JeongGuk miraba el respaldo de la factura que Nana le había dado y al mismo tiempo observaba los números escritos reflejados en la pantalla brillante de su teléfono. ¿debería llamarle? o ¿sería mejor escribirle?
Suspiró.
Habían pasado varias semanas desde que fue por primera vez a la floristería y luego de ir con NamJoon, había regresado pocas veces. Gracias a la orden emitida por su jefe sobre organizar sus cosas, encontró la primer factura de su compra y descubrió una nota escrita por Nana.
"Me caes bien, te dejo el número de YoonGi
+82 ** **** ***** "
Y ahora el alfa policía estaba teniendo una crisis existencial, porque no quería escribirle y parecer un acosador y a pesar de que le atraía mucho el omega, no se perdonaría que YoonGi se sintiera incomodo con él. Soltó la factura y talló su rostro algo brusco hasta que sonó el teléfono de la estación.
Rápidamente se levantó y agarró el teléfono.
— Estación de Policía, Inspector Jeon.
— Necesitamos ayuda inspector. — Gritos y sollozos se escuchaban de fondo. — Rápido por favor.
— ¿cuál es la dirección?
La persona al otro lado de la llamada se la dictó y de manera insistida le pedía ayuda. Agarró su arma de dotación, el radio y las llaves de la estación.
Llegó lo más rápido que pudo al lugar, era a varias calles del salón de belleza al que ya estuvo con anterioridad sin embargo había una pequeña aglomeración en un callejón, se acercó y las personas mayores se hicieron a un lado.
Había una chica omega herida pero inconsciente, con la ropa rasgada y una bolsa de bocadillos esparcidos y a su lado una niña pequeña lloraba, además a unos metros estaba un alfa recesivo contra el suelo retenido fuertemente por otro hombre alfa.
— ¿Ya llamaron a una ambulancia? — Preguntó JeongGuk mientras se quitaba su chaqueta y se agachaba para cubrir a la chica. Varias personas afirmaron y mencionaron que debería estar por llegar.
— Inspector, este imbécil debe de irse a la cárcel.
JeongGuk volteó a mirar y se levantó.
— ¿Alguno de los presentes es testigo del hecho?
La niña que estaba llorando levantó su manito también el chico que retenía al agresor y una chica beta. El inspector Jeon asintió y le pidió a las demás personas que se fueran del lugar.
— Levántelo por favor.
El chico no soltó al agresor mientras se levantaba. Las sirenas de la ambulancia sonaban cerca, por lo que llevaría el agresor a la estación con el Superintendente General y luego iría al hospital para tomar el testimonio de la victima.
La ambulancia llegó cuando estaba esposando al chico y pudo descansar cuando se llevaron a la chica.
— Gracias por llegar rápido Inspector. — La beta y la niña no podían ir en la ambulancia, irían en un taxi.
— Me disculpo por no haber llegado mucho antes. — Hizo una reverencia.
La beta le sonrió con tristeza ¿Quién iba a pensar que algo así iba a suceder? además eran las ocho y veinte de la noche, el sector es seguro o lo era.
— Nos vemos en el hospital Inspector Jeon.
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