Amor de Luna Llena (PARADA)

37 Capítulo: «Que calores»

Mayte***

Bajé a cenar, actuando con normalidad, mientras Alan se quedó en mi habitación en silencio.

-Bueno, ¿donde duermo?-Dijo este una vez subi de la cena

-Donde quieras- Le dije con una amplia sonrisa.

El echo de que Alan quisiera dormir conmigo me ponía muy nerviosa, aunque solo lo hiciera por protegerme.

-Me apañaré con el suelo- Dijo él.

Me sabía mal que durmiera en el suelo, porque aunque fuera verano el suelo estaba frio y se podía poner enfermo.

-Alan...sí quieres puedes dormir conmigo en la cama-

-¿Eso es una proposición indecente?- Dijo con una sonrisa picara

-Pues no. ¿Quién te piensas que soy?

Lo hacia para que no enfermeras- Dije mientras le daba con uno de los cojines que adornaban mi cama.

-Gracias- Fué lo único que dijo antes de quitarse la camiseta que llevaba.

«Que calores» Ver a Alan sin camiseta era superior a mis fuerzas. Tenía los abdominales bien marcados, como para rayar queso por encima. Realmente era muy atractivo. Llevaba el pelo alborotado ya que al desvestirse se había despeinado, y eso lo hacía aun mas atractivo si cabia esa posibilidad.

-Mayte....tierra llamando a Mayte-

-¿Que? Si mm....-

-Te estaba diciendo si nos acostábamos ya, tenemos que descansar, ¿Lo recuerdas?-

-A....si- Tenía un empanamiento monumental.

-¿Derecha o izquierda?-

-Derecha siempre- Dije con una sonrisa amplia.

-Espera, antes enviale un mensaje a Mell, estará preocupada si no sabe de nosotros-

-Ya se lo envié, mientras tú hablabas con tus padres-

-Siempre tan previsor-

Me puse el pijama y luego ambos nos metimos en la cama. Mi cama era estrecha, lo que hacía que Alan y yo estuvieramos muy pegados. Notaba su respiración cerca de la mia y eso me ponía tensa, sobretodo cuando rozaba su torso desnudo.

Me puse de lado, con tan mala suerte que moví a Alan de su sitió y cayó al suelo

-Ups...lo siento-

-Anda ven- Dijo otra vez tumbado de nuevo en la cama.

Me cogió con delicadeza y me colocó la cabeza es su torso y la resta de mi cuerpo, muy pero que muy pegada al suyo. Notaba los latidos de su corazón y eso me hacía estremecerme.

-¿Estas cómoda?-

-Mucho-Dije en un susurro

-He puesto la alarma de mi móvil para despertarme pronto, no quiero que tus padres me pillen aqui en tu habitación, esta flojita para que solo nosotros la oigamos-

-Bien pensado- Estaba tan agusto a su lado, todo lo demás me sobraba. Estuvimos un largo rato en silencio ambós sin poder dormirnos.

Miré a Alan directamente a los ojos, con la cara un poco sonrojada aun.

-Alan, gracias-

-¿Porque?-

-Por todo- Y volví a agachar la cabeza.

-No tienes porque darmelas- dijo Alan levantándome la cabeza - eres una chica muy especial sabes?- y otra vez me volví a sonrojar.

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