Capitulo 3

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-Ahhh- grito cuando siento como cae agua helada sobre mí.

Abro los ojos y veo al pelinegro frente a mí con un cubo de vacío, se ven tan hermoso vestido de negro, tan apuesto y varonil, pero a mi mente vienen las imágenes de lo que me ha pasado en los últimos días y recuerdo que es mi verdugo, como puedo me arrastro hacia la esquina opuesta a donde esta y me acurruco allí flexiono mis rodillas pegadas a mi estómago, me duele mucho no puedo apretarlas pero hago un esfuerzo sobre humano para protegerme, abrazo mis rodillas para que el pelinegro no me haga más daño.

-Hola Princesita-saluda con su usual sarcasmo hacia mí- me ha dicho un animalito por ahí que no has dicho nada- siento como se acerca hacia donde estoy y me acurruco mas en la esquina a pesar del dolor lo único que quiero es protegerme de este psicópata. Siento una suave caricia en cabello, me tenso no quiero ese toque, quiero que se aleje, que me deje en paz. Las caricias siguen es tanto mi cansancio mental y emocional que, bajo la guardia, me relajo, me gusta, no quiero que me guste, no quiero que me relaje, pero lo hace, disfruto del suave toque, pero ese fue mi error disfrutar una caricia de un desgraciado como el, me toma fuertemente del pelo arrastrándome al colchón mojado y sucio que tengo por cama.

-Pero conmigo si vas hablar- me hago bolita en el colchón, con el cuerpo adolorido, el vientre ardiendo, las cadenas apretadas. Siento que algo golpea mi espalda de repente y grito del dolor, el impacto es inminente y desgarrador, duele, duele muchísimo, salto de cómo puedo del colchón a pesar del dolor y caigo al piso sin fuerzas alzo los ojos y veo al pelinegro con un cinto en la sus manos, un cinto que parece negro y de cuero- ya no más oportunidades princesita- se acerca a mi y vuelve a pegarme muy fuerte en las piernas, pataleo, lucho, grito, suplico, ya no se que mas hacer, ya no se como mas puedo evitar este dolor, no tengo fuerzas no tengo ganas de nada solo quiero morir no quiero seguir aguantando nada de esto.

- ¡POR FAVOR! -grito- para ya, si quieres matarme solo hazlo, solo mátame, por favor-suplico entre llantos en el tercer golpe, ya no soporto más.

-Solo dime donde esta tu Maldito padre- me dice, se acerca a mi y se agacha a mi lado pasa sus manos tiernamente por mi mejilla pero no me fio, alejo mi rostro de sus sucias manos mientras me voy arrastrando lejos de él, no tengo fuerzas para pararme, no tengo fuerzas para nada- Uy pero que ruda- vuelve a acercar sus manos pero esta vez agarra muy fuerte mi mandíbula- no tolero que me rechacen- me duele la mandíbula, las lagrimas siguen saliendo de forma constante ya no sé qué más hacer, siento que me la va a arrancar.

-Ahhh-Grito mas fuerte-Eres un maldito-digo en voz baja, sabiendo por lo cerca que esta que me ha escuchado, me pega una fuerte cachetada y vuelvo a gritar.

El ríe, su risa es tan hermosa, lastima que sea un ser tan malo y despiadado- Adiós princesita, nos vemos mañana-camina hacia la puerta de la asquerosa habitación donde me encuentro si así se puede llamar a esta ratonera- por cierto, casi lo olvido- voltea cuando esta abriendo la puerta para salir con su mano en el pomo- Igor vendrá en las mañanas y yo en las noches, te encantaran nuestras visitas.

Se va y cierra la puerta, ya no puedo más, los días pasan ya no se si es de noche o de día, como lo prometió Igor venia en las mañanas y el en las noches, ya no me golpeaban, pero seguían las torturas me mojaban con agua helada me dejaban horas sin alimento, sin agua, me insultaban, me dejaban suspendida sobre el piso por largas jornadas de tiempo. Solo comía una vez al día solo la hora del almuerzo, dos rebanadas de pan y una botella de agua eso era todo. No sé cuántos días han pasado, no se donde estoy, no se que ha hecho mi padre para que yo tenga que pagar por él, no se quienes son estas personas con extraños acentos, me duele mucho el pecho desde ayer me están llegando unas punzadas insoportables, la herida del estomago esta muy fea y cada día me duele más. Otra punzada me hace desfallecer y caer en el colchón mojado, porque si este colchón sigue mojado y cada día lo mojan más. Pero ya basta, basta de esta actitud sumisa, si quieren matarme que lo hagan, ya no mas llantos, ya no mas suplicas, que hagan lo que quieran, en este momento la muerte es la mejor solución para este dolor y este calvario.

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William

-Hermano no se que mas hacer- entra Igor a mi despacho sin tocar.

- Mierda Igor no ves que estoy ocupado-le regaño mientras tengo a alekssandra a horcajadas sobre mí en ropa interior una muy hermosa y sexy lencería negra, por cierto. Estaba a punto de quitarle el sonten para mamar sus maravillosas tetas, pero el estúpido aquí de mi mano derecha y amigo decidió interrumpir.

Alekssandra es como mi puta personal cuando ambos queremos satisfacernos nos buscamos y nos apagamos el fuego sexual. Ella es salvaje en la cama, es fogosa es indecente pero no sería la persona adecuada para formar una familia.

-William, este problema es imposible-dice Igor.

-Alek seguimos luego, nena- ella se levanta de mis piernas y veo su sexy cuerpo, uno muy hermoso pagado por mi cabe destacar, le quedan fenomenal esas tetas y tengo que sacarles provecho. Se amarra el cabello rubio platino en una cola alta y se pone la bata de seda negra que llevaba hace unos minutos, pero aunque este buena, mi cabeza últimamente solo piensa en la pequeña castaña que esta en mi sótano, hace noches tengo pesadillas constantes con esa chiquilla, no entiendo porque no ha hablado, no puede amar tanto a un hombre que la ha metido en un infierno, y yo no entiendo porque tengo ese remordimiento en mi nunca en los años que tengo trabajando en los negocios familiares he tenido remordimiento ni culpa por nada de lo que he hecho. Pero desde hace noches me tiene con este sentimiento en el pecho, este sentimiento de ahogo y de frustración me tiene un poco incomodo y enojado.

Ayer soñé con ella, había empezado con Alekssandra y luego me la tenia ella a la pequeña niña sobre mi llena de sangre y moretones, sus ojos llorosos, sus manos encadenadas, fue una pesadilla horrible, hace días que las estoy teniendo, por eso tengo una semana que no voy a visitarla solo va Igor en las tardes.

-Hermano, yo creo que ella de verdad no sabe nada- me dice Igor sentándose en una silla delante de mi escritorio después que Alek salió del despacho. Mi despacho es un lugar rustico, las paredes son grises a la derecha hay un gran librero que va desde el piso hasta el techo y cubre toda la pared, un gran ventanal cubre mi espalda y da al gran jardín delantero de la casa, donde puedo ver cada movimiento de mis hombres, mi escritorio es de caoba que esta tan pulida que puedes ver tu reflejo en este.

-Igor ¿Qué te hace creer eso? -le pregunto a Igor acomodándome más en mi silla.

-Will amigo, tiene un mes aquí y no ha dicho nada del paradero de su padre, nadie soportaría tanto sufrimiento sin decir ni una sola palabra-me dice- Además hace 2 semanas que ya no grita, no suplica, no habla, no hace nada Will, solo se mantiene ahí como un muerto en vida, cuando entro a la habitación la encuentro en la esquina pero esta vez sus ojos solo miran la pared frente a ella, sin vida, sin agonía, simplemente no hay nada ahí, ni siquiera está comiendo, esa chica esta destruida y por primera vez en mi vida me siento una mierda al saber que esta así por mi culpa William, por saber que soy participe de su destrucción.- Concluye Igor pasando sus manos por su cabello rubio, gesto que hace cuando esta frustrado, nervioso y sin salida y en este caso creo que son todas las anteriores ya que sus manos están temblando.

-Hermano ya te dejaste engatusar de esa chiquilla co...-antes de terminar de hablar, tocan la puerta-Entra-respondo. Veo a Filipp uno de los gemelos Ivanov, son dos malditas copias estos chicos, lo único que los diferencia son sus argollas mientras este la tiene el oreja izquierda su hermano Fyodor lo porta en la derecha.

-Jefe, tenemos a Johnson.

El Hombre de mis PesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora