En un día tan definitivo como este no hacen más que venir pensamientos y recuerdos a mi mente, y la verdad no se si eso es bueno o malo...
Siempre ha habido mucha gente a la que todo esto le parecía una locura, muchas personas que no entendían como prefería pasar una tarde encerrada en casa ensayando o estirando pudiendo pasar la tarde en el cine. Y poco a poco vi como el intentar mejorar día a día, intentar superarme a mí misma iba dando sus frutos.
Si os confieso algo cuando mis padres me apuntaron desde bien pequeñita no me gustaba mucho, iba por ellos más bien. Pero eso solo fueron los cuatro primeros meses, pronto me di cuenta de todo lo que llegaría a significar el baile para mí. Recuerdo a mi familia orgullosa cuando me vieron actuar por primera con seis añines, cuando lo único que hacíamos era correr en círculos, sacar las piernas y mover un poco los brazos y las manos más bien como nos daba la real gana, lo único que queríamos era divertirnos.
Nos recuerdo a Ada y a mi corriendo de la mano por el escenario con nuestros pequeños tutus lila, ella siempre ha estado a mi lado y se que siempre lo estará a pesar de...Sí, sí, a pesar de eso espero que sigamos juntas, lo tengo claro, solo espero que ella también a pesar de todo lo tenga tan claro como yo, a decir verdad...yo lo pasé peor que ella con todo lo que nos pasó, eso sí, no podría volver a soportar aquel mal trago que pasamos, yo no hice nada a mal para ella, por supuesto que no, y ella...bueno, ella quería protegerme...
"Es hora de cambiar de pensamiento" me digo a mi misma, este solo me va a acabar deprimiendo y ya bastante mal lo pase por eso...
Ahora mismo echo de menos esos años en los que salíamos al escenario sin miedo y sin nervios, era lo mejor del mundo, poder mirar al frente y ver a toda esa gente tan solo pensando en disfrutar y hacerlo lo mejor que pudieras, hoy sigo pensando lo mismo, pero las continuas mariposas en mi estómago cada vez que hay una actuación así como las de hoy mismo podrían desaparecer.
Con tan sólo siete añitos , a pesar de lo difícil que era, me lo pasaba bomba en esas clases, eran lo mejor de cada día. En mi adolescencia esos días continuaron siendo los mejores de cada semana, las mejores horas de la semana. Se habían transformado en una forma de desahogarme.
El ballet se había convertido en una forma de olvidarme de los problemas y poder expresar mis sentimientos bailando, de meterme en mi propia burbuja de felicidad infinita y no salir de ahí hasta que paraba. Hoy en día sigue siendo una de las cosas más bonitas que tengo, aunque parezca mentira ha sido un gran respaldo.
El baile solo me ha traído cosas buenas, siempre ha sido así y pase lo que pase hoy estoy segura de que siempre lo será, es una constante en mi vida que no quiero que se vaya nunca.
Tras un rato enterrada en mis pensamientos, oigo el crujir de una puerta y unas voces hablando en susurros ininteligibles, unos pasos que cada vez parecen estar más y más cerca cada vez y, como era de esperar, por fin suena la campanita que indica una nueva entrada, un nuevo pase, ya escucho la peculiar voz de acento británico "Lucía, please, Lucía..." La campana vuelve a sonar. "Es la hora"- me digo a mi misma. Y no tengo tiempo de poder pensar mucho más, no puedo hacerles esperar. Rápidamente cojo las zapatillas de media punta y la falda que no sé si necesitaré, pero aquí más vale prevenir que curar...
Salgo casi hiperventilando del vestuario en el que llevo metida durante apenas una hora porque sé lo que viene a continuación:
Es hora de recorrer el corto camino hacia la gran sala donde se decidirá mi futuro. ¿Corto dije? De corto no estaba teniendo nada. Veo a mi profesora en el intenso trayecto dándome ánimos y diciéndome que yo puedo "no pienses, tan solo déjate llevar, saca eso tan especial que tienes dentro, sácalo y solo exprésalo como tu sabes" creo haber oído.
En estos momentos no estoy segura de nada, ni si quiera de que las piernas vayan a aguantar por mucho tiempo más mi peso con los temblores que tengo. Sonrío y asiento a mi profesora, no creo que responder sea la mejor opción ahora mismo dado que probablemente ni me saldrían las palabras o soltaría cualquier tontería irracional. Es la hora. "Tranquilízate" -me digo a mi misma- Necesito calmarme un poco antes de entrar, no puedo dar la impresión que tengo ahora mismo. Respira, tranquila, ira bien, todo irá bien..."
"Es tu gran oportunidad, como la desperdicies te arrepentirás toda tu vida, más te vale calmar esos nervios que te van a matar viva" -gracias subconsciente, eres de gran ayuda...
Vuelve a sonar la campanita. Es la hora. Allá voy.
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No dejes de soñar
Teen FictionY desde aquel día todo cambió. Su futuro se decidió y pronto las cosas también se revolverían en su interior, el amor no tardaría en llegar para nuestra protagonista. La historia de una bailarina luchando por cumplir su sueño y quizás... Por algo má...