Daniela Calle

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Mi nombre es Daniela Calle, tengo 16 años, amo cantar, bailar y en mis tiempos libres......

En sus tiempos libres es una tonta sin amigos. - me interrumpió y dijo la estúpida de María José.

Todos rieron y no supe cómo actuar. Como siempre salí corriendo del salón hacia al baño, mi lugar favorito para romper a llorar.

Esto es tan estúpido, odio tanto la manera en la que siempre salgo corriendo de los problemas. Me da vergüenza llegar con el nuevo maestro al salón, después de salir de esa manera, me pidió que me presentara y ni eso pude hacer bien, mejor dicho.... Ni eso me dejaron hacer los tontos de mis compañeros y principalmente María José.
Con miedo y mucha vergüenza, salí del baño y regresé al salón, al entrar todos me miraron, lo extraño es que por esta vez nadie se rio. Es extraño, cada vez que regreso al salón siempre ríen, hacen una serie de burlas e insultos y por esta vez no fue así.

El nuevo maestro dio su clase, la terminó y me pidió que me quedara, mientras que mis compañeros salieron al receso.
Mi cabeza empezó a volar.

Al terminar la charla con el profesor cortés, entendí lo que pasó, antes de regresar al salón, mientras me encontraba en el baño llorando, él les dio un regalo por la manera en la que me interrumpieron y se rieron de mí, me pidió que le dijera si estos comportamientos eran seguidos y que, si María José es la principal en bulearme, lo acompañara a la dirección para reportarla e hicieran algo al respecto, y como ser tonta es mi principal cualidad, dije que no pasaba nada y salí del salón.

El día en la prepa por fin terminó y salí corriendo al auto de mi papá antes de que María José pudiera alcanzarme, ya que lo que seguía era que me parara y me amenazara de nuevo diciéndome que, si digo algo a algún maestro, se encargará de hacerme la vida miserable, más de lo que es.

Llegué a mi casa, entre corriendo a mi cuarto y me encerré, abrí mi diario para escribir lo que pasó hoy y recordé que ayer me sentía peor que hoy, entonces decidí leer la página de mi día anterior.

3 de abril.

Que día tan de mierda.
Hoy, como todos los días me levanté con el pie izquierdo y esto no es extraño en mi, siempre es así.

Llegué a la prepa tranquila, por llegar con un paso un tanto acelerado y con la mirada abajo, choqué con María José y sin querer le tiré un poco su café en la chamarra del uniforme, me asusté un poco, me disculpé y pensé que no pasaría a mayores porque solo fueron unas gotas muy pequeñas las que mancharon su chamarra, que tonta fui al creer eso. Cuando me di la vuelta para continuar con mi camino y llegar hasta mi butaca.... La piel de mi nuca me empezó a quemar, me derramó todo su café manchando todo mi uniforme, mi cabello y mi mochila, enseguida me quité la mochila y la chamarra al sentir que también la espalda me quemaba, pues el café caliente ya bajaba recorriendo toda mi espalda, salí corriendo al baño. Literalmente me desvestí en lo que lo caliente del café pasaba a frío en mi playera, lloré de la rabia al ver en el espejo mi espalda roja de lo que me quemó el estúpido café.

Escuché que abrieron la puerta del baño y me puse la playera aún caliente pero soportable, entró una niña.

- ¿Estás bien? - dijo aquella niña al notar las lágrimas en mis ojos.

-Si, lo estoy. - le dije cortante y me lavé las manos con la mirada en el lavabo.

-Tu playera está aún muy mojada y manchada, tengo una extra en mi mochila, espérame aquí y te la traigo. - dijo y salió corriendo.

En cuanto ella salió yo salí corriendo.
Ahora me siento mal por no esperarla, hacerla correr hasta su salón, y llevar la playera hasta el baño, debí dejarme ayudar.

Cuando llegué el salón mis cosas ya no estaban dónde las dejé y María José estaba sentada en mi butaca, cuando me acerqué a pedirle que me diera mi mochila y mi chamarra, ella solo río y señaló hacia el bote de basura y ahí estaban mis cosas, ya no podía llorar, había llorado lo necesario en el baño, fui a sacar mis cosas del bote y me dirigí a mi butaca. Le pedí que se fuera y dejara mi lugar libre para poderme sentar, ella me miró y riendo dijo:

No entiendo por qué eres tan tonta
Dijo algo más, pero dejé de poner atención cuando la miré fijamente a los ojos y solo pude pensar:

Es una idiota pero que bonitos ojos tiene.
Me odio.

Dejé de leer esa página al sentir la misma rabia que sentí después de esto. Y.... ¿Qué pasó el resto del día? ... Eso ya no lo quiero leer para no recordarlo y llorar de nuevo.

Balas Tímidas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora