Mira... El nuevo!

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Aún recuerdo aquél día... El viento soplaba fuerte, las hojas del otoño volaban por doquier como si fueran mariposas y mi padre metia las maletas en el baúl del auto con una sonrisita de satisfacción que irradiaba su rostro.

Éstas feliz? - dije tranquilamente - No eres de los que sonríen mucho y hoy parece que te hubieras ganado la loteria.

El me miró, prendió un cigarrillo y dijo como si nada - pues eso es por que al fin me libraré de ti niñito subnormal.

-Me alegra que estés feliz papá.. - dije sin demostrar sentimiento alguno y sin más entre al auto, lanze mi bolso repleto de libros en el asiento del copiloto y acelere.

Papá no siempre fue asi. Antes de que mamá muriera el sonreía a toda hora y parecía ser el hombre mas feliz del mundo, pero luego del accidente cambió... Se convirtió en un alcohólico melancólico que culpaba a su hijo pequeño por todas sus desgracias.

Ya había conseguido mi permiso de conducción y le dije que no era necesario que me acompañara. No quería ver esa sonrisita estúpida durante todo el trayecto a la universidad, mientras avanzaba no quise mirar atras, no quería volver a ver esa repulsiva expresión qué me recordaba lo mucho que me odiaba y los años que pase culpandome por la muerte de mamá.

Después de horas de viajé pensando en los amigos que no tenía y en las cosas que no dejé atrás, escuchando música pesada y maravillandome con el paisaje muerto de otoño. Llegue a la exclusiva y podrida universidad... De blue lake, Drown michels.

Para cumplir mi sueño de ser maestro de filosofía tuve que esforzarme y sacar un buen promedió... La verdad fue mas que eso, mi promedió fue tan alto que me dieron una beca en aquella universidad para niñitos ricos... No es que no me gustara la idea de prepararme en una prestigiosa universidad, lo que no me gustaba era tener que lidiar con todos esos bebitos de papi. Asi que antes de bajar del auto decidí ponerme mis audífonos para ignorar al mundo mientras tomaba mis maletas y me dirigía a mi dormitorio.

Todo hiba muy bien, no miré a nadie y nadie se me acercó, caminé con mis dos maletas al dormitorio y las dejé sin fijarme en el chico que estaba sentado en la litera.

-Oye tu. ey! Oye chico nuevo!. - gritó el desde la puerta, mientras yo caminaba de regreso al auto por mis maletas. Nisiquiera advertí su presencia, sólo caminé con mis manos en los bolsillos de la sudadera y mis pensamientos ahogados en la música, hasta que llegue a mi automóvil de segunda. Me puse en frente de la cajuela y justó cuándo me disponía a abrirla sentí una mano en mi hombro... Gire rápidamente vi la silueta de un hombre y sin otra observación le di un puñetazo...

Fucking Bad GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora