Seis: Nieve

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Tristán Norwood

Parecía algo absurdo lo que estaba escuchando, ya sabía que la pelinegra me estuvo escuchando el día de la cena por lo que no me sorprendio esa confesión, pero no podía creer que a ella también la había llamado un extraño ese mismo día (era mucha casualidad) me sorprendió cuando los vi a los tres frente a mi casa ya que casi no los conozco y aunque al principio no quería venir a la casa de los vecinos y que veía un poco estupida la idea de que fuera el mismo extraño acepte gracias a que la morena que estaba con ellos, quien me informo que se llama Delilah, insistió bastante y me nombro un sin fin de razones del por qué tenía que ir con ellos.

Eso me llevo a la situación en la que estoy en este momento, en la sala de mis vecinos, viendo como Aurora suelta un vomito verbal de como esta apenada por escucharme, pero eso no es por lo que vine ni lo que me interesa.

— ¡Aurora ya! — suelto para que deje de hablar y la tomo de los antebrazos — se que estas apenada por escucharme pero eso es lo que menos me importa, dime de una vez que te dijo el extraño.

— Yo sólo quería que supieras que no fue mi intención escucharte ese día.

Habla a la defensiva y se zafa de mi agarre para sobarse los antebrazos, lo cual me hace darme cuenta de que ejercí más fuerza de la necesaria.

— Lo siento, no tenía que hablarte así, pero necesito saber que te dijo el extraño.

— Puedes preguntarme de manera civilizada ¿No creés? — dice burlona.

— Sí, lo sé, pero no dejabas de soltar estupideces y no llegabas al punto.

— Te estaba pidiendo disculpas idiota — recalca acercándose a mi — pero tranquilo, no lo volveré a hacer.

Su cercanía me hizo perderme por un momento en esos iris de colores, me resultaban muy adictivos, muy exóticos y eso es algo raro ya que trabajo con personas con anomalidades por mis pasantías, pero esos ojos que miraba directamente y los cuales correspondían a mi acción, tenían algo diferente, algo único.

— ¡Bueno mi gente! No encontramos vodka pero si vino, eso debe bastar para la ocasión ¿cierto? — Delilah sale de la cocina con una botella de vino junto a Aarón que trae cuatro copas.

Aurora se separa de mi rápidamente y yo me vuelvo a sentar en el sofa, ella hace lo mismo en el sofa individual que tengo en frente.

— Tome prestadas las copas de la vajilla cara de mamá — Aarón coloca las copas en la mesa y comienza a servir.

— ¿Estábamos interrumpiendo algo? — pregunta la morena que al parecer es muy curiosa.

— No, solo hablábamos del extraño — Aurora toma una de las copas con vino.

— Para eso vine ¿Cierto? — tomo otra de las copas y la miro.

— ¿Ok? — Delilah nos mira a ambos y toma asiento al lado de su amiga — bueno el extraño no fue muy claro con lo que le dijo a Aurora, ¿Cierto?

Aurora deja de mirarme, ya que hasta ese momento lo estuvo haciendo, y lleva su vista hacía su amiga.

— Sí, me dijo cosas muy incoherentes, dijo que me veía muy bella durmiendo, que le trasmitía mucha paz, que nunca me gusto que me despertaran y que era una pena que él lo hiciera, después dijo que siempre había sido muy terca y que me cuidara que no estoy segura.

Eso no me gusto, si el extraño le dijo que se veía bella durmiendo significaba que la estaba vigilando, y si resultaba ser el mismo extraño, el cual también me decía cosas raras a mí, entonces también podría estar vigilándome.

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⏰ Última actualización: Mar 06, 2021 ⏰

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