El Caballero Oscuro [SIN TERMINAR]

Batalla

- Deberíais ir conmigo al frente. - dijo el rey Kamski. El caballero miró a su rey.

- Majestad, el rey Perkins y sus vasallos están cerca del castillo. - hizo una pausa - Creo que debería quedarme con los príncipes y su esposa, junto a algunos de nuestros hombres.

- No tenéis por qué preocuparos. Dejaremos a un par de hombres. -hizo una pausa.
- Mis hijos saben defenderse solos. Vos le enseñasteis como batirse en un duelo a mi hijo mayor, y Sir Gavin le enseñó al menor.
- Puesto que mi hijo mayor es un poco más torpe con la espada, el príncipe Ryan vendrá con nosotros. Esta batalla es nuestra.

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Ya estaban ganando.
Solo les quedaba amenazar—o matar— a Perkins y obligarle a retirar sus tropas del reino.

Su rey había sido gravemente herido. El príncipe Ryan estaba herido, pero no tan grave, Sir Gavin cuidaba de él.

El caballero de armadura negra se acercó a la pequeña tienda de campaña en la que Perkins se escondía cual escoria y levantó su visera.

Con espada en mano, observó como el rey enemigo estaba mal herido. Le apuntó con esta en el pecho.

- Retire sus tropas de nuestro reino. - dijo Sir Hank, con odio en sus ojos.

El rey le miró, sonriendo.
- Deberíais daros prisa... - dijo Perkins, riendo suavemente - ¿Quién sabe?... tal vez mis bárbaros guerreros ya tengan entre sus garras a vuestro querido, delicado y adorado príncipe...

El oji azul abrió los ojos y guardó su espalda.

- ... No merecéis que pierda mi tiempo en vos, pero prometo que algún día os mataré. - sentenció el caballero.

Rápidamente salió de el campo enemigo, y, sin dudar un segundo, subió rápidamente a su corcel.

Antes de tomar las riendas y ponerse en marcha le dedicó una mirada al rey herido.

- Os prometí que cuidaría del príncipe Connor. No sé cuanto hayan aguantado mis hombres.

- No os preocupéis. Corred y salvad a mi hijo.

El príncipe Ryan se acercó con ayuda de Sir Gavin.

- No esperéis más. Hacedles rogar por piedad, Sir Hank.- el mayor asintió, tomó las riendas de su caballo con fuerza y se puso en marcha.

Si pudiera, solo vería rojo. Estaba lleno de ira.
No debería de haber ido a la batalla, considerando que sus enemigos estaban tan cerca del castillo.

Tardó 15 minutos, iba en cabeza, con sus vasallos a sus espaldas.
Al llegar, la entrada del castillo estaba lleno de gente en el suelo, varios muertos... Pero la mayoría tan solo heridos.
De nuevo, sin dudar de sus acciones, se bajó de su fiel corcel y entró al castillo, sacando su espada.

Subió las escaleras, observando la escena pintada en el castillo de su rey.
La muerte, el miedo y el dolor estaban esparcidos por las paredes del castillo.

Sus vasallos entraron más tarde.

Escuchó ruidos en los aposentos del príncipe Connor.
Rápidamente entró, observando como dos bastardos intentaban acercarse al muchacho.