Capitulo 3

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Damián

¿De verdad mi vida dejo de ser lo que era por meterme en este estúpido mundo por así llamarlo?

A pesar de los problemas estaba feliz con mi vida, sin darle explicaciones a nadie, sin quemarme la cabeza tratando de buscar soluciones para poder buscar la felicidad con la mujer que amo.

Nunca creí que iba a sentir tanta desesperación y a la vez tanta rabia al mismo tiempo, siento que podría agarrar a Nicholas y matarlo por meterme en esta mierda, pero sé que yo solito lo busque, yo solito acepte, que las cosas se fueran a la mierda en el proceso también es algo muy diferente, no podría culparlo, aunque quisiera.

Que me enamorara no estaba ni cerca de mis planes, pero me enamoré y por ella movería el mundo entero para que nadie me la dañara, el puto planeta ardería. Es por esa razón que debo tragarme las ganas de matar a Nicholas, dejar de lado todo lo que siento para poder buscar algo de "ayuda" si es que se le puede llamar así.

Saco mi teléfono del bolsillo del pantalón y miro para ambos lados para cruzar la calle, marco su estúpido número y espero a que me conteste, espero que no lo haga y tener de excusa que lo intente, pero para mí mala suerte si contesta.

— ¿Damián?

— ¿Dónde estás? — digo para hacer esta conversación lo más corta posible.

— Estoy en... bueno ya sabes donde, ¿Porque?

— Bien, ¿Está tu hermano?, por favor dime qué no.

— No está por ahora, creí que vendrá en la noche, hoy pelea Luke así que más que seguro que vendrá o eso pretende que haga John.

— Genial, te veo en unos minutos.

Corto la llamada y antes de guardar mi teléfono veo la foto que tengo de fondo, un dolor me crece en el pecho al ver cómo Zoe sale sonriendo en aquella foto que se la tomé días antes de que todo se fuera a la mierda. Pensé que estaba haciendo todo bien, creí que todo estaba en constante tranquilidad, pero todo me escupió en la cara, porque creí.

Me odio por dejarla en la cama llorando, no quería decir nada de lo que había dicho, claro que no quiero que ese bastardo se le acerque ni siquiera cien metros, pero lo hizo y yo no estaba con ella, estaba sola con ese hijo de perra. Entiendo perfectamente su miedo, pero no sé si ella sabrá que su miedo también es el mío, su miedo es que me dañen, el mío es que la dañen a ella.

¿Habrá sido buena idea dejarla? ¿Abra sido buena idea terminar?

Joder claro que no, la quiero a mi lado todo el maldito día, también la noche, quiero poder verla y darle un beso, agarrarla y hacerla mía cuando se me plazca tanto a ella como a mí, estuve unas semanas en el infierno lejos de ella, como voy a sobrevivir estando más días lejos, no ni de coña.

Veo de lejos la maldita torre, saco mi teléfono y busco su nombre.


Yo: tú a mí no me dejas como yo no te dejo a ti, que te quede claro una cosa Zoe, que si estamos separados tienes prohibido que tú boca toque la de otro, primero muerto que compartirte con algún necesitado, eres mía y punto.


Guardo mi teléfono y comienzo a caminar a la torre con una cólera del porte de un buque, a unos metros de entrar mi teléfono vibra lo saco.


Nena: bien, pero saca de tu mente y firma un maldito contrato en donde diga que no te vas a acostar con esas zorras de mierda, mira Damián que me entero de que estás respirando en la misma habitación te corto las bolas.

Después de él ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora