tres.

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—Sólo firma el divorcio y déjame libre.

Taeyong tragó saliva y trató de recomponer su seguridad. Tomó los papeles y se los tendió a Yoonoh.

El mismo los tomó y los ojeó. Cuando Taeyong pensó que iba a firmarlos; Yoonoh los lanzó al suelo. Un lustroso zapato negro pisó las copias después.

—¡No!—gritó, viendo los papeles antes de levantar la mirada.—¡¿Por qué lo hiciste?!

Yoonoh sonrió antes de darle una bofetada. Taeyong quedó estupefacto en su lugar, con su rostro ladeado a un costado y sus ojos abiertos lo más humanamente posible mientras su mejilla picaba.

—¿Q-qué?—Taeyong se llevó una mano a su mejilla antes de girar el rostro.

Yoonoh ocultó tan bien su sorpresa de haber reaccionado así que Taeyong no se dio cuenta de ello.

—¿Crees que tú vas a dejarme a mí? ¿Alguien que no puede entretener a su marido en la cama?—Yoonoh habló tan tranquilo que a Taeyong le dio miedo, pero no se dejó amedrentar.

—Mi "marido" me abandona por malditas rastreras. ¡¿Cómo puedo entretener a nadie en la cama?! ¡Eres ausente, estás ausente! ¡Otro hombre me da lo que tú no me das, otro hombre me ha hecho sentir vivo!—Taeyong comenzó a empujarlo.—¡Otro hombre me hace gritar en la cama porque me toca como-!—y Taeyong se silenció cuando Yoonoh lo tomó de su camiseta y lo empujó contra sí.

—¿Quién te ha dado una casa, una vida, dinero, respeto social, el orgullo de tus padres, una cama cómoda, lujos, salidas, viajes? Yo lo hice.—habló Yoonoh.—Tú eres un trofeo para mí...—El castaño lo empujó y Taeyong tomó una honda respiración.—Todos decían que el hijo de los Lee era astuto y sexy... Ninguna de las dos cosas se cumplen en ti, pero te tengo y no voy a dejar que nadie más lo haga.

—¡Tú no me amas!—la voz de Taeyong salió algo cortada.

—No se necesita amor para un matrimonio, Taeyong. Pero tampoco se necesita para meterse entre tus piernas.

Y Taeyong se abalanzó hacia él intentando golpearlo, sin éxito, ya que Yoonoh le sostuvo sus muñecas.

—¡Eres un desgraciado!—gritó Taeyong.—¡Me arrepiento de todos los años perdidos contigo! ¡Me das asco, me das-!—y Taeyong lloró aún más cuando sintió aquellos labios contra su boca abierta. 

Yoonoh recorrió con su lengua la boca contraria antes de empujar a Taeyong haciendo que este cayera sobre los papeles del divorcio.

—Me alegro que te de asco, porque esto que hiciste aquí lo pagarás con creces.

Taeyong refregó sus labios con su mano mientras lloraba.

—¿Por qué no me dejas? ¿Por qué no me dejas?—se repitió Taeyong y Yoonoh lo miró desde su altura.

—¿Qué buscas? Estos años... ¿Querías que fuera el esposo educado y atento?—preguntó burlón mientras se acercaba a él.

El castaño lo miró y le lanzó el divorcio al pecho.

—¡No te atrevas a tocarme!—chilló Taeyong.—¡O voy a lastimarte!

—¿Tú? ¿Cuántas veces debo decirte que no puedes hacer nada sin mí?—Yoonoh intentó tocarle la mejilla y Taeyong abofeteó su mano.

—No es así, soy suficiente.

Yoonoh carcajeó y elevó una ceja.

—Yuta te ha dado muchas esperanzas. Supongo que a los insectos molestos se los quita del camino.—Yoonoh se encogió de hombros.—Puedo hacer eso...

—¡No te metas con Yuta!—Taeyong se levantó rápidamente y corrió fuera de allí. Su celular cayó al suelo.

Necesitaba advertirle a su amado Yuta...

¿Cuándo Yoonoh se había transformado en ese monstruo?

Y ese monstruo se agachó para tomar el celular de Taeyong. Caminó hasta su computadora y lo utilizó en modo USB. La carpeta de cámara tenía más imágenes de lo usual y Yoonoh la abrió.

Sabía que su esposo era tan estúpido como para no clavear su carpeta.

—Oh...—sonrió.—Mira que estúpido nos saliste, hijo de puta.—gruñó.

Taeyong salía acostado y despeinado, una sabana blanca cubriéndolo. Sus dientes blancos siendo mostrados en una sonrisa.

Otras fotos tenían a Taeyong con una camisa más grande, otras a Taeyong con una bata abierta... Y lo que más molestó a Yoonoh; un maldito vídeo... un jodido vídeo de Taeyong siendo masturbado mientras se retorcía y gemía el nombre de aquel idiota.

Taeyong era su trofeo. Nadie iba a querer un trofeo que esté sucio y roto, y eso es lo que Yoonoh haría con él.

matame lento  ─  jaeyong. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora