ChanYeol odiaba ser despertado por ruidos, o gritos, le recordaba a cuando su madre le obligaba a despertar los domingos en la mañana, abriendo su cortina permitiendo que el sol quemara sus globos oculares para limpieza general de la casa, o cuando su hermana lo despertaba a golpes para almorzar.
Él y su hermana parecían ser perros y gatos, pero a sombras de todos, eran un refugio mutuo, ChanYeol buscaba de ella ante cualquier crisis, y ella buscaba de él ante todo lo que la acongojara. Pero nada esto evitaba que en los cumpleaños del otros, se felicitaran a golpes.
Como cuando ChanYeol cumplió diez años, y su hermana le tironeó de sus orejas hasta llegar al número y finalizar con una colleja por la parte baja de su cabeza, en tanto ChanYeol se lo devolvió tironeando de sus coletas de caballo. O cuando cumplió quince que YuRa creyó genial despertarlo con una cachetada sonora a mano derecha, para que gran parte del día ChanYeol tuviera los cinco dedos de su hermana marcados en la mejilla. A decir verdad tenía más recuerdos y memorias físicas de parte de su hermana que mentales como tal.
Pero aquel sábado lo había despertado el excesivo ruido en la cocina, y las mil y una maldiciones que BaekHyun había gritado, haciendo todavía más ruido. Pero prefería no levantarse y simplemente dar vueltas en la cama o jugar algún juego que descargase a su celular. O al menos eso hizo hasta que creyó oír algo pesado caer, y a un BaekHyun quejándose con muchas malas palabras que creía imposible pronunciar.
Se incorporó de su cama, colocándose una chaqueta por encima de su camiseta de pijama, y sus zapatillas sin acordonar. Al salir de su habitación oyó a BaekHyun quejarse mientras revolvía las alacenas del baño.
—¿Baek?– el recien nombrado pareció haberse asustado por la ronca voz del menor, y golpeó su cabeza contra uno de los cajones del lavamanos, para luego incorporarse y mirarlo. —¡Mierda! ¿Pero que te pasó?
BaekHyun parecía tener herida la zona bajo su ojo y de allí brotaba algo -bastante- de sangre.
—Estaba buscando algo, y al abrir la puerta de la alacena superior, se cayó y la esquina me golpeó. ¿Está muy mal?– BaekHyun mostró su herida a ChanYeol quien dudó un poco en acercarse, pero finalmente lo hizo.
Desde aquella noche BaekHyun parecía no enterarse de lo sucedió, y ChanYeol no estaba seguro de cómo sentirse, pero aseguraba que era una fusión entre decepción y alivio. Si no recordaba, o no se enteraba, tal vez simplemente estaba ignorando el hecho de que días atrás BaekHyun lo había besado y le había llamado TaeYeon.
Pero allí estaba, cerca del rostro de BaekHyun, quien estaba sentado en la tapa anteriormente bajada, del retrete, mientras ChanYeol limpiaba la herida con sumo cuidado.
—Apúrate que se quema mi pastel.– ChanYeol presionó la herida con agua oxigenada, haciendo que su amigo chillara de dolor. — No seas bruto.–
—Casi pierdes un ojo, ya casi termino deja de llorar.– ChanYeol cortó un grueso trozo de gasa, el cual pegó con delicadeza y un poco de cinta sobre la herida de BaekHyun. —Te va a doler, pero dejará de sangrar en un rato.
BaekHyun le sonrió y se levantó con rapidez apurandose a llegar a la cocina, lo siguió un poco más tranquilo, viendo como BaekHyun se ponía unos guantes de cocina para abrir el horno y sacar un recipiente redondo con un bizcocho humeante, su amigo pincho aquello con un cuchillo para luego festejar diciendo que estaba perfecto.
—¿Y eso?–
—Es tu cumpleaños, así que quería sorprenderte con un pastel, pero veo que te desperté. – BaekHyun señaló el desorden de la cocina y su herida.—Es para tí Channie. ¡Feliz Cumpleaños!
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Convivio.《 ChanBaek 》
FanfictionChanYeol no estaba muy seguro de cuanto iba a soportar su corazón la convivencia junto BaekHyun, aquel secreto que por años se guardó comenzaria a afixiarlo. BaekHyun se aburría encerrado, y su única distraccion eran los momentos junto a ChanYeol. ...