Duncney

Capítulo 2

Pov Duncan ~

 Apenas la vi, apenas pasó al frente y le pude ver el rosto, me di cuenta de lo hermosa que era. Su pequeña sonrisa, el aroma de su cabello castaño, su voz. A lo mejor era algo apresurado para decir que me gustaba, pero era tan linda... No pude dejar de mirarla en todo el tiempo que habíamos estado en el salón. Sabía que tenía que concentrarme en otra cosa, algo allá abajo se estaba asomando y luego no tendría ninguna manera de ocultarlo. Pero no podía evitarlo, tenía alguna clase de encanto visual que me tenía loco y hacía que me diera igual todo lo que podía llegar a pasar con eso. Como si no pudiera see peor, estaba sentada adelante mío. En el momento que todos empezaban a irse del salón y más precisamente ella con sus amigas, me giré hacia la derecha, donde estaba mi amigo rubio y fiestero Geoff. Casi sin pensarlo le dije: 

-¿La viste? 

-¿A quién? -preguntó- ¿de qué hablas, viejo? 

-A la nueva, Courtney. Está buena, ¿no?-Uhm, sí, a lo mejor. 

-¿Pero no estabas enamorado de Stacy, la chica de ese campamento de verano que fuiste? -se metió Trent. 

-No, ¿qué dices? Ella ya pasó hace mucho, es historia. Y métete en tus asuntos, Elvis. Me encantaba decirle así para molestarlo, yo sabía que él odiaba que lo llamaran de esa manera solo por tocar la guitarra y la forma en que llevaba el pelo. 

-Genial, es toda tuya. Todos aquí ya estamos colgados por alguien, ya te tocaba. 

-Entonces, ¿es un hecho que no se van a meter en el medio? -casi que no me entraba la sonrisa en la cara. 

-Que más da. Es un hecho -contestó. 

 Como si no fuera suficiente, les pedí que me chocaran las manos. Cualquier ser viviente que posea la fuerza necesaria para levantar al amigo vale la pena. Salimos del salón y al momento volví a cruzarme con Courtney en los pasillos, iba con Bridgette. Ella le sonrió a Geoff y él le devolvió la sonrisa. Que par de bobos enamorados que no se deciden de una vez por todas en salir. Me di vuelta y las seguí con la mirada. Sabía que se dirigían a la clase de Geografía, no había otra por ese lado. Era una lástima que este año no hubiera elegido esa optativa. Normalmente, desde hace algunos años, me saltaba las clases de las primeras horas y no por hacerme el el popular o algo así, sino porque no me importaban las clases. Prefería pasarlas afuera para terminar de despejarme de todo. Además, tenía que enterarme en que clases se había anotado la nueva. Esperaba que, al menos, coincidamos en una. Al principio, a ninguno de mis amigos le había parecido bien ausentarse de las clases. Estaba solo sentado en las escaleras por algunas horas y luego volvía a encontrarme con ellos. Pero, de a poco, uno a uno, fueron uniéndose a la idea y acompañándome, ¡hasta el gordito de Owen! Todos los días elegíamos un lugar distinto, hoy había tocado la entrada principal.