La biblioteca no es una plaza

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Como odio esto!

Las chicas que vienen aquí solo para ligar y no se toman el trabajo de poner los libros en su lugar.

Ya llevaba una hora colocando los libros de las mesas de la sección de autoestudio hacia sus respectivas estanterías.

Tomando la última pila de libros me dirigí al tercer piso. Sí esta biblioteca es gigante y por eso me gusta tanto.

En el primer piso es el museo. En el segundo esta todo el material básico y en el tercero ; a propósito mi favorito; están los libros más rebuscados y singulares.

Acomodando ya el último libro observo a mi alrededor. Esto es el paraíso para mí y lo sería aún más si la gente se callara la puta boca un segundo. Ya no hay respeto por el silencio.

Me apreté el puente de mi nariz y trate de tranquilizarme. Me quite las gafas de pasar negra que desde hace medio año adornan mi lindo rostro producto de demasiada lectura. Pero no me importaba.

Me senté en uno de los sofás que habíamos incorporado hace poco y me recosté he intenté recuperar el sentido común.

De repente comenzaron a escucharse gritos y voces. No parecían gritos de socorro o de ayuda así que mi enojo volvió en mí y salí como fiera siguiendo de donde provenían las voces y me quedé plasmada.

Habían muchas personas alrededor de lo que parecía una mujer muy alta. Creo que eran periodistas.

La jauría de animales seguían apuntando a la mujer con sus cámaras y micrófonos. Aquello no tenía nombre y yo había perdido la compostura.

Bleur: He todos ustedes parlantes ineptos! - grité fuertemente hasta casi quedarme sin aire.

El silencio que vino después fue magnífico.

Los periodistas se quedaron estáticos y dirigieron su atención a mí.

Bleur: Están en una biblioteca pedazos de anormales! Y lamentablemente la biblioteca no es una plaza donde puedes gritar los que les de la gana. Así que todos ustedes incluida usted señora salgan ahora mismo sino...

Una rubia anoréxica salió del grupo con su traje chanel ridículamente corto y me miró de arriba abajo.

Rubia: Sino que niñita!?

Consiguiendo que todos sus compañeros lanzaran risas como puercos que son.

Tomé aire y me recordé donde estaba.

Bleur: Mira barbie - la rubia me miró despectiva- me la suda si quereis hacer una rueda de prensa o macharle la vida a esa mujer lo que no quiero es tener que llamar a Shallon y que os patee el culo a todos.

Más de uno abrió la boca indignados por mi comportamiento y mi lenguaje. Pero vuelvo y repito. Me la suda!

Rubia: Que vulgar eres niña! Pero es cosa de negros.

Espera!  Acabo de oír bien? Me acaba de decir que "es cosa de negros"

Sonreí y puse mi mejor pose de modelo enseñando mi cuerpo.

Bleur: Y parece que lo de ser asquerosamente ruin y despectivo- la mujer me miró con furia - y tener tetas pequeñas es cosa de rubias flacas.

Todos hicieron Uhhhh. Y algunas risas de los visitantes se escucharon en los balcones.

Pero una risa masculina destacó entre todas y provenía del centro del círculo que atormentaba mi mañana.

Rubia: Mira tú niña de cuarta...

Y si quiero?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora