No veas atrás.
Capitulo único.
Alex lanzó un bostezo y notó el vaho de su aliento brillar bajo la el fulgor de la luminaria. A esa hora de la madrugada, la temperatura de invierno era casi insoportable. Se echó las manos a los bolsillos de la chaqueta y adentró el rostro entre los pliegues de la bufanda. Suspiró con frustración, se le antojaba fumar. Decidió ignorar la ansiedad por un momento. Alex había tenido un día cansado, habían cambiado el horario de su trabajo a medio tiempo, se le había hecho tarde a la primera clase de la facultad, lo pasaron al frente a resolver un problema estadístico del cual no tuvo idea de que hacer, el cupón de descuento para ramen que había estado esperando usar en la cafetería de la universidad fue invalido por dobleces, así que tuvo que gastar parte de su dinero del autobús en su almuerzo. Por si fuera poco, esa tarde tuvo que ir hasta la casa de su compañera de proyecto, Naomi, y ponerse de acuerdo en las actividades para la calificación final. Terminando hasta muy tarde, ahora se encontraba demasiado lejos de su casa, sin dinero para tomar autobús y exhausto.
Trató de encontrar el lado positivo de la situación; Había comido un delicioso ramen, su trabajo final estaba casi terminado y no importaba desvelarse, el día de mañana tenía clases hasta en la tarde. En cuanto llegara a su departamento caería plácidamente dormido. Sólo sería cuestión de unas calles.
– ¡Ay, al diablo, voy a fumar! –Se quejó. Bajó su mochila del hombro y comenzó a rebuscar en los bolsillos. Sacó una cajetilla aplastada y un encendedor.
Colocó el cigarrillo en sus labios y volvió a arrojar descuidadamente la cajetilla dentro de la mochila, se la echó a la espalda y continuó caminando. Inclinó la cabeza, activó el encendedor y cuidó la flama ahuecando la otra mano e impidiendo que el viento la extinga. Dio una honda inhala al cigarrillo mientras guardaba el encendedor en el bolsillo de la chaqueta. Suspiró el humo sintiendo como la nicotina le calmó los nervios.
Cerró los ojos con delicia mientras volvía a inhalar. Tarareando una canción, el estrés se esfumó por completo y la ansiedad de llegar a casa pasó a segundo plano. En su distracción se planteó faltar el día siguiente a la universidad, ya que tenía clases tarde y sólo un par de ellas donde realmente no había trascendencia y las notas eran fáciles de conseguir con alguno de sus amigos. Pensó en cenar algo ligero debido a la hora, quizás un té caliente y galletas, se envolvería en sus cobertores afelpados y dormiría placida y largamente hasta la mañana.
Se apartó el cigarrillo de los labios un momento al sentir un estornudo subir de forma cosquillada por el interior de su nariz. Soltó un fuerte estornudo que le sacó un poco de humedad en la nariz, sorbió ruidosamente y se pasó la manga de su chaqueta limpiando cualquier rastro de suciedad. Levantó la vista y detuvo sus pasos en seco. A unas casas de distancia, bajo una luminaria, un hombre se encontraba recargado contra el poste. Apenas y se podía percibir sus facciones, pero era evidente su vestimenta y cabello negro. No tenía la apariencia de alguien peligroso, pero si algo había aprendido Alex de esa ciudad, era que no se podía juzgar a nadie por su apariencia.
Con lentitud y titubeo reinició su caminata. Alex suspiró mentalmente con alivio, su computadora portátil se encontraba en su casa, no llevaba dinero consigo, su celular era un modelo reciente, pero no importaba demasiado. Aún si el hombre lo atacaba, no opondría resistencia y no tenía nada que pudieran hurtarle. Disimuladamente envió una mirada hacia arriba, tratando de aparentar una actitud relajada, volvió a inhalar de su cigarrillo. Entonces notó que el hombre lo miraba. De piel pálida, traje aparentemente costoso, cabello rebelde, ojos afilados y una sonrisa. Alex tragó saliva con nerviosismo. Lentamente mientras avanzaba se dirigió al otro lado de la calle, quizás evitaría problemas si evitaba al hombre. O quizás sólo estaba exagerando su reacción, pero prefería quedar como un loco frente a un desconocido, que no haber sido precavido e incluso evitar un peligro.
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No veas atrás
Historia CortaSi un hombre atractivo te habla en la calle oscura... No respondas... Aléjate... Y lo mas importante... No veas atrás.