única parte.

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Todos conocemos a este par, Gaara del desierto y Rock Lee, personalidades totalmente opuestas y diferentes, pero, que sean tan diferentes es lo que hace que se complementen perfectamente, ya que si fueran iguales sería bastante aburrido, ¿No creen?

Era una hermosa mañana en Konoha, y un joven con corte taza y ojos negros al igual que su cabello estaba desayunando rápidamente, pues estaba emocionado, ese día en unas 5 horas tendría una cita con su pareja, un joven pelirrojo de la aldea de la arena llamado Gaara, ¿pero porque tan emocionado si todavía faltan 5 horas? Pues mi amigo, es que este pelinegro es nada más y nada menos que Rock Lee, y esperar o calmarse no son precisamente palabras que le gusten del diccionario.

Terminando de desayunar salió corriendo al departamento en el que su pareja y sus dos hermanos mayores, Kankuro y Temari, dormían mientras estaban en Konoha. Al llegar, antes de poder tocar la puerta siquiera está fue abierta por el hermano menor de los de la arena, y saliendo en el acto.

- Sabía que no resistirías esperar hasta las 12, así que ya me preparé para salir. - dijo algo seco Gaara, pero lo que para algunos podrían tomar como cortante o hiriente, el de grandes cejas sabía que era una pequeña burla de su pareja por su impaciencia de modo cariñoso, ya que el aún se estaba acostumbrado a tratar con las personas, y eso era lo más cariñoso que podía actuar en la calle cuando se acaba de topar con Lee, ya que luego de un rato, si, y solo si, es por pasar tiempo con el pelinegro, es que se empieza a soltar más.

- ¡Se nota que me conoces bien mi Gaara! - Dice abrazándolo en el proceso, haciendo que Gaara solo pueda ocultar su cara en el pecho de Lee por la vergüenza.

- ¿Ya vamos a caminar? - Pregunta el pelirrojo aún avergonzado una vez que Lee lo suelta.

- ¡Claro amor! - contesto para tomarlo de la mano y empezar a caminar con el, haciendo en el proceso que las mejillas de Gaara tomen un rojo más fuerte que el de su cabello.

Esa era la primera cita de la semana, por ende, Gaara había decidido que actividad realizar, ya que por lo distintos que eran sus gustos, decidieron que en una cita uno elegía donde ir, y en la siguiente el otro decidía y así, y como su última cita, la cual fue ir a una fiesta hecha por Naruto, fue elegida por Lee, era turno de Gaara, el cual decidió en solo salir a caminar para luego ir a comer a la casa del mayor y tener una tarde de películas acostados en el sofá, algo simple y calmado, perfecto para el menor de los hermanos de la arena.

- ¿A donde quieres ir mi amor? - Pregunta el amante del Taijutsu.

- Quizá al bosque de cerezos, y de ahí tomar el camino a tu casa para comer, no alcance a comer mucho antes de que llegarás. - dice algo divertido por lo último.

- ¡Entonces vamos! Y para compensarte yo voy a cocinar mi especialidad, ¡Curry! - contesta energético como siempre.

- Está bien - dice con una muy sutil sonrisa en los labios, ya que a pesar de que no era muy fanático del curry, para él el simple hecho de que sea cocinado por su pareja era suficiente para que Gaara pudiera comerse una olla completa si quisiera, además sabía de sobra que esa era la comida favorita del de pobladas cejas y quería darle un pequeño gusto.

Al ver esa sonrisa, tan sutil que para alguien que va pasando apenas sería notoria, el corazón de Lee se disparó de su pecho y si no fuera porque tenía la boca cerrada se le saldría por ahí, ya que a pesar de que Lee sea la única persona para la que ver aunque sea una sutil sonrisa de Gaara, y más aún, ser la razón por esa sonrisa, sea algo cotidiano, siendo que incluso para sus hermanos era algo raro, ni hablar para el resto, que para ellos sería señal de Armageddon o que si la llegarán a ver lo más probable sea que se pellizque para saber si está despierto, siempre que Lee veía esa sonrisa era como la primera vez, y se quedaba ensimismado viendo esa sonrisa con cara de idiota, no importa cuántas veces haya visto o vaya a ver la sonrisa de Gaara, el creía, o mejor dicho, sabía, que siempre su reacción sería la misma, ya que sus personalidades podían ser distintas como el día y la noche, pero eso no importaba, no importaba si él era un loco del entrenamiento y que Gaara prefiriera leer un libro, que a Gaara prefiera caminar, y el prefiera juntarse con sus amigos y hacer una enorme fiesta, los ojos de Gaara lo habían enamorado al igual que todo de él, y siempre sería así.

Espero que te haya gustado, estaba escuchando la canción y se me vino la idea, ya que a pesar de ser tan distintos amo está pareja y no se, lo demás salió solo, bueno, sin más que decir adios

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A ti te gusta la bachata y a mi me gusta el rockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora