─❆ Ice ·❄· boy ❆─

Sólo a una tonta como yo se le ocurriría adentrarse en un bosque totalmente desconocido a pleno atardecer.

Llegué hace unos días con mis padres a un campamento de esquiaje. Uno de los más famosos por sus lujos y hermosos paisajes, para mi suerte. Mi pasión desde niña es fotografiar paisajes y cabe destacar que soy bastante curiosa, ese bosque cubierto de blanco era mi próxima obra de arte.

A hurtadillas tomé mi cámara y burlando las exigencias de mis padres me adentré al bosque sin medir las consecuencias. Llena de emoción capturé varias imágenes maravillosas olvidándome del paso del tiempo. Comenzaba a oscurecer y algo llamó mi atención. Había un sendero de flores azules, algunas azul pálido y otras de un azul fuerte que contrastaban perfectamente con el blanco de la nieve.

No tenía ni idea de que hubieran flores que crecían en el invierno.  Guiada por mi curiosidad llegué a una pequeña casita con el techo cubierto de nieve y las columnas forradas con enredaderas de las mismas flores rodeadas de escarcha. De la casa provenía luz como de una fogata que la hacía lucir cálida y acogedora entre la oscuridad de la que ya estaba rodeada. Una imagen digna de capturar.

Traté de recuperar mi temperatura normal frotándome los brazos. El frío me estaba matando y los dientes titiritaban. A paso lento me acerqué a la casita a tocar la puerta, extrañamente estaba abierta, así que no dudé en entrar. 

Parada justo en la entrada  observé todo detenidamente. Como sospechaba, había una acogedora fogata. Una gran alfombra de color rojo vino acompañada de un cómodo asiento del mismo color adornaban el centro. No existía una pizca de polvo, lo que indicaba que el lugar no estaba abandonado.

ꟷ¡Hola! ¿Hay alguien en casa? ꟷla típica pregunta que hacen los intrusos al llegar a una casa. Era lo más sensato de igual manera.

No recibí respuesta, en cambio, luego de unos cortos segundos un chico bajó las escaleras de madera. Era extremadamente pálido, de pelo rubio llegando casi a un tono blanco y ojos azules.

ꟷ¿Qué busca aquí? ꟷ indagó cortante el motivo de mi presencia.

ꟷSiento molestarle a estas horas ꟷ reverencié en señal de disculpa obteniendo por su parte miradas cargadas con desdénꟷ Soy turista y me he perdido en este bosque llegando aquí como consecuencia, a su hogar ¿Sabe dónde queda el campamento de esquí? ꟷasintió manteniendo la misma expresión,  dudaba que me ayudara, parecía un cascarrabias. ꟷ¿Crees que podrías llevarme allí?

ꟷNo soy guía turístico. Que te hayas perdido no es mi problema..ahora ¡Sal de mi casa!

Acaté su orden sorprendida y asustada encontrando nuevamente el paisaje nevado y friolento.

¡¿Qué diantres le pasaba a ese idiota!?

Notoriamente molesta me dejé guiar por un impulso y golpeé la primera roca en mi campo de visión.

Mala idea.

Enseguida me quejé del dolor provocado haciéndome dar saltitos levantando el pie dañado sin poder evitar el reflejo incondicionado.

¡Soy una estupida! ¿Cómo se me ocurre escabullirme del campamento sin conocer los alrededores? Ahora tendría que afrontar la realidad.

No me alejaría de la casita para nada, era como un lugar seguro en el centro de aquel bosque.

Prohibía resguardarme en ella pero al menos me brindaba luz.

Gracias a Dios traía un abrigo de esos largos que te cubrían hasta la rodilla. Recostada a un tronco a una distancia considerable del hogar de aquel chico me propuse dormir.