María José

143 27 7
                                    


-Mi nombre es María José, acabo de cumplir 17, me gusta pintar- Molestar a Daniela Calle, pensé tocar batería y pasarla con mis amigos.

Termine de presentarme y toco a quien más amo y odio en mi corta vida, Calle esa misma chica que me rompió el corazón con una simple acción historia que en una hoja de mi diario tengo yo.
(Oooh rimó).

Mi nombre es Daniela Calle- RI-DI-CU-LA pensé – Tengo 16 años, amo cantar, bailar, y en mis tiempos libres…
-Es una tonta sin amigos, interrumpí.

Ella salió corriendo como siempre, la verdad es que no me gustaba ni me disgustaba que llorara y ella debe de sentirse como ella me llegó hacer sentir a mi, como una basura y estúpida que perdió su tiempo en… una voz interrumpió mis pensamientos era el estúpido profesor.

- Señorita María José, si esto vuelve a pasar tendré que llevarla a la dirección o llamar a sus padres y puede quedar expulsada, en mi clase no se van a tolerar ese tipo de acciones.

- Si ajá, bien. - le respondí y le giré los ojos.

Primera vez que veo al profesor y ya me cayó mal. Si Daniela no tomara esa actitud de huir de todo…. En este caso no me llamarán la estúpida atención. Esperaré a que salgamos y me las haré pagar.

Daniela en el Baño y mi mente volando….. se me viene el recuerdo de como empecé a molestarla…

Estaba muy enojada Daniela me había dejado de insistir, su peor error, Daniela desde lo último que me hizo nunca más le volví hablar me sentía tan decepcionada de mí misma y de ella, de lo que recuerdo ella me amaba sin que ella lo sepa sé que suena extraño, pero así era.

Bueno eso no es todo el caso, ayer me sentía tan mal que ese día pasó lo que me hizo enojar más, Daniela sí ella misma, la creadora de mis tragedias, manchó mi chaqueta la chaqueta de mi mamá con café y no era café con lechita no, era café más negro que mis pies cuando estoy por toda mi casa.

¡ME ENOJE!, me enoje mucho esto no se iba a quedar así, vi el resto de mi café, aun hirviendo, pues lo acababa de comprar, la vi de espalda, ella estaba realmente linda solo imagínate que esa perfecta camisa blanca se manche de café negro y así fue no lo pensé y tiré mi café encima de ella, se sentía tan bien, el café lo eché sobre su chamarra, en su nuca hice un hueco para que el café le regalara por la espalda y mandara todo hasta donde diera su camino. (esto se siente repente bien lo haré seguido) la vi corriendo y salió del salón, así que aproveché y tiré su mochila en la basura. Y me senté a esperarla en su butaca.

Pasó 10 minutos cuando escuché que alguien entró y sonreí con vi que era ella, era ella y su linda camisa que ahora manchada de café ya no tiene nada de linda.

Ella habló.

-Dame mi mochila. - dijo con los ojos como de sapo, juro que lloro en el baño.
Yo solo me reí y le señalé el bote de basura.

Ella fue por su mochila, al darme la espalda pude notar lo mojada que estaba su camisa y mi mente voló de nuevo al quedarme viendo su espalda fijamente, pues de lo mojada que estaba se le marcaba literalmente toda la espalda, incluso a pesar de lo oscuro de la Mancha se lograba notar su bra color negro.

De regreso, puse atención al notar que también se había mojado parte del abdomen, se marcaba su ombligo.

- Me das permiso, ese es mi lugar. - dijo haciéndome reaccionar.

-Vete de mi lugar por favor. – volvió a decir y la miré fijamente a los ojos.

- No entiendo por qué eres tan tonta. – contesté y me levanté de su estúpido lugar.

Maldita sea esos ojos me hacían perder la cabeza, tirar mi ego por la basura, ahora solo puedo pensar en recorrer con mis labios cada centímetro de su boca. Y aunque verla así de mojada y manchada hacía que me arrepintiera de hacer lo que hice, pero ella también me manchó, incluso ella me tiró el café primero.

El resto del día la molesté más y más, también le mandé una carta diciéndole cuánto la odio esta carta era anónima como las pasadas cartas.

Antes de que la última clase terminara quedé observándola ya que después de enviar la carta siempre le doy una amenaza personal, no quiero que hable de esto pues no quiero salir expulsada de esta escuela y no verla más.

Ella salió corriendo como siempre así que la seguí para detenerla, por un momento la perdí de mi vista y solo regaba topármela como todos los días.

Y como lo predije, sí me la tope, pero con algo en entre sus brazos que pensé que jamás vería en mi vida su oso de peluche Julio, enserio pensé ¿por qué con él? Justamente el que yo le regalé anónimamente y hasta le inventé una historia con ella.


Historia de julio

Julio un oso que yo compré especialmente para Calle, luego de que se lo regalé anónimamente ella estaba muy emocionada y leyó la carta esa carta donde Morita (yo) le confesaba su amor, ella quedó encantada.

Nunca supo que morita era yo.
Y a este paso…. Jamás lo sabrá.

Al verla subir a su auto y notar que no puse alcanzarla, me dio una desesperación, no por querer amenazarla como siempre, sino porque esa era la única manera de acercarme a ella y tener aunque sea un solo roce de su aroma y su cuerpo.

Llegué a mi casa y no deje de pensar en lo que sucedió hoy, no me arrepiento nada del café, ya pasó y es lo que menos me importa, mi chaqueta ya está en proceso de que las estúpidas manchas se le quiten, pero solo puedo pensar en Julio.

¿Por qué lo llevaba?.

Al preguntarme eso y sin haber probado ni un bocado de la comida que me preparó mi papá, corrí hasta mi cuarto, cerré los ojos para recordar….

Y entonces recordé. Bajo mi cama en una caja color azul, mi color favorito, en esa caja se encuentra una carta que cuando la escribí no la volví a leer.

Con miedo abrí la caja y saqué la carta. Vi su título:
Me rompiste el corazón Calle.
Con solo ver ese título… me aterré y guarde todo muy apresurada, aguante mis ganas de llorar y mejor salí del cuarto a comer ya que mi papá me llamaba.

- ¿Poché estás bien? – dijo Vale.

-Si hermanita. - le respondí.

Y ambas comenzamos a comer, no tenía hambre, pero tampoco quería hacer notorias mis ganas de llorar.

Balas Tímidas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora