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Capítulo 99

El golpe de Qin Jingrun no fue débil, y Lian Feng no se escondió cuando lo golpeó, la comisura de la boca del detective se rompió. Qin Jingrun se burló: "¿Crees que este golpe es suficiente si no lo evitas?"

Agarró el cuello de Lian Feng y los dos se miraron. Qin Jingrun tuvo que hacer otro movimiento. Había resistencia en su muñeca, era Han Xu.

"Suficiente, ¿cómo se ven frente a Mian Mian?"

Después de una pausa, Qin Jingrun soltó a Lian Feng y apartó a Jiang Mian. La frialdad se desvaneció gradualmente de su cuerpo y se convirtió en un padre amable de nuevo: "No tengas miedo, bebé, estoy bromeando con tu papá Lian".

Jiang Mian: "..."

Iba a detenerlo, pero cuando el padre tirano local  disparó, se quedó allí y no se movió.

Ella le sonrió al padre actor, luego trajo un pañuelo y se lo entregó al padre detective, quien lo tomó y le tocó el cabello por cierto.

Antes de que Jiang Mian hablara, Lian Feng se limpió la sangre que brotaba de la comisura de su boca, ignorando la atmósfera estancada, y le preguntó: "¿Dónde está tu padre Zhou?"

"En mi habitación", dijo Jiang Mian con sinceridad.

Lian Feng dijo: "Dile que baje".

Qin Jingrun miró a Lian Feng con frialdad, y cuando se volvió hacia Jiang Mian, una suave sonrisa apareció en su rostro; el estado de ánimo cambió tan rápidamente que nadie pudo igualarlo.

Le dijo a Jiang Mian: "Ve, bebé".

Es una pelea, y ahora solo falta Zhou Xingping. Es hora de sentarse y discutir la "votación".

“¡Ustedes dos, por qué instruyen a Mianmian ?!” El tirano local se molestó, le piden que llame personalmente cuando el ni siquiera deja que la niña suba las escaleras para llamarlo a el mismo.

¿Dónde está la cara del dios palo?

Sacó su teléfono móvil, pero antes de moverse, Jiang Mian respondió y corrió al segundo piso rápidamente.

Han Xu: "..."

“¡Más despacio, todavía tienes heridas!” Estaba tan ansioso como una niñera.

Solo quedaban tres padres en la sala de estar, y ninguno de ellos habló. Tan pronto como Jiang Mian se fue, la atmósfera estaba más estancada que antes, como una cuerda apretada que se rompería si no prestaban atención.

Han Xu miró a Lian Feng y rompió el silencio: "¿Estás bien?"

"Solo un golpe, ¿qué puede hacer?", Dijo Qin Jingrun a la ligera.

Aunque su puñetazo fue fuerte, Lian Feng no lo esquivó, pero sufrió un pequeño trauma.

Han Xu agregó: "Tiene trece puñaladas en el cuerpo".

La cara de Qin Jingrun cambió ligeramente y dejó de hablar.

Podía estar enojado, pero no le haría nada a una persona herida, pero era aún más imposible pedirle que se disculpara.

Si no fuera por Lian Feng, ¿podría resultar herida la niña?

Lian Feng negó con la cabeza, los miró a los dos y dijo con voz profunda: "Estoy bien".

"No estoy de acuerdo", dijo Qin Jingrun de repente: "Esta es mi respuesta".

Después de que terminó de hablar, se sentó en el sofá, cerró los ojos e hizo un gesto de no querer hablar.

"Yo tampoco". Han Xu saludó la mirada de Lian Feng y dijo, "Por el bien de su lesión, puedo brindarle la ayuda que necesite. Pero es imposible que Mianmian participe en su caso".