2° Despues de la Corte Seelie

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La última cosa que Alec vio después de que la puerta se cerrara detrás de Isabelle, Simon, Clary y Jace, fue la sonrisa del muchacho del cabello dorado quien movió sus cejas de forma significativa antes de desaparecer. Alec miró a su mejor amigo con gesto amenazador y ganas de lanzar uno de los cojines verde limón de la sala de Magnus hacia la puerta aunque de todos modos era demasiado tarde para poder golpear a Jace con ella.

El Cazador de Sombras no estaba exactamente molesto cuando sus amigos, quienes en aquel momento se dirigían a la Corte Seelie sin él, lo dejaran atrás con Magnus, pero no podía evitar que un montón de imágenes y acusaciones estuvieran corriendo por su mente haciendo que fuera imposible superarlas: la expresión de complicidad que Jace le había dedicado antes de irse del apartamento, la forma en la que Magnus había aclarado su garganta cuando el brujo lo había visto tocar el hombro de Jace, la mirada posesiva que Magnus le dedicaba sin intentar ocultarlo cada vez que sus ojos se encontraban con él, haciendo que el joven Lightwood se preguntara si su propia expresión estaba traicionándolo con el mismo tipo de mirada cuando sus ojos azules se posaban en Magnus.

Alec se abrazó el cojín y lo pegó a su pecho hundiéndose en el sillón, casi queriendo desaparecer en él. Magnus se sentó delante de él, en el suelo, sosteniendo los restos de su taza de café. Él se quedó en silencio frente a Alec, mirándolo, contemplándolo por varios minutos antes de volver a hablar.

-¿Qué demonios fue eso, Alexander?- preguntó Magnus. Aunque sus palabras sonaban un tanto violentas, el tono en el que las había pronunciado era más bien calmado.

El Brujo esperó por la respuesta del chico mirándolo de reojo, intentando leer su más mínima expresión.

-¿Qué demonios fue qué?- dijo Alec escondiéndose detrás del cojín, negándose a mirar a Magnus asustado de que algunos de sus pensamientos se reflejaran en su cara.

-Todo eso de estar frotándote con Jace- dijo Magnus.

-Yo no estaba frotándome con Jace- dijo Alec a la defensiva, sintiéndose mortificado.

-¡Oh! Claro que estabas haciéndolo- dijo el Brujo- ¿Qué sucede? ¿Aún estás enamorado de él?

Las palabras de Magnus tenían un tono casual y relajado, como si en vez de hablar de los sentimientos de Alec, el brujo le hubiera preguntado al muchacho si estaba lloviendo afuera, sin acusarlo, de hecho, de amar a otro hombre aunque el fuera su novio ahora.

-¿QueMagnusQué?- dijo Alec, dejando que las palabras salieran desordenadas y casi sin sentido de sus labios, incapaz de formar un pensamiento completo.

El cazador de sombras se sonrojó furiosamente y hundió aún más su cabeza en el cojín, hasta que Magnus tomó el objeto en sus manos, dejándolo caer en el suelo produciendo un perfecto "puff". Alec volvió su cara hacia Magnus con sorpresa, su boca entreabierta. El brujo se encogió de hombros como si aquello hubiera sido lo más normal del mundo.

-Alexander, me gustas de verdad- dijo Magnus- y sólo quiero saber en qué estoy metido. Si tú y yo sólo estamos tonteando, perfecto, pero creo que tengo el derecho de saber si estás o no enamorado de Jace.

-No estoy enamorado de Jace- dijo Alec demasiado rápido, demasiado defensivamente.

Magnus levantó una ceja en señal de duda, mirándolo fijamente y Alec deseó tener el cojín entre sus brazos para poder esconderse detrás de él.

I Get To Love You [MALEC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora