Capitulo 6

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-Mamá sé que falle, sé que estuvo mal, pero de verdad me siento muy mal, nunca había sentido esta presión en el pecho por otra persona-digo.

-O sea, que ¿ella no es la primera persona que dañas Dmitry Zaitzev? - pregunta mama y ya le ha cagado en grande miro a Igor y el tiene la mano en la cara y niega mientras me da la espalda- ¿Qué clase de monstruo he traído al mundo? - me mira aún peor de como lo hacía hace unos minutos.

-Mama...-Las palabras no salen de mis labios.

- ¿tu padre sabe de esto mocoso endemoniado? -pregunta Mery Ann, en este momento no es mi mama, en este momento es la esposa del mayor Mafioso de Rusia. – no de seguro no sabe nada- se responde ella misma- pero descuida ya mismo hablare con el para que resuelva toda esta situación.

-Mamá no- le exijo- no le digas nada a papá.

- ¿Qué no le diga nada?, Que no le diga nada me dices muchachito desgraciado, claro como tienes tu mundo montado, tu y el estúpido rubio a tu lado, tienen una red de tortura y venganza- dice señalándonos a Igor y a mí- eso fue lo que les enseñaron sus padres, eso fue lo que Dmitry y Andrey les enseñaron buenos para nada.

Cuando mamá se enoja puede decirte mas de 100 insultos uno tras otro sin remordimiento y sin dolor por muy hijo de ella que seas o muy cercano, por eso en la familia evitamos meternos con ella o hacerla enojar, es la mejor madre, comprensiva, amorosa y siempre estará ahí para ti, pero en el momento que le falles o haces algo que no es de su agrado, olvídate porque no querrá saber nada de ti.

-Puedo verla, aunque sea un minuto mama- le suplico.

-Solo un minuto y te largas- dice, sé que está enojada y mucho, pero soy su hijo, al fin y al cabo.

-Gracias madre- me dirijo a la puerta de la habitación que ocupa Hope.

-Si la vuelves a lastimar no me hago responsable de mis actos Dmitry- una enfermara llega corriendo donde mamá y ella se va no sin antes darme una ultima mirada de advertencia, se va rápido por el largo pasillo blanco del hospital hasta desaparecer en el ascensor. Siempre que mamá se enoja me llama William Dmitry, si está a punto de matarme me llama Dmitry Zaitzev, nunca me llama William, nunca he entendido porque, pero me da miedo, mucho miedo. Pero cuando esta feliz o simplemente quiere a sus hijos con ella soy su Will o su pequeño Dmy.

Entro a la habitación de Hope, me acerco a pasos lentos hacia la camilla donde esta postrada y sedada, mientras más me acerco más voy divisando su cuerpo, esta lleno de vendajes, la maquina que lleva sus pulsaciones cardiacas está sonando pacíficamente indicando que todo esta bien, pero todas las vendas en su cuerpo me dicen lo contrario.

Tomo su mano delicadamente cuando llego a su lado y me arrodillo de manera instantánea.

-Por favor perdóname pequeña, se que soy un estúpido, un monstruo, un ser sin corazón, pero desde que te hice todo esto no se que me pasa, desde que te lastime tanto no puedo sacarte de mi cabeza, la culpa y la desesperación me mate, la rabia me quema. Mi actitud y sed de poder y dinero me cegaron por completo, y lo siento mucho. Por favor. – le ruego a Dios que ella me perdone.

-Vamos Will-entre Igor a la habitación, mira a Hope y su cara se desfigura completamente, se debe sentir tan mierda como yo.

Salimos, con la intención de volver mañana temprano.

-Бог*- exclamo en voz alta.

(Dios)

Hope

Escucho el desgraciado sonido de mi alarma, un día más de....

Esperen... yo no estoy en mi casa, despierto de golpe, que gran error, grito al sentir el dolor de mi cuerpo, me retuerzo en la cómoda cama de hospital y.... esperen ¿Cómoda cama de hospital? ¿cama? ¿Hospital?, enfoco mi vista correctamente escaneo todo a mi alrededor, las paredes blancas, la televisión en la esquina, el olor que impregna mi nariz a limpieza y detergente, ¿hace cuanto no respiraba aire limpio?, por lo visto estoy en un hospital, lo ultimo que recuerdo es estar en la habitación mugrienta, mis verdugos no habían ido a torturarme, ni me habían dado de comer, bueno si ellos le llaman comida a lo que me daban, siempre era lo mismo pan y agua nada mas y eso era una vez cada tres días, las botellas de agua que me llevaban tenía que hacerlas rendir y el pan ni se imaginan.

El Hombre de mis PesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora