Capitulo 2

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Zoe

Caigo a la cama y siento sus labios recorrer cada centímetro de mi cuello, su lengua hace un camino desde mi oído hasta mi clavícula mandando diversos escalofríos por todo mi cuerpo, sube de nuevo y besa mis labios. Lo extrañaba, necesitaba tenerlo cerca, recordar porque se ganó un espacio en mi pequeño corazón.

Sus manos, su aliento, como recorre con unas caricias lentas mi cuerpo. Quiero poder mantener mi distancia con él, tenerlo lejos para que nada le pase. Llegar y hacer borrón y cuenta nueva de lo que se ahora de él y pretender que no sucede en verdad es más difícil de lo que pensé.

Damián no es el mismo chico ante mis ojos ahora, tomo decisiones malas igual que yo, se las dije, pero el a mi no. Quizás tengo el rechazo de estar con él por eso mismo. ocultar una parte de ti mismo a quien dices amar, es prácticamente no tener confianza, pero se me nubla la cabeza de esos tipos de pensamientos cuando lo tengo dándome este tipo de caricias.

—Te extrañe mi niña — su lengua hace una danza con la mía en la que apenas puedo decirle a mi cabeza que lo aleje un poco. — Quiero que me sientas...

El susurro de sus labios contra mi piel logra llevarme a ese mundo donde solo él y yo existimos.

Agarra la orilla de mi polera y comienza a sacarla lentamente, sus labios hacen un camino húmedo desde mi cuello hasta mi sujetador que lo saca de un solo movimientos, lame sobre mis pechos, mi manos por voluntad propia se van a su pelo mientras todo mi cuerpo comienza a retorcerse en la cama, pero Damián me las saca y levanta la cabeza.

— Quieta... — me deja las manos en la cama y le doy una mirada de confusión —Quiero que me sientas, nena

Se acerca una vez más a mis pechos mordisqueando mis pezones erectos, las manos me pican para poder acercar más su cara a mis pechos, mi cuerpo entra en una convulsión cuando por encima de mis pantalones su mano me acaricia.

Los gemidos se escapan de mi boca cuando abre mi pantalón, su mano dentro llegando a ese lugar donde tanto lo necesita. Me llevo una mano a la boca porque solo entre a casa y no sé si estaba Elma o alguien más. Damián deja de lado mis pechos y comienza a bajar por mi estómago dejando besos mojados, levantó la cabeza y veo sus azules mirándome fijamente.

Llega a la orilla de mi pantalón y de un solo movimiento me los baja llevándose mis bragas con él, quedo totalmente desnuda para y solo para él.

Levanta una de mis piernas y apoya el talón en su hombro, vuelvo a levantar mi cabeza y lo veo de rodillas, prácticamente me abrió, eso me gusta y mucho, verlo de esa manera con los ojos inyectados en lujuria y deseo de devorarse lo que está viendo. La forma en cómo se lame los labios hace que deje de lado la razón para estar dispuesta para hacerme lo que le plazca.

Sube mi otra pierna a su hombro y poco a poco en una va dando pequeños besos y en la otra la va acariciando lentamente, me muerdo los labios por la desesperación de sentirlo dentro de mí de una buena vez, llega a mis muslos y sopla en mi sexo.

Arqueo mi espalda y trato de levantar mis caderas para sentirlo de una buena vez, siento como su pulgar acaricia lentamente mi hinchazón, comienzan a tirar de una manera torturosa. Una de sus manos va recorriendo todo mi cuerpo hasta llegar a mi boca, metiendo su pulgar en ella.

— Chupalo mientras yo te chupo a ti — dice y siento como que soy capaz de correrme solo con escuchar su voz ronca.

Paso mi lengua por su pulgar y siento su lengua en mi vagina recorriendo cada centímetro igual como trato de chupar todo su dedo, introduce uno de sus dedos en mi interior y mis dientes recorren su dedo, gemidos y jadeos llenan la habitación y eso me encanta, con una de mis piernas lo aproximo para tirar su pelo.

Después de él ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora