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— Entonces... ¿Qué ocurre?

— ¿Por qué quieres saberlo?

Ryukyu suspiró algo cansada por el comportamiento repelente de la coneja.

Por fin, luego de pensarlo detenidamente se había decidido en darle una pequeña visita a su compañera de trabajo, sólo para saber de su estado actual, pues muy en el fondo sentía preocupación por ella.

Pero una vez estuvo en la entrada de su casa notó casi de inmediato como guardaba distancia con ella, la forma en la que la invitaba a pasar de mala gana y su cara de frustración... No la entendía ¿Acaso estaba molesta de verla?

Se deprimió un poco ante ese pensamiento, pero no permitió que ningún sentimiento se asomara en su rostro, permanecía firme mientras miraba la taza de café que reposaba en la pequeña mesita y de vez en cuando le daba varias miraditas a la morena, quién estaba cruzada de brazos, mirando un punto fijo sin perder la concentración.

— Sólo... Estaba preocupada, ya han pasado unas dos semanas y al parecer no has mejorado... ¿Por qué no me cuentas que tienes? Tal vez pueda ayudarte...

Mirko arrugó la nariz al oír sus palabras.

Anteriormente le había dicho a la dragona que simplemente se sentía mal y que se tomó un tiempo para descansar apropiadamente.

Evidentemente evitaba decirle cuál era su verdadero problema por obvias razones, era vergonzoso, casi nadie lidiaba con algo así y por lo tanto era bastante claro que aquella no encontraría una forma para ayudarla... Bueno, sí existía una forma pero...

— ¡Estoy bien! Me tomé más tiempo del imprevisto, hasta una heroína como yo merece un buen descanso.

Respondía con una sonrisa amplía, si empezaba a pensar sobre eso... Probablemente su celo volvería, debía evitarlo a toda costa.

— Escucha, no debes preocuparte por mí, yo puedo cuidarme sola ¿Entendido?

— Sí... — Respondía la dragona cabizbaja, removiéndose de la incomodidad en su asiento.

Reconocía con total claridad que no era eso, bien se sabía que la coneja era alguien terca pero a la vez muy seria con su trabajo y por ello era improbable que alguna vez se tomara un tiempo para descansar.

Había algo que le estaba ocultando y eso la hacía sentirse intranquila, más por la idea de que tal vez la coneja no le tenía la misma estima que ésta le tenía.

Así que tomó un sorbo de su café ya tibio y de paso el suficiente valor para volver a hablar.

— Mirko... ¿Acaso yo... No te caigo bien?

Rumi la miró casi al instante enarcando una ceja y con una sonrisa burlona.

— ¿Por qué llegaste a esa conclusión?

— No me quieres decir la verdad...

— ¡Pero ya te dije que no es nada! — Se enojó.

— Sabes que eso no es verdad...

— ¡Al diablo! ¡Si no quieres creerme es tu puto problema! 

— ¡Mirko!

La morena se había levantado para irse a su habitación pero algo más surgió, se detuvo de golpe cuando sintió la temperatura de su cuerpo elevarse, lo que era evidentemente malo, terrible considerando la situación pues unos segundos después sintió una mano sostenerla de la muñeca.

— Ryukyu... Debes irte de aquí...

— ¿Qué?...

— ¡Que te vayas!

La dragona se escandalizó un poco por el tonó de ésta pero no la obedeció, más bien apretó un poco más el agarré que mantenía mientras su mirada se tornaba decidida.

— No me voy a ir, Mirko.

Lo que me faltaba...

Pensó Rumi mientras sentía sus piernas debilitarse, cayendo al suelo de rodillas.

— ¡Mirko! ¡¿Qué ocurre?!

Ahora la rubia estaba preocupada. No lo pensó ni dos veces para agacharse a su lado para sostenerla, fue ahí cuando una idea pasó por su cabeza y elevó una de sus manos para tocar su frente.

— ¡Estás ardiendo! Debe ser fiebre...

— No es fiebre... — Respondió casi de inmediato.

— ¿Entonces qué es?

La coneja reprimió una carcajada fastidiada, no importaba cuantas veces le dijera que se fuera... Ella seguía ahí, insistiendo en ayudarla... ¿Pero cómo decirle qué nada de las cosas que tenía en mente le serviría?

Sólo algo podía ayudarla, pero no sabía que tan lejos la dejaría llegar la rubia.

Aún así la miró de reojo, su mirada empezaba a dilatarse teniendo una sola necesidad en mente... Estaba perdiendo el control.

No lo dudó más cuando posó sus manos en los hombros de Ryuuko y la empujó contra el suelo para aprisionarla, acomodándose entre las piernas de la dragona y por lo tanto encima de ella.

— ¿Mir... ko?

La cara de la dragona era un poema y Rumi sonrió ladina por la nueva posición en la que estaban.

— Hey... ¿Quieres ayudarme, no es así? — El tonó de la coneja era ronco, haciendo que la rubia la mirara confusa... ¿Qué le ocurría? 

— S-Sí... Pero esto es un poco...

— Hay algo en lo que me ayudarías mucho... — La acortó.

Sin pensar si era correcto o no, pegó su pelvis contra la de ella y Ryuuko pudo sentir algo duro frotarse contra su intimidad, su cara no se pudo poner más roja después de eso y se sintió avergonzada al ver los ojos de Rumi, tan sumidos en la lujuria... Fue ahí cuando lo entiendo todo.

— Ahora sabes cual es mi problema... ¿Qué harás?

Las palabras de la morena la tomaron por sorpresa, se mordió en labio inferior y desvió su mirada tratando de pensar las cosas... 

Si le disgustara no habría tardado mucho en quitársela de encima, después de todo tenía la fuerza para hacerlo de un sólo empujón, pero ahí estaba... Pensando en que hacer mientra Rumi parecía aburrirse esperando por ella. 

Pero finalmente decidió darle esa tan esperada respuesta.

— Estoy dispuesta a ayudarte en lo que sea...

La morena sonrió ampliamente y tomando el mentón de la dragona hizo que girara su rostro hacía ella para que la mirara a los ojos.

— No quiero arrepentimientos luego.

— No los habrá...

— Eso espero.

Y finalmente se acercó lo suficiente para unir sus labios en un pequeño beso que marcaría el inicio de una noche llena de lujuria.


Que quede claro que no tengo pensado hacer esta historia tan larga, pero ya veremos que tanto sale en el transcurso. ¿? Ya saben, los votos y comentarios me animan mucho a seguir, así que agradecería mucho que los dejaran, sin más me despido.~

¡Muchas gracias por leer!

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⏰ Última actualización: Mar 28, 2021 ⏰

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𝐏𝐄𝐐𝐔𝐄𝐍̃𝐎 𝐏𝐑𝐎𝐁𝐋𝐄𝐌𝐀──❝ mirko&ryukyu┊boku.no.hero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora