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capítulo 7

Pensando que el hombre no podía verla, Jiang Mian puso la bolsa en su mano en la puerta y se acercó para ayudarlo.
"Gracias", dijo.
Jiang Mian lo ayudó a sentarse en el sofá, le sirvió un vaso de agua y se lo entregó: "el encargado debería llegar pronto. Puedes sentarte un rato".
Se dio unos golpecitos en la mandíbula y no dijo nada.
Después de que Jiang Mian se calmó, lo ignoró, llevó la bolsa a la cocina y vertió todos los materiales de desecho en la mesa de cocina.
Después de cepillar un rato, sacó un trozo de jade de desecho del tamaño de un puño del interior, y había un lugar aburrido en medio de este trozo de jade de desecho.
Jiang Mian cerró los ojos y lo sintió con cuidado, asegurándose de que el aura débil que sentía emanara de este lugar aburrido.
Tiene que despegar esta cosa para ver qué es.
Después de hojear todo tipo de utensilios de cocina, no había ninguna herramienta útil. Jiang Mian salió de la cocina y fue al lavadero para buscar un pequeño martillo.

Salió de la cocina y miro el sofá.

¿Eh? ¿la Persona?

El sofá estaba vacío. Jiang Mian miró hacia la puerta. No cerró la puerta. ¿Se fue?

Al segundo siguiente, hubo un maullido, Jiang Mian caminó unos pasos hacia adelante y vio al hombre en cuclillas frente a la arena para gatos, frotando la cabeza de Mi con sus delgados dedos, y Mi roncando cómodamente mientras entrecerraba los ojos.

El nido de Xiao Mi fue colocado contra la pared por Jiang Mian, al lado de la estantería y el escritorio. Debido a la perspectiva, la vista de Jiang Mian fue bloqueada por el escritorio, y se puso en cuclillas nuevamente, por lo que no lo vio en este momento.

"Muy lindo." Inclinó la cabeza, y Jiang Mian pudo ver su nariz alta y las comisuras ligeramente levantadas de sus labios.

"Está bien, excepto comer y dormir". Jiang Mian lo vio haciendo que el gato se divirtiera y se dio la vuelta para ir al lavadero. Sin embargo, Xiao Mi, que todavía estaba disfrutando en ese momento, de repente giró la cara y rascó la pata en el dorso de la mano del hombre. Rápido, sin ningún lugar donde esconderse.

Tres manchas de sangre aparecieron rápidamente en el dorso de la mano del hombre.

Jiang Mian: "..."

"Lo siento". Jiang Mian dio un paso adelante, tomó a Xiao Mi y la encerró en la jaula, sin prestar atención a la enseñanza, y ayudó al hombre a volver al sofá. La apertura era muy profunda, mostrando que Xiao Mi estaba ejerciendo demasiada fuerza.

Jiang Mian respiró hondo: "Espera un momento, traeré la caja de medicinas, no te muevas".

El hombre no habló y dejó a Jiang Mian tirando como un trozo de madera.Cuando Jiang Mian usó la medicina para desinfectar la herida, no se movió ni un poco, como si no sintiera ningún dolor.

"¿No duele?" Pensando en estar en el garaje anoche, sus ojos seguían sangrando. Excepto por su tez pálida, su expresión no cambió en absoluto. Jiang Mian no pudo evitar preguntarse si esta persona no podía sentir el dolor.

Después de unos segundos de silencio, dijo: "Estoy acostumbrado".

Con respecto al hábito del dolor ... Jiang Mian ya no dijo una palabra, pero los movimientos de sus manos se volvieron mucho más ligeros inconscientemente.

"¿Puedo tocarte la cara?" Cuando Jiang Mian trató su herida, renovó la solicitud que le hizo a Jiang Mian en el garaje ayer.