mi padre empecé a tener una relación muy distante, algo realmente complicado a la edad de 6 años.

Mi padre por más de que haya amenazado a mi madre y a mí con matarnos nunca nos ha demostrado odio pero si parecería que nosotros a él. El día que mi padre murió, lo hizo junto con mi madre en su cama matrimonial. Él me había pedido que le compre una cerveza la noche anterior y yo como aún tenía un poco de respeto hacia él, lo complací.

Ok, ya sé que ustedes pensaran que mi vida ronda sobre el alcohol pero solo es que mi padre, antes de que aparezca muerto, me enseño todo lo que hoy sé.

Me encargo de investigar los asesinatos y muertes de mi ciudad. Soy el fiscal de Monte Dragón. Todo el papelerío pasa por mis manos y siempre recuerdo todo sobre todos los datos que llegan a mi oficina. Empecé joven en un cargo menor y rápidamente fui ascendiendo de puesto. Comencé trabajando de cartero y al tener una gran relación con mi jefe, él me recomendó con un juez amigo suyo.

En mi pequeño cargo empecé en una pequeña oficina, porque les había pedido a mis jefes que no me pongan en la calle o a vigilar una tienda porque siempre vi esa gente y pensé que todas esas personas no sirven para nada, es decir, están todo el día fuera de sus casas y al salir de ellas no saben si regresarán. Pensé que quizás podría resolver casos fuera del “campo de batalla”.

Duré relativamente poco en ese trabajo por esa misma razón, pero creo que esa experiencia me sirvió bastante para mi futuro. Cuando dejé ese trabajo me tenía que poner a estudiar, así que decidí estudiar abogacía y así “logre avanzar”.

Luego de estudiar y completar mi carrera, creía que necesitaba por lo menos otro trabajo para mantenerme y es que luego de cumplir 18 yo realmente debía irme a vivir solo. Entonces, luego de encontrar un lugar en la fiscalía, decidí comprarme un pequeño departamento y empezar a autoabastecerme. Mi familia parecía no estar muy preocupada por mí el día en que decidí dejar la casa y es que mis padres tenían mucho dinero y vivían de viaje… en realidad mi padre vivía de viaje, mi madre trabajaba en Monte Dragón y a veces se iba con él. Esa razón fue una de las tantas causas de porque mi padres nunca me extrañarían entonces no les preocupo que me fuera…

El día en el trabajo, vi una mujer que me llamo la atención era una abogada que estaba, también, a cargo de mi caso. En un principio no me molesto, es más yo necesitaba un compañero porque yo era nuevo en mi trabajo y necesitaba a alguien con experiencia que me asesore, pero nunca pensé que me iba a pasar lo que me paso. Lo que en verdad me sorprendió fue que ya la conocía. Era Lucia, una ex compañera de la secundaria. Fue increíble, pensé que nunca más la iba a volver a ver desde aquel momento y ahí estaba ella enfrente de mí dándome la mano y preguntándome como había estado este tiempo. Luego de tanto tiempo y ella era... realmente era muy linda…

Al día siguiente me levante sobresaltado por el despertador y mire la hora, eran las 6.30. Baje en un pijama, tome el desayuno en un bar en donde me conocen y volví a subir. Cuando entre en mi departamento me sorprendí al ver a mi hermano Lucas, que ya tenía 17 años. Él como siempre acostumbraba estaba tirado como un animal en el sillón, lo desperté, lo salude y le avise que hablaría con él más tarde. Cuando estaba en mi departamento me di cuenta de que eran las 6.45 y yo entraba a las 7.30 al trabajo. Tenía un auto que compartía con Luciano, un compañero de trabajo, desde que comencé a trabajar acá unos días le tocaba llevarme y otros me tocaba a mí. Gracias a eso nunca falté ni llegué tarde, excepto ese día. Me tocaba a mí llevarlo a él pero me había olvidado…Eran las 7:15 y de pronto se me ocurrió la idea de prender el celular. Tenía 15 llamadas perdidas de él y justo cuando lo prendí me estaba llamando, así que decidí atender: -Pibe, ¿Dónde estás? Hace más de 20 minutos que estoy acá esperándote ¿Qué mierda estás haciendo que no me contestas?

-Perdoname chabón es que me re olvide, decime donde estas que te paso a buscar…

-No deja, ya me paso a buscar Laura… Quedate tranquilo volvé a tu casa esta vez yo te cubro, no hay problema. Chau

                                                   -Chau

Llegue a mi casa luego de rondar por las pequeñas calles del pueblo durante más de media hora. Laura era una amiga de Luciano se conocen desde que tienen 3 años, según lo que me contaron. Ese día tendría que haber ido nuevamente a reconocer las fotos del cadáver y la escena del crimen.

Llegue y mi hermano aún seguía estando sentado ahí esperándome. Le hable sobre lo que me estaba sucediendo. Era mi hermano menor, era el más chico y es el que menos sufrió psicológicamente la borrachera de mi padre. Solamente psicológicamente ya que el día del suceso sufrió mucho por los golpes que tuvo mi madre que lo tenía en la panza. Hablamos de mi padre y luego lo despedí cordialmente llevando hasta la puerta.

                   Esa tarde hablé con Lucia.

El misterio de Alan CeafolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora