¿Cómo le dices a alguien que lo amas si ni siquiera puedes hablar?
꒰◌;Capítulos cortos (200 a 1300 palabras)
꒰◌; Este fic tiene dos niveles: "¿Dónde está mí insulina?" Y "¿Dónde está el Clorox?"
꒰◌;Esta historia NO me pertenece, es una adaptación. T...
Yoon NaYeon hizo prometer a su hermano que iba a cuidar a Hamada Asahi.
Aunque Asahi nunca supo porqué, la verdad era que la mayor de los Yoon no soportaba los matones, ella misma, en sus tiempos de estudiante, era la encargada de defender a los que no lo hacían por sí mismos.
Pero ella ya había terminado el colegio, y no podía defenderlo, así que confiaba que su hermano dejaría de importarle una mierda todo si al menos iba a la escuela para cuidar de él.
Por más que una parte de Asahi estaba ofendido, porque él no quería ningún guardaespaldas, una parte de él sabía que no le haría mal.
Y la idea de que Yoon JaeHyuk lo cuidara le gustaba.
Al día siguiente JaeHyuk se había sentado en el banco junto al suyo, mandando a la mierda a la chica que reclamó su lugar.
Asahi se había ganado miradas de odio por parte de la chica y de sus amigas, pero JaeHyuk dijo que si él no podía decirles nada él lo haría.
Eso le había causado gracia y había soltado una risa muda, no pudo evitar ruborizarse cuando vió a JaeHyuk sonreír por aquello.
Se preguntó si lo hacía porque su risa sin ruido era muy ridícula, si él mismo era ridículo.
Esos pensamientos lo habían hecho bajar la cabeza, avergonzado, y JaeHyuk se había dado cuenta de su cambio.
—¿Qué pasa, Hamada? — preguntó con amabilidad, doblándose para mirar a Asahi al rostro, que tenía agachado.
El chico negó, aunque sus manos se movieron en un gesto que JaeHyuk no pudo entender.
JaeHyuk suspiró un poco, no sabía nada de Asahi, pero parecía que él no se había acostumbrado a no usar el lenguaje de señas.
Yoon tomó su cuaderno de notas y una lapicera, dejándolo caer sobre el banco de Asahi, haciendo que el chico de irguiera con sorpresa.
— Dí lo que quieras— dijo, señalando al cuaderno.
Asahi tomó la lápicera con duda, escribiendo lentamente y con vergüenza, luego le alcanzó el cuaderno a JaeHyuk.
"¿Soy ridículo?" Preguntaba en la hoja.
JaeHyuk frunció el ceño, mirando las palabras, luego alzando para ver a Asahi, quién volvía a mirar hacia abajo, pero notó el brillo de las lágrimas.
Enojado, JaeHyuk arrancó la hoja del cuaderno, rompiendola en muchos papelitos, haciendo que Asahi lo mirara.
Juntando la hoja rota en su puño, apretando con fuerza, JaeHyuk se inclinó hacia Asahi, mirando directamente sus ojos.
— No tienes nada de ridículo, Hamada.
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